Por estas horas, las redes sociales evidencian algo que va más allá de cualquier juicio particular: Por cesárea, segundo y flamante álbum de Dillom, es una obra maestra con consenso social en construcción.
La escena podría ocurrir en muchos teléfonos en este preciso momento: alguien entra en Instagram y se ponen a mirar historias: antes o después, aparece una referencia a Dillom, luego otra, otra, otra, y otra más, y así sucesivamente.
Eso es lo que ha sucedido desde que Por cesárea fue liberado en plataformas digitales este jueves por la noche. Luego de un evento de preestreno que ya dejó planteado en el aire que aquello que estaba por lanzar Dylan León Masa era un evento en sí mismo, llegó la confirmación por cuenta propia. Como esos hitos musicales que se recuerdan con el pasar del tiempo, el segundo disco de este pibe de 23 años arrasó con todo desde el primer instante.
Sin adelantos y construido como una obra integral (el músico dice que puede interpretarse como un cuento), este segundo trabajo refuerza aquella característica que emparenta a la música con una religión. Al abrazar el proceso creativo, la imaginación, la curiosidad y la experimentación colectiva, Dillom y su crew fueron a fondo y se distanciaron por completo de la lógica actual de la industria.
Grabado analógicamente y pensado como una película musical antes que como un conjunto de canciones, el álbum logra romper con esa regla actual que dice que nuestra atención no resiste más allá de una canción (y si es corta, cuánto mejor). La respuesta, en este caso, son 12 tracks que eligen otro camino, uno que se parece mucho más al de esos títulos que trascienden épocas y géneros.
“Géneros” es, precisamente, una palabra que se conecta con el espíritu aventurero que atraviesa a Por cesárea. Ya distanciado definitivamente del mote de “trapero”, aquí Dillom se recibe de artista contemporáneo y músico todoterreno. Alguien capaz de mezclar a Andrés Calamaro y a Lali Espósito (que cita a María Elena Walsh con su voz distorsionada) en un universo oscuro y tenebroso, pero con muchos momentos de luz y desconcierto del bueno.
Con guitarras y bajos rockeros, sampleos y manipulaciones digitales, arreglos de cuerdas grabados por Alejandro Terán y bases orgánicas a lo Steve Albini, el universo que se despliega durante la escucha recuerda a Tyler, The Creator, a Gorillaz, a Depeche Mode, a Wilco, a Intoxicados, a los Pixies o al propio Fermín (uno de los productores junto a Lamadrid).
El paso de una canción a la siguiente es lo más parecido a una fiesta. Un recorrido que va de lo explícito a lo simbólico, de lo visceral a lo etéreo, de la muerte preanunciada al renacimiento, del punk rabioso a la épica solemne de un disco de Muse o Radiohead.
En ese aspecto también hay responsabilidad de músicos cordobeses. El Gringo (guitarrista estable de la banda de Dillom) y Juan Lopez (también cantautor multigénero que editó su disco Culiado semanas atrás) son parte de la mesa chica de Por cesárea. Una suerte de cofradía que, con sus aportes, dejó su huella en las coordenadas artísticas del álbum.
“Eternamente agradecido de formar parte de esto. De principio a fin es un discazo, no tienen idea de la emocion que cargo”, escribió Gringo en Instagram. Tuve el honor y el placer de poder componer y ser parte de esta obra maestra. También encontraran mi voz en La novia de mi amigo. Así que espero que la disfruten de principio a fin este viaje. Gracias hermanos x bancarme. Hemos hecho historia”, dijo a su turno Lopez.
El rubro “cordobeses” se completa con otra mano ilustre: la de Ruben Ordoñez, que fue el encargado de masterizar el disco. Al compartir el lanzamiento y los agradecimientos de rigor, el ingeniero de sonido resumió inmejorablemente el semblante particular de Por cesárea, esa cualidad inmaterial que lo hizo propagarse más rápido que varios virus que hemos conocido.
“Gracias a este grupo impresionante de creativos y manijas por invitarme a esta escalada de emociones. Es un honor compartir música con ustedes, brindo por el compromiso y la cantidad rebosante de buena onda en el proceso”, escribió Ordoñez. No se diga más: Por cesárea les espera para ser descubierto.
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