El Festival de Doma y Folklore de Jesús María es un evento que se organiza durante todo el año, como una especie de ciclo interminable, que siempre es una caja de resonancia de lo que ocurre en el país. Es por eso que cuando comenzaron a pensar en esta edición, todo fue hecho con “cautela”.
Así lo definió el presidente de la Comisión Directiva, Juan López, que se mostró muy contento con los resultados obtenidos, que terminan consolidando a Jesús María como una de las fiestas populares más importantes del país y de gran parte de Latinoamérