Adrián Taverna es una voz calificada para hablar del devenir artístico de Soda Stereo. Por haber sido sonidista desde los primeros años y por ser protector de los archivos musicales de la banda, su parecer resuena con fuerza y legitimidad cada vez que es expresado.
Y en esta oportunidad, este (su parecer) es más necesario que de costumbre, teniendo en cuenta que en el mediano plazo la Gran Bestia Pop dará un controvertido paso para mantener vivo su legado. O para dar muestras de su vigencia, con Gustavo Cerati, su cantante, guitarrista y máximo compositor, afuera de este plano.
Puntualmente, Taverna puede compartir precisiones sobre “Ecos”, un espectáculo que se estrenará en 2026 y que se promociona como un reencuentro de Soda Stereo “gracias a la tecnología y en un presente que no conoce de fronteras”.
Se escribe “controvertido” por cuanto no hay precisiones sobre cómo se emularán en situación de show la corporalidad y la gestualidad de Cerati, fallecido en septiembre de 2014.
“Hoy Soda late más fuerte que nunca. Como si el ayer, el hoy y el mañana se plegaran en un acorde. Gustavo, Charly y Zeta se reencuentran gracias a la tecnología en un presente que no conoce de fronteras”, dice una fundamentación de “Ecos”, que en su momento fue comunicado así: “# SPOILER ALERT!! No es un tributo ni un homenaje. No es una película. No hay invitados ni cantante nuevo. Es un show en vivo. Soda = Vanguardia”.
¿Qué tan autorizado estará Taverna para hablar de “Ecos”? ¿Qué límite tendrá para revelar esta trastienda tecnológica? “En lo que concierne a mí, en ‘Ecos’ estoy dedicándome a la parte musical, que es lo que sé hacer”, larga el ingeniero de sonido en el arranque de su entrevista con La Voz.
“Y no tengo la más mínima idea cómo será el resto –aclara de inmediato-. Ese fue un pedido mío: no quiero saber cómo será el tema visual hasta que no lo tengan definido más cerca de la fecha. Nunca me interesó la parte visual. Ya tengo demasiado trabajo con preparar las pistas y las versiones. Con aggiornar todo a situación 2026. Son demasiadas cosas y ya tengo mucho laburo de mi parte”, añade.
–¿La cuestión sonora de dónde la tomás? ¿Tenés un archivo en el que desarrollaste un trabajo de curaduría? ¿De dónde sale la música que se oirá en “Ecos”?
–Yo soy el protector de toda la música de Soda Stereo. Tengo todas las grabaciones del grupo. Esa fue una decisión que se tomó hace unos años, aún con Gustavo en vida. Tengo todas las grabaciones de los discos, de los shows, de todo. Para una ocasión así, obviamente, traté de respetar la historia y que las canciones no sean diferentes a lo que la gente se acostumbró a escuchar a lo largo de su vida. No obstante, partiendo de ahí, busqué matices.
–¿A ese trabajo aún lo estás desarrollando?
–Hace más de un año que estoy con eso y vamos cambiando de idea si es que una toma funciona mejor que otra. Digo “vamos” porque a este proceso lo desarrollo con Charly y con Zeta. Con Zeta a la distancia, porque vive en Miami. A lo musical lo tenemos definido en un 90 por ciento, y a la lista de temas, en un 100. La lista era lo primero que había que definir y ya está. Luego empecé a trabajar en cada una de las canciones para buscar la mejor versión y ponerla a punto de cara al espectáculo. Saqué el material de todo lo que tengo y de todos lados (vivos, sesiones de estudio). Por si todavía falta aclarar, lo hago: a todo lo tocó, lo grabó y lo produjo Soda Stereo. O sea, tengo esa potestad, ese poder de decisión, la posibilidad de decidir sacar la voz de un lado y la guitarra de otro.
En la continuidad de la charla, Taverna insiste que el desafío de este trabajo es llegar a versiones que sean iguales pero distintas “¿Se entiende? No desvirtuar las canciones, pero al mismo tiempo darles una vueltita de tuerca como para que sean producto de algo actual”.
“Fue hace muchos años que me dieron ese rol y, obviamente, habla tanto de la confianza que Soda Stereo me tiene como de mi compromiso hacia la banda”, sentencia.
El chico que canta en la Iglesia
–¿Recordás en qué circunstancias llegaste a Soda Stereo y cuándo los conociste?
