Este martes 1° de julio de 2025, Debbie Harry celebra su 80° cumpleaños.
Sí, se convierte en octogenaria esta artista devenida en ícono por sus voces y fotogenia como frontwoman de Blondie, banda formada en el fragor contracultural del Nueva York setentista.
“Feliz cumpleaños, Debbie. Tu voz, visión y brillantez siguen iluminando el mundo. Gracias por inspirar a generaciones con tu música, estilo y espíritu audaz”, fue el mensaje de Blondie para saludar a su líder total.
Y es de lo más oportuno este texto, dado que la efeméride invita a celebrar la vida y el impacto de una verdadera mujer libre, cuya trayectoria ha sido tan íntima, espontánea e irreverente como el relato de sus propias memorias en el libro De cara (2020). Desde sus primeros años, cuando creía que Marilyn era su verdadera madre y sentía no pertenecer a su entorno suburbano, Debbie Harry siempre fue una fuerza destinada a la contracultura.
A los 20 años, en 1965, dejó su hogar en Nueva Jersey para aterrizar en la vibrante escena de Nueva York, donde hizo “de todo”: trabajó como secretaria y como conejita de Playboy, siempre manteniendo un pie en la contracultura. Incluso fue la chófer de los New York Dolls, aprovechando el Chevrolet Camaro de su padre para llevar a la banda por la ciudad.
Fue en The Stilettos donde conoció a Chris Stein, con quien formaría Blondie y viviría una relación de 13 años, y quien hoy sigue siendo su confidente.
Con Blondie, Debbie Harry no solo vendió millones de álbumes en todo el mundo con éxitos como Telephone o Heart of Glass, sino que también redefinió el papel de la mujer en el rock.
Su personaje en la banda era una provocación andante: una “muñeca inflable pero con un lado muy oscuro, provocativo y agresivo”.
Ella enfatizaba la idea de ser “una mujer muy femenina mientras lideraba una banda de rock de hombres con un juego muy masculino”.
Decía cosas en sus canciones que otras cantantes no se atrevían.
Aunque Blondie funcionaba internamente “como un grupo hippie” dividiendo los royalties y tomando decisiones por asamblea, desde fuera muchos pensaban que “la banda era ella misma”, y la siguen llamando así en la actualidad.
Debbie Harry ha vivido una vida de altibajos narrados sin dramatismos ni grandes pretensiones. Tuvo problemas con las drogas, ganó y perdió mucho dinero, y pasó de ser número uno a perder su contrato discográfico, pero siempre tuvo una exitosa segunda vuelta.
A pesar de los retos de ser “una rubia en un mundo de hombres” en una industria dominada por ellos, ella no ha buscado ajustar cuentas en sus relatos. Su “humor especialmente negro” la ha ayudado en muchos momentos de su vida, incluso al hablar de experiencias traumáticas como un ataque sufrido en su apartamento, donde lo que más le dolió fue el robo de las guitarras, una perspectiva que, como ella misma dice, mucha gente no entiende.
A lo largo de su carrera, ha tenido el privilegio de actuar en algunas de las películas independientes más interesantes de los últimos 20 años y de colaborar con artistas de la talla de Andy Warhol, John Lennon o David Bowie, quienes aparecen en sus historias como “tipos normales, un poco perdidos”.
Hoy, a sus 80 años, Debbie Harry sigue siendo un ícono.
Su compromiso va más allá de la música, ya que está fuertemente comprometida con asuntos medioambientales como la limpieza del agua y la salvación de los insectos polinizadores, así como con el apoyo a la comunidad LGTBQ y a los Derechos Humanos. Su vida es un testimonio de resiliencia, arte y autenticidad, una verdadera leyenda que ha dejado una marca indeleble en la cultura popular y más allá.
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