En la siesta de este martes se conoció la noticia del fallecimiento de Ozzy Osbourne, cantante de Black Sabbath y, por ello, una de las máximas leyendas del heavy metal.
Oriundo de la ciudad inglesa de Birmingham, tenía 76 años y padecía Parkinson.
El deceso de Ozzy se produjo a pocos días de una despedida definitiva de los escenarios celebrada en su ciudad natal, en la que el vocalista compareció por última vez junto a sus compañeros originales de banda (el guitarrista Tony Iommi, el bajista Geezer Butler y el baterista Bill Ward) y a numerosos artistas a los que influenció (Tom Morello, Pantera, Metallica, Slayer, Anthrax y Guns N’ Roses).
En esa oportunidad, cantó desde un trono negro que se alzaba bajo el escenario y expresó: “No sé qué decir, llevo seis años en cama. No tienen idea de cómo me siento; gracias de corazón”.
“Sos uno de los cantantes más extraordinarios de nuestro tiempo. Sos el rey, sos una leyenda”, le rindió tributo Elton John, a su turno.
Elton fue de lo más ubicuo. Es que con sus modos expresivos, Ozzy Osbourne le dio una dimensión tan demoníaca como demente a la amplificación atormentada del blues & roll que fue el heavy metal.
A la noticia la dio el periódico británico The Sun, que recibió en exclusiva un comunicado familiar que aseguraba que el artista había abandonado este plano “rodeado de amor” y que no revelaba causa alguna.
“Con una tristeza indescriptible, informamos del fallecimiento de nuestro querido Ozzy Osbourne esta mañana. Estaba con su familia y rodeado de amor. Pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento”, fue el texto firmado por Sharon, su esposa, y por sus hijos Jack, Kelly, Aimee y Louis.
Ozzy fue famoso por liderar Black Sabbath desde 1968. Con la banda grabó discos seminales del metal, de los cuales adquirieron estatus de himnos temas como War Pigs, Iron Man, Paranoid, Children of the Grave y Sweet Leaf.
Un despacho de la agencia AP, destaca que el álbum debut homónimo de Black Sabbath de 1969 ha sido comparado con el big bang del heavy metal. “Surgió durante el apogeo de la Guerra de Vietnam y arruinó la fiesta hippie, revelando amenaza y presagio. La portada del disco mostraba una figura espeluznante contra un paisaje desolado. La música era fuerte, densa y enojada, y marcó un cambio en el rock & roll”, enfatiza.
Pese a poner voz, cara y cuerpo al grupo, Ozzy fue expulsado de Sabbath 11 años después de su formación (1979), debido a que su adicción al alcohol y a las drogas lo volvió indomable, imprevisible.
Contra sus adicciones luchó en años posteriores al despido, en los que pese a ellas pudo cimentar una carrera solista en la que agigantó su leyenda y en la que compartió iniciativas con guitarristas formidables como Randy Rhoads, Jake E. Lee y Zakk Wylde.
Con Sabbath, recibió numerosos galardones a lo largo de los años, incluyendo dos Premios Grammy y su ingreso al Salón de la Fama del Rock & Roll en 2006.
Y por las suyas, lanzó 13 discos de estudio, los primeros ocho de los cuales obtuvieron disco de platino en Estados Unidos; ganó cinco Grammy; y compuso éxitos irrefutables como Crazy Train y No More Tears.
En ese período, intensificó su relación con Sharon Osbourne, quien primero fue novia (1970), luego esposa (1982) y finalmente mánager y hábil estratega para reposicionarlo.
Con ella y en 1996, fundó un festival propio, el Ozzfest, y se embarcó en la exitosísima aventura del reality familiar The Osbournes. Ese programa contó con 52 episodios durante las temporadas que fueron de 2002 a 2005.
A pesar de varios periodos de separación, Sharon permaneció junto a Ozzy hasta el final de sus días.
Además del inobjetable legado musical, Ozzy Osbourne pasó a la fama por hazañas delirantes como orinar en el Álamo, inhalar una línea de hormigas y (acaso la más célebre) morder la cabeza de un murciélago vivo que un fan arrojó al escenario durante un show de 1981. Al explicar su reacción, dijo que pensó que era de goma.
A su vez, la ya citada reconstrucción de AP señala que fue demandado en 1987 por los padres de un adolescente de 19 años que murió por suicidio mientras escuchaba su canción Suicide Solution. La demanda fue desestimada. Osbourne dijo que la canción realmente trataba sobre los peligros del alcohol, que causó la muerte de su amigo Bon Scott, cantante de AC/DC.
El entonces cardenal John J. O’Connor de Nueva York afirmó en 1990 que las canciones de Osbourne llevaban a la posesión demoníaca e incluso al suicidio. “Sos ignorante sobre el verdadero significado de mis canciones”, escribió el cantante en respuesta. “También has insultado la inteligencia de los fanáticos del rock en todo el mundo”, amplió.
El público en los conciertos de Osbourne podía ser objeto de burlas o escupitajos por parte del cantante. A menudo lo instaba a gritar con él, pero el Osbourne invocador de Satanás solía enviar a las multitudes a casa con los oídos zumbando y un enérgico “¡Dios los bendiga!”.
Su visita a Córdoba
Ozzy Osbourne pasó por Córdoba el 23 de noviembre de 2016, cuando Black Sabbath se corporizó en el Orfeo en el marco de la gira de respaldo para 13, un disco de estudio que reunió a casi toda la formación original después de varias décadas. Curiosamente, ese recorrido fue planteado como una despedida.
Lo concreto es que ese concierto fue memorable y habilitó a La Voz para entrevistarlo en los meses previos.
“Tras el éxito de 13, pensamos que era el momento indicado para decir adiós. Queríamos dejar una nota alta, un estándar muy alto”, le dijo a este diario.
“Al éxito de 13, por otro lado, no lo buscamos. Se dio, simplemente. Y claro que nos halagó, pero algunas cosas se tienen que terminar en el momento indicado. ¿Que nos reunimos hace unos años para volver a decir adiós tiempo después? Puede ser, pero hay que tener en cuenta que, en este negocio, un disco y su correspondiente gira pueden llevar más de tres años. Y el tiempo ya no está de nuestro lado. De hecho, apenas termine con esta gira me pondré a trabajar en un nuevo disco solista”, amplió el vocalista que por entonces tenía 67 años.
En ese intercambio, además se le preguntó si tenía que recuperar algún estándar afectivo con sus compañeros si debía resetear ciertos rencores. Y esto contestó: “El tiempo tiene una manera bastante particular de esfumar cualquier viejo rencor. Por otro lado, todos hemos crecido juntos y hemos generado un vínculo muy difícil de romper”.
“Hemos vivido un par de guerras pero hemos sabido dejarlas atrás. En definitiva, esto es como ponerse un par zapatos viejos y comprobar que todavía calzan muy bien. La gira ha ido muy bien hasta ahora y estamos contentos de poder entretener a los fans una vez más”, completó en esa entrevista. Entrevista que finalizó con un categórico “Me siguen sorprendiendo las cosas que pasan en el mundo en nombre de Dios”.
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