–Sí, claro. Los conocí en el ’83 por medio de Federico Moura. Yo trabajaba con Virus y Federico me pregunta un día si lo acompañaba a ver una banda que le habían ofrecido para producir. La fuimos a ver a un pub que ya no existe, acá en Buenos Aires. Era un lugar muy chiquito para 50 personas. Estaba lleno, pero de las 50 personas había 40 que eran habitués. Los Soda no eran conocidos; no tenían disco, de hecho. Y cuando los fuimos a saludar después del show, mientras hablaba con Gustavo le digo “Ahhh, pero vos sos el chico que toca en la Iglesia”. Vivíamos en el mismo barrio (Villa Ortúzar) y a cinco cuadras uno del otro, pero no nos conocíamos personalmente. Por referencias, me di cuenta de que era él. A partir de ahí, entablé una amistad con Gustavo y ayudé a Soda a grabar un demo para presentar en CBS. Yo ya trabajaba con Riff y con Virus en esa época, pero me metí en su mundo cuando graban el primer disco. Empecé a hacerles sonidos antes de que grabaran, incluso, en la época de (la discoteca) Marabú.
–Recién decías que no querés enterarte de la cuestión visual. ¿Hay una cuestión moral que te hace ruido?
–Es un problema afectivo. No quiero… A ver… A mí me moviliza mucho todo esto. Estuve 29 años con Gustavo, es un hermano de la vida para mí. Y como en este tipo de cosas soy más conservador, más cuidadoso, elijo no entrar en conflictos, replegarme en lo mío. Porque si me pongo a dar manija, no sé. Es una actitud que tomé y que me respetaron.
Taverna enfatiza que no puede opinar cómo se resuelve todo más allá de la música y que no le interesa hacerlo. “Como esto tiene la aprobación de la familia, bueno, a mí no me compete nada más allá de lo musical. Como te dije, con lo del audio ya tengo bastante trabajo. Por suerte estoy en la etapa final y siento que vamos a llegar bien. Ahora me toca pulir las pistas como para que suene todo bárbaro y después, ensamblarlas con Chary y con Zeta. Esa es otra etapa posterior”, precisa.
Soda Stereo, por arrollador, duro
En los años tempranos de Soda Stereo, estaba en boga la grieta entre lo comercial y lo elevado artísticamente. Taverna miró más allá de la condición “nuevaolera” de la banda en ese tiempo, con el dato de que era, es y será un amante de la música pesada.
Quizás nunca lo haya percibido como algo ajeno porque se trataba de un proyecto pop arrollador que, con el tiempo, desarrolló un rigor expresivo más un nivel de experimentación y virtuosismo que no permitía que se lo tome como algo liviano “Comparto –lanza-. Igual, siempre aclaro que a mí siempre me gusta el rock pesado más que el heavy metal. Me gustaba Deep Purple, Led Zeppelin y Black Sabbath, las mismas bandas que sigo escuchando hoy. Lo que me pasó con Soda fue que, desde el principio, tuve una libertad que nunca había tenido. Siempre me manejé a mi manera”.
“Por otro lado, estaba lo que Gustavo reconoció públicamente en entrevistas: yo le daba un toque heavy a Soda, lo hacía sonar de una manera muy power en comparación a las bandas pop de la época. Pero más allá de eso, se impone la calidad de las canciones. Eso es indiscutible, si no hay canciones, por más que hagas lo que hagas, no suena bien la historia. Siempre digo que hay hits históricos que en vivo no sonaron nunca a la altura de su éxito. Con Soda eso era impensado”, amplía.
Para empoderar esta explicación, Taverna destaca que él se juntaba a escuchar música con Cerati “desde el principio y hasta el final”.
“Éramos melómanos y escuchábamos todo tipo de música. A partir de esa pasión en común, lo interesante para mí era disponer de una banda tremenda y poder pulirla parar llevarla a niveles impensados. Por supuesto, siempre respetando la composición y lo que la banda traía como impronta”, redondea.
–¿Cuál es el mejor disco de Soda Stereo?
–Canción Animal (1990). ¿Por qué? Porque es el más roquero y en el que más participé. También me gustan Sueño Stereo (1995), Signos (1986)… Depende el momento.
Gran suceso
Ecos tiene programadas 10 fechas en el porteño Movistar Arena: 21 y 22 de marzo; 6 de abril; 4, 10 y 11 de junio; y 10, 11, 14 y 15 de agosto. Para las primeras seis, las entradas están agotadas. Para las restantes, hay ubicaciones disponibles en movistararena.com.ar.
La gira latinoamericana de Ecos, el nuevo show de Soda Stereo
26, 27 y 28 de marzo, Movistar Arena (Santiago de Chile); 14 y 15 de abril, Palacio de los Deportes (Ciudad de México); 18 y 19 de abril, Auditorio Telmex (Guadalajara); 21 de abril, Auditorio Banamex (Monterrey); y 2 de mayo, Antel Arena (Montevideo).























