Aunque el camino es largo y la aventura que protagonizan en conjunto recién comienza, la de Alejandro, Leonardo y Carolina Pasten ya es una historia de película.
Estos tres hermanos sanjuaninos (de 18, 15 y 10 años respectivamente) llevan el folklore en la sangre y ya se han habituado a combinar sus obligaciones escolares con ensayos musicales, presentaciones y otros compromisos vinculados a este sueño que comparten: el de vivir por y para la música a tiempo completo.
En este caso, el impulso es compartido con sus padres, que también se han acostumbrado a atravesar situaciones poco comunes para una familia. Pero si hay algo que queda claro de entrada cuando los Pasten llegan a La Voz es que las ganas que tienen son directamente proporcionales a las locuras que son capaces de hacer.
De hecho, mientras los chicos se sacan sus primeras fotos oficiales en un medio de comunicación, su papá, Mario, admite algo que luego Leonardo contará con una sonrisa de oreja a oreja. Fue él, el hermano del medio, el que empezó a insistir con una idea loca: convencer a su familia para mudarse de San Juan a Córdoba y apostar por el oficio de la música.
Persevera y triunfarás
Todo comenzó hace un lustro, cuando Alejandro y Leonardo eran todavía el Dúo Sierra Maestra. Junto a sus padres y su hermana, los jóvenes músicos se instalaron en Cosquín durante los días del Festival Nacional de Folklore y vivieron esa atmósfera única que propone la ciudad del Valle de Punilla durante su mayor celebración musical.
“Fue lo que nos dio más ganas de venirnos a Córdoba”, admite Alejandro, el hermano mayor y encargado de los arreglos musicales del trío. “Al ver ese público, ese entusiasmo que tienen todos por el folklore, nosotros estamos cómodos, es lo mejor que nos puede pasar. Y lo que más nos impresionó y nos gustó fue ver mucha gente de nuestra edad que cantaba, bailaba, que iba con sus bandas”, reconoce a la distancia.
En medio de los diferentes espectáculos callejeros que se realizan en torno a la plaza Próspero Molina, los Pasten cosecharon aplausos y vítores por doquier. Claro, cómo no enamorarse a primera escucha de esos dos niños con alma de cantor.
“El ambiente, todo lo que hay, se vive distinto a lo que es en San Juan. El primer año, cuando volvimos, ya empecé a insistir”, asegura Leonardo con picardía. “Desde el primer momento insistí e insistí hasta que se pudo dar la posibilidad”, reafirma el hermano del medio, que fue quien encendió la mecha de un fuego que hoy está más vivo que nunca.
Al principio sonó como una fantasía, pero con el paso del tiempo la idea se fue contagiando. Primero a sus hermanos y luego también a sus padres. Pasó el tiempo, los Pasten siguieron viniendo a Cosquín cada verano y en este último enero -ya con la pequeña Carolina como parte de la banda- el proyecto volvió a reflotarse.
Pero costó. Cinco meses atrás, en febrero, todo parecía cuesta arriba. En diciembre, la familia se había tenido que mudar por un imprevisto, papá Mario no había podido arreglar su salida de un trabajo de muchos años y la desilusión comenzaba a aparecer en el horizonte. Las clases habían empezado y era difícil pensar en 2025 como el año del desembarco de los Pasten. De todos modos, el deseo pudo más y la idea nunca se descartó del todo.
Cuando en marzo la situación de Mario se acomodó, todo comenzó a amoldarse a esa idea en principio idílica. Damián, un amigo cercano a la familia, les ofreció una casa para que se instalaran y los Pasten partieron rumbo a Córdoba. Aunque Alejandro ya no podía iniciar sus estudios universitarios, tuvieron que conseguir bancos escolares en tiempo récord para Leonardo y Carolina (“nos dijeron que estábamos haciendo una locura”). Y casi sin planearlo demasiado, los sanjuaninos hicieron pie en Córdoba.
Primeros pasos
“Venimos para probar más y para traer un poco de lo nuestro, que también es algo nuevo, y que a la gente hasta acá le impresiona porque venimos haciendo folklore pero modernizado, con cosas nuevas, que no es muy visto”, asegura Alejandro. Y define: “Choca, pero choca para bien”.
“Al principio fue medio complicado porque es otro ritmo. Allá es todo más tranqui. Las dos primeras semanas fueron difíciles, pero ya se acomodó todo”, apunta a su turno Alejandro. Y Carolina, que luego de la entrevista sorprenderá con ese vozarrón que ya se adivina en sus cuerdas vocales, lo secunda: “Yo los seguía a mis hermanos que insistían con venir a Córdoba. Y cuando llegué fue algo muy distinto. Me gustó el ambiente, todo. Es más intenso acá, pero me encantó. Mucho”.
A sólo dos meses de haber llegado, los Pasten combinan su vida como familia (con niños en edad escolar y padres en modo multitasking) con el naciente camino que empiezan a desandar como Dúo Sierra Maestra y Carolina. “La rutina de ellos (por Leonardo y Carolina) es escuela, ensayo y estudio. Todo junto en el día. Y él (por Alejandro) nunca para de escuchar temas y reversionar, es la cabeza del grupo”, acota su mamá, Paola, para quien esta mudanza fue “volver a empezar”.
Pero las cosas pasan por algo. Todavía acomodándose a la rutina del horario de clases vespertino, el único disponible a la altura del año en la que llegaron a Córdoba, los chicos tienen más margen para tocar en diferentes peñas y escenarios. O como sucedió hace poco en Cuba Inc, junto a Los Herrera.
Es que, gracias a las redes sociales y a los videos que comenzó a publicar el trío con zambas y chacareras reversionadas con toque distintivo, uno de los tantos seguidores que sumaron las cuentas del proyecto fue Fran Herrera, que se enamoró a primera escucha de la versión de Zamba para olvidarte. A partir de ahí se inició un ida y vuelta que primero tuvo un encuentro en San Juan y una inesperada invitación a compartir el escenario.
“Ellos fueron un golpe de realidad. Nos dieron una posibilidad en San Juan que era algo que no se nos daba mucho. Fue la primera vez que sentí los gritos de la gente así”, remata Alejandro sin titubear.
Pero cuando la mudanza Pasten a “la Docta” fue un hecho, Fran y Fede Herrera los convocaron a su ciclo de streaming. Después de terminar la participación en la transmisión en vivo, los Pasten fueron invitados el siguiente jueves a Nueva Córdoba para subirse a cantar con la banda cuartetera.
“Hicimos el primer tema y estaba todo explotado. Y en el segundo, fue una ola que verdaderamente la sentí, hasta se me puso la piel de gallina”, acota Leonardo. “Había muchas personas de distintas provincias”, suma inmediatamente Carolina. Y el hermano mayor lo ilustra: “Abrimos el Instagram y nos había empezado a seguir un montón de gente”.
Ahora, los integrantes del Dúo Sierra Maestra y Carolina se preparan para grabar su primer material. Ya tuvieron una primera experiencia de la mano de otro grupo local, Gualicho, que les ofreció sus instalaciones. Aunque tras el encuentro con Los Herrera, el flechazo entre ambos proyectos se concretó con un padrinazgo y otra señal de apoyo: el estudio de grabación de los cuarteteros, a disposición de los sanjuaninos. ¿Y quizá también una colaboración?
“Es tremendo cómo Córdoba nos está abrazando”, dice Mario antes de que el grabador se apague. Luego, sólo queda ser testigos de lujo de lo que sucede cuando sus tres hijos sacan sus instrumentos y hacen lo que más les apasiona: cantar, siempre cantar.