Hay entretenedores o entretenedoras que se abstienen de apoyar a tal o cual candidato de cara a determinadas elecciones. Es el caso de la cantante norteamericana Chappell Roan, quien pese a ser queer y emblema insoslayable de la comunidad LGTBQ no expuso su respaldo a Kamala Harris, la candidata demócrata para las presidenciales de su país, pese a que se caía de maduro que votaría por ella.
Sus textuales “Hay problemas en ambos lados” y “No me siento presionada a respaldar a alguien”, declarados a The Guardian, generaron una ola de rechazo a su figura que llegó con carpetazo incluido.
Es que muchos le recordaron que había rechazado una invitación para actuar en un evento del Orgullo LGBTQ+ de la Casa Blanca diciendo “No seré un mono por el Orgullo”.
No obstante, al diario británico también le había dicho que, para ella, el tema más importante son los derechos de las personas trans. “No pueden tener personas cis tomando decisiones por personas trans, punto”, dijo en ese sentido.
De todos modos, tuvo que recurrir a su cuenta de TikTok para revelar que su voto para los primeros días de noviembre será para Harris.
“Si venís a mis shows, si leés mis entrevistas completas, si sabés literalmente algo sobre mí y lo que defiendo, tenés en claro que esto no es palabrería, no es una muestra de virtud… las acciones hablan más que las palabras, y las acciones hablan más que un respaldo”, dijo en el video publicado en la citada red social.
“Así que, si todavía te lo preguntás, escuchá de mi boca: no, no voy a votar por (Donald) Trump, y sí, siempre cuestionaré a los que están en el poder y a los que toman decisiones sobre otras personas, y defenderé lo que es correcto y lo que creo”, reforzó.
Y en otro video publicado días después, retomó la discusión para exponer “que se jodan las políticas de la derecha, pero también que se jodan algunas de las de la izquierda”.
“Que se jodan Trump, de verdad, pero que se jodan algunas de las cosas que han sucedido en el partido Demócrata que han fallado a personas como vos y yo, y más aún a Palestina, y más aún a todas las comunidades marginadas del mundo. Así que sí, votaré por la maldita Kamala, pero no me conformaré con lo que se me ha ofrecido, porque eso es cuestionable”, remató.
Chappell Roan, con energía camp y estrategia identitaria a lo Bowie
Lo bueno de todo este sobresalto informativo es que Chappell Roan está en la agenda anglo del pop, lo que de algún modo obliga a los analistas de música a recordar que The Rise and Fall of a Midwest Princess (2023), su disco debut, fue una bomba bailable irresistible que aún desparrama esquirlas.
También que fue producido por Dan Nigro, el mismo colaborador de Olivia Rodrigo, y que, tal como expresa en ese temazo que es Red Wine Supernova, tiene una arrolladora “energía camp”.
Energía camp que va en sintonía con la decisión de esta artista, nacida en Missouri como Kayleigh Rose Amstutz, de 26 años y dueña de una voz extraordinaria, de montarse como drag queen y rebautizarse tal como se la conoce en el mundo del espectáculo. Como Chappell Roan, en homenaje a su abuelo, Dennis Chappell, y a la canción favorita de éste: The Strawberry Roan, de Marty Robbins.
La coartada del alter ego no es lo único que toma de las academias Bowie sino también la noción de “ascenso y caída”, sólo que en su caso refiere a su condición de “Princesa del medio oeste” (donde hay que ser valiente para salir del placar) en lugar del alienígena Ziggy Stardust.
The Rise and Fall of a Midwest Princess tiene el desenfado de The Fame de Lady Gaga, aunque quizás con mayores insinuaciones queer y algunos momentos reflexivos como el expuesto en Coffee. En esa hermosa balada, ella sugiere que juntarse a tomar un café no es tan vinculante como tomarse una copa de vino o aceptar la invitación a una cena. El café como sinónimo de distancia emocional o como un lugar común conceptual que deja en claro que “es hasta acá, ¿OK?”
Si bien sus montajes y su decisión de salir de gira con célebres drag queens norteamericanas como teloneras invitan a pensar en una mujer expansiva y extrovertida, Chappell Roan es todo lo contrario. “La realidad es que yo no soy así en absoluto”, aseguró en una entrevista con AP, en la que se le había observado que en su disco hay “una especie de apertura implacable hacia la homosexualidad y la sexualidad” y que ésta “es a viva voz, no susurrada ni dócil”.
“Me siento muy incómoda con las escenas de sexo en las películas o cuando la gente coquetea conmigo –añadió la artista-. Chappell como drag queen... puedo expresar esa versión de mí. Pero no es lo que soy habitualmente. Las canciones me dan la oportunidad de actuar así, decir eso y vestirme así. Es principalmente para fastidiar... es todo una rebelión”.
