Este viernes, La Mona Jiménez protagonizará el primero de tres bailes programados en el Monumental Sargento Cabral. El “Mandamás” regresará al club de barrio San Vicente tras cinco años y recuperará uno de los rituales preferidos de sus fanáticos.
En ese marco, y a sólo unos días de un retorno muy esperado, la familia jimenera comenzó a vivir la previa de una seguidilla de tres bailes que serán históricos. La reventa de entradas que se evidencia en las publicaciones de Instagrama del cantante es elocuente al respecto: nadie se quiere perder este nuevo hito en la gloriosa carrera de “la Mona”.
Es que el club ubicado en la esquina de las calles Sargento Cabral y Junín se convirtió en un reducto central para la construcción de Jiménez como el mayor ídolo popular del cuarteto. De hecho, fue allí que el artista comenzó su carrera como solsita luego de abandonar el Cuarteto de oro en 1984.
En diálogo con Cuarteteando, Rubén Bravi (abogado de Jiménez y miembro de la familia dueña del Monumental) dio más detalles de ese momento de quiebre para la historia del género y de su principal referente.
“En ese momento, a mi papá le dicen –desde el Cuarteto de Oro- ‘si le das fechas a Carlos solo, nosotros no vamos más’. Y era complicado elegir, pero mi papá quería que vinieran todos, y ese ‘todos’ era Carlitos Jiménez también. Indudablemente lo otro se cayó por el propio peso que ya venía para abajo y así arrancó la historia de Jiménez solo en el Sargento”, recordó Bravi.
“Mi papá lo respaldó totalmente. A Carlos, a Juana. Aparte ya habíamos empezado a comunicarnos, a estar. Nosotros somos dos familias que estamos muy conectadas. Hemos compartido los momentos más lindes y tristes de ellos, y viceversa. Hay una común unión entre todos”, aseguró el empresario.
Sobre el debut de Jiménez en el Sargento, aseguró que fue un fin de semana en el que el ambiente cuartetero estuvo pendiente de lo que sucedía con el lanzamiento solista del ex-Cuarteto de Oro.
“Me acuerdo perfecto. Vino acá, tuvo un lindo baile y eso llamó la atención. Indudablemente estaban todos los ojos puestos en ver qué lo que iba a hacer Carlos como solista. Había muchos que decían que Carlos Jiménez sin Coquito Ramaló no iba a andar. Lo que pasa es que, al lado de Jiménez, se fue Coquito, pero empezó a aparecer Juana”, comentó Bravi, que por esos años comenzó a oficiar de abogado de “la Mona”.
Desde ese primer baile, la presencia de Jiménez en el Sargento se volvió habitual. “Al principio no era todos los fines de semana, pero al poquito tiempo se graba acá en vivo y era la primera vez que se hacía. Se grabó dos días seguidos”, recordó el abogado, que también ilustró que durante esas noches, cuando el local era más chico y estaba organizado de otra manera, “había más gente afuera que adentro”.
También recordó que, durante años, el “Mandamás” tocó en el lugar durante los sábados, repartiéndose esa noche de sus fines de semana con la Sociedad Belgrano o el Estadio del Centro. Hasta que decidió optar por trasladar sus presentaciones a los viernes para poder estar todas las semanas en el que sus fanáticos consideran el mayor templo jimenero.
