Navidad ya pasó pero está dando que hablar un especial de Netflix sobre su celebración por parte de una estrella pop. Se trata de A Nonsense Christmas, de la ya consagrada Sabrina Carpenter, quien en una producción que alterna números musicales con delirantes sketches en clave sitcom deja en claro que para estar en la cima y hablar de igual a igual con sus contemporáneas no alcanza con producciones pop bien enfocadas ni con hits irresistibles. Aspectos, claro, que la estadounidense tiene a montones.
También hace falta picardía, construirse a sí misma con rasgos distintivos y exponer vulnerabilidades aun en situación de privilegio, o de un éxito arrollador que sugiere tener todo bajo control.
Y nada mejor que un especial de Navidad para dar cuenta de ello.
En el último punto planteado recién, resulta gracioso un sketch en el que un tal llamado “Ebby” Scrooge (Nico Hiraga) es interpelado por tres chicas ghosteadas por él: dos de ellas lo fueron en el pasado y en el presente (la misma Carpenter y Quinta Brunson, respectivamente); y una lo será en el futuro (Cara Delevingne).
Chicas superpoderosas, mujeres bellas y fuertes, reaccionando a la insensibilidad de un galán desangeladísimo.
Apenas un movimiento de una realización para la que Carpenter tuvo presupuesto ilimitado, según bromea (o no) en un par de segundos de los 50 minutos de duración.
¿Pero no estamos hablando de un especial navideño? ¿Qué tiene que ver el ghosteo con eso? Bueno, es probable que en el brindis se agigante la melancolía por lo que podría haber pasado y no pasó. Y por otro lado, Carpenter se propone aquí una huida de la solemnidad, al punto que presenta a Papá Noel como un novio ocasional que tiene una relación abierta con Mamá Noel, interpretada por una Shania Twain que, en otro tramo musical, comparte Santa Baby con la protagonista.
Ayudó a esta construcción disparatada el hecho de que hubo una previa sin guión, con poco tiempo disponible (un mes) y con sólo pocas referencias entre vintage y no tanto, de acuerdo a lo que contó el diseñador de producción Jason Sherwood. “La idea era ser tan clásico como contemporáneo”, aseguró.
Lo lograron amalgamando grabaciones con la toma en vivo de algunas interpretaciones musicales frente a una audiencia femenina. Entre ambas se destaca el inicio, con Sabrina descendiendo, a lo Marilyn, de un gigantesco puesto de pasteles, rodeada de bailarinas con esmoquin y bailarines con chaleco y tirantes.
La lista incluye canciones de Fruitcake, el EP navideño que Carpenter publicó el año pasado, y clásicos. A la hora de cantar lo que correspondiera, sólo mujeres: la ya citada Shania Twain; Tyla en This Christmas (Donnie Hathaway); Kali Uchis en I Saw Mommy Kissing Santa Claus (Tommie Connor), en situación de entrecasa de alfombra junto al fuego; y la excesiva Chappell Roan, oportuna para Last Christmas, compuesta por George Michael para su Wham!. Pomposo e irresistible. Certero cierre de año para una Sabrina Carpenter que ya había un golpe maestro hace unos meses con la publicación de Short n’ Sweet, el disco que escribió el álbum junto a Amy Allen, Julia Michaels y Steph Jones, así como con John Ryan, Julian Bunetta y Jack Antonoff.
Es la obra que tiene a Espresso y Please Please Please, dos perlas pop de factura orgánica - preciosista que exigen escuchas (ya las tiene por millones) y respeto.
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