Como tantos otros proyectos nacidos en pandemia, Alameda comenzó su camino como un producto lógico de lo que sucedía entre Ismael Salguero y Julián Cabanillas, amigos y compinches musicales que entendieron que juntos eran capaces de hacer canciones llamativamente hermosas.
Desde que comenzaron a publicar música juntos, alumbraron una sensibilidad pop muy particular, alimentada a base de espíritu alternativo e indie rock de comienzos de siglo.
Una especie de diamante en bruto que ya mostraba su brillo distintivo en medio de los obstáculos lógicos de las primeras veces. Julián, como vocalista y cantautor; Ismael, como productor y arreglador. Ambos, inquietos y en movimiento permanente, al punto de que en poco más de dos años editaron al menos seis singles y el destellante EP Breves recuerdos de una relación moderna.
No obstante, en 2025 Alameda no se presentó en vivo. El proyecto lanzó Por un momento, en abril, y no volvió a dar señales de actividad hasta julio, cuando presentó Lo que somos. Y fue precisamente la salida de esta última canción la que habilitó las condiciones para que Cabanillas y Salguero vuelvan a subirse a un escenario, aunque esta vez con una propuesta distintiva.
Hacer mucho con poco
Este jueves, en Chilli, el dúo mostrará una faceta íntima y minimalista, con una propuesta que también los puso en la tarea de volver a las bases mismas de su proyecto.
“Lo que hizo que nazcan estas nuevas decisiones con respecto al camino que queremos formar para nuestro proyecto tuvo que ver con la incomodidad… o ‘comodidad’, mejor dicho”, aseguran ambos músicos al responder un cuestionario de La Voz.
“El 2024 fue un año en el que nos encontramos un poco más alejados de Alameda y muy envueltos en nuestros proyectos personales de vida. A partir de esto compusimos varias canciones y mucha música nueva pero seguíamos inconformes con el camino del proyecto y nuestros objetivos”, relatan a modo de diagnóstico.
“Nos dimos cuenta de que nos encontrábamos demasiado cerca de nuestra zona de confort (la producción y composición en home studio) y esto nos retenía a la hora de dar a conocer un poco más el proyecto en la escena de Córdoba”, refuerza este dúo de hitmakers en potencia.
Salguero y Cabanillas cuentan que 2025 los encontró en otra sintonía. Ismael empezó a trabajar en un estudio de grabación y allí el dúo pudo grabar una live session que se estrenará próximamente. Pero además, conoció a quien hoy es la mánager de Alameda, Giuliana Sartori, y también a quien se sumó como guitarrista invitado, Facundo Bernal.
Según reflexionan los responsables del proyecto, la adición de ambas piezas aportó frescura a una dinámica de trabajo que necesitaba una vuelta de página. Tanto en lo administrativo como en lo creativo, ese aporte externo se notó. De repente, las decisiones de gestión sumaron una nueva voz con la llegada de Sartori, mientras que en el plano escénico la presencia de Bernal incorporó un vértice necesario en ese intento de salir de la comodidad del dúo.
“De alguna forma ajustó el norte de nuestro proyecto. El 3 aliviana al 2. Nos dimos cuenta lo importante que es tener un equipo de trabajo para llevar adelante un proyecto como el que deseamos en un futuro”, comentan.
Salguero toma la palabra para compartir una frase que lo viene acompañando: “Hacer mucho con poco”. Según el productor, “volver a los inicios también significa poder darse cuenta del valor que tienen las cosas cuando están bien hechas con lo mínimo indispensable”.
Tres para un par perfecto
“Al menos como productor y músico siempre me encantó esta idea de que si una canción suena bien y es buena desde su momento de concepción (usualmente esa primera maqueta humilde y muy mal grabada a guitarra y voz), entonces esa canción ya es un éxito”, plantea, ofreciendo las primeras coordenadas de lo que podrá verse este jueves en Chilli.
“Nos planteamos utilizar esta filosofía a modo de experimento/contingencia para poder crear un show nuevo”, refuerza Salguero. “Elegimos creer en la sensibilidad de las melodías y acordes que tienen nuestras canciones para mostrarlas en su estado más puro y así poder demostrar que tal vez no se necesita tener una gran banda de músicos (baterista, bajista, guitarristas, coristas, tecladista) para apoyarse”, detalla.
“Así como siempre nos gustó esconder pedacitos de los demos de nuestras canciones en las producciones, hoy elegimos mostrar ese demo, mostrar Alameda por lo que somos”, refuerza citando el más reciente lanzamiento del dúo.
“Hay cierto tipo de complejidad y precisión que se requiere para poder presentarse de esta forma y adaptar nuestras producciones con múltiples instrumentos a un nuevo formato”, comentan los dos músicos cuando profundizan sobre esta nueva piel elegida para el vivo. “No existe baterista o bajista que esté llenando ese espacio de base en cada canción, el desafío ahora fue poder llenarlo única y exclusivamente con dos guitarras y una voz”, resaltan.
“Buscamos que, en nuestro show, las únicas dos guitarras que llevan adelante las canciones (Facundo e Ismael) trabajen en conjunto y se complementen entre sí, a su vez dejando lugar para que la voz (Julián) pueda destacar y aparecer”, resumen sobre un ejercicio que “no fue fácil” pero derivó en nuevos arreglos, recuerdos de viejas melodías olvidadas y también algunos “préstamos” de otras composiciones.
Salguero y Cabanillas sueltan las referencias de Phoenix (recomiendan fervientemente su Tiny Desk) y The Strokes, dos de las bandas que atraviesan su discografía como espejos en los que ambos músicos eligen mirarse.
“Para mí, The Strokes conecta más con la parte más joven espiritualmente de uno. Es esa sensación, esa parte de mí que siempre quedó dando vueltas. Es el eje de lo que hago, de lo que busco con la música. Aquellas melodías y armonías que alivian sentimientos, pero que también brindan texturas rockeras y liberadoras”, intenta explicar Cabanillas, que también se inspira en Playboi Carti o Sabrina Carpenter a la hora de rescatar melodías.
“A mí me pasa que me enamora mucho el estilo que tiene la banda de crear sus arreglos de guitarras”, suma Salguero, que también conecta el estilo desarrollado por los neoyorquinos con el minimalismo que abrazó Alameda en este último tiempo.
“Venimos trabajando un par de canciones con la idea de juntarlas para un lanzamiento un poco más grande, con esperanzas de presentarlas en formato LP como parte de esta nueva etapa que nos depara”, comentan luego este par de amigos/socios creativos que se animaron a abrir su núcleo íntimo para renovar desafíos y proyecciones.
“Cerramos este 2025 con nuestro único show del año, acompañados de un nuevo equipo de trabajo, un nuevo formato, con invitados y amigos que admiramos mucho, pero sobre todo lo tomamos como un gran punto de partida para lo que nos espera en 2026”, apuntan sobre lo que vendrá a partir de este concierto bisagra.
“Tener más shows el año que viene es un sí rotundo”, disparan en simultáneo. No obstante, segundos antes del punto final, Salguero aporta una reflexión que también esclarece el horizonte próximo de Alameda: “Lo demás me gustaría decir que lo dejamos un poco a la contingencia. Que exista un poco de duda, imprevistos y sorpresas, nos inspira a seguir creando”.
Para ir
Alameda presenta su nuevo formato este jueves a las 21 en la Planta Alta de Chilli Street Club (Fructuoso Rivera 273). Entradas en venta desde $ 7 mil (más cargo por servicio) en Passline.