Lo de la timidez no fue una pose, a juzgar lo que le pasó a Chappell Roan recientemente. ¿Qué le pasó? Decidió bajarse del festival All Things Go, especialmente enfocado en mujeres queer, porque no pudo soportar ser el centro de atención por mucho tiempo ni el peso de la fama.
Pero volvió a lo escenarios a los pocos días, para abonar la idea que las estrellas del pop pueden ser tan humanas como desconcertantes.
El regreso se produjo en el Anfiteatro FirstBank en Franklin, Tennessee, a las afueras de Nashville. Y en esa ocasión no dijo ni “mu” de su ausencia en All Things Go y sólo le agradeció a la comunidad queer por permitirle hacer su trabajo.
“Sé lo difícil que es ser queer en el medio oeste y el sur de Estados Unidos. Y lo entiendo. Y por eso estoy muy agradecida de poder estar aquí y presentarme, y cumplir con mi trabajo”, dijo al comienzo de su show.
“Y tengo que recordarme a mí misma que esa es la razón por la que lo hago. Puedo verte y sentirte. Lo necesitaba tanto cuando tenía 15 años. Me sentí completamente incomprendida y sola”, añadió.
“Quiero que sepas que acá te quieren, y que sos bienvenido seas como seas. Sos amado. Voy a decirlo de nuevo, porque tengo la sensación de que a veces es difícil escuchar estas cosas, o tal vez no las escuchás en absoluto. Pero si estás aquí, entonces sos amado y apreciado”, cerró la artista cuyo ascenso fue meteórico aunque no exento de contratiempos.
Es que Roan dejó su estado natal de adolescente para irse a Hollywood, poco después de que Atlantic Records la descubriera en YouTube. Pero la desvincularon en plena pandemia, por lo que volvió a casa de sus padres y hasta evaluó dejar la música por completo.
Pero esa llama creativa que nunca termina de apagarse la hizo regresar a Los Ángeles, donde pegó contrato con Amusement/ Island Records.
Con el diario del lunes, como el que tiene usted entre manos, queda claro que hubo un directivo de multinacional que fue reprendido y otro, probablemente ascendido.
Más de Chappell Roan para AP: “Creo que muchas de las canciones son de ensoñaciones, y muchas de esas ensoñaciones sucedieron en Missouri, en este estado reprimido de no tener una comunidad queer mientras crecía y sentirse realmente rara”.
–Tu nombre de pila es Kayleigh Rose Amstutz. ¿Chappell Roan es un personaje? ¿Una persona? ¿Una forma de proteger tu vida privada?
–Está evolucionando constantemente, pero más recientemente ha sido más un proyecto drag, especialmente ahora que estoy (de) gira. Estoy vestida de drag todas las noches y tengo drag queens que abren mis shows. Entonces, es más fácil separar las dos cosas porque ya estoy muy involucrada en mi proyecto, en mi trabajo, y siento que el drag de todo esto te permite tomarte un descanso cuando me quito el maquillaje, cuando estoy fuera del escenario, etcétera. Diría que la mitología... es como ser una chica del medio oeste y experimentar, como Hollywood. Y el cliché de “una chica de pueblo va a una gran ciudad para triunfar”. Pero eso implica autoexploración, libertad y encontrar una comunidad que antes no tenía.
–Hay un viejo cliché con los discos debut: tenés toda la vida para escribirlo, lo que hace que el siguiente sea un poco abrumador. Pero la presión para presentarse como un artista completamente formada debe ser enorme. ¿Cuánto tiempo estuviste sentada y trabajando en algunas de estas canciones?
–Por supuesto. Naked in Manhattan, Red Wine Supernova y California fueron escritas hace cuatro o cinco años. Simplemente lleva mucho tiempo llegar a ese punto. Guilty Pleasure fue escrita hace tres años. Estas canciones han estado en la bóveda durante años y años y años y las he dejado una y otra vez. Dan (Nigro) realmente me ayudó a revivirlas y a creer en ellas nuevamente.
–Me pregunto cómo una canción como “Casual” aborda la experiencia, a veces vergonzosa y siempre frustrante, de estar en una “situación” (una relación que no ha sido definida).
–Me sentí muy diferente de la persona con la que estaba saliendo. Mi amiga dijo que estaban hablando de nuestra relación y de cómo la rompieron y dijeron que no era gran cosa porque era casual y para mí no era casual. En absoluto. Yo había creado toda esta relación inexistente. Soñaba con conocer a sus amigos y tal vez tener un departamento juntas, toda esta locura. No era una onda de chica tranquila. Cuando la escuché decir que era casual, fue una explosión de sentimientos de traición dentro de mí. Aunque tenían todo el derecho de decir que era casual.
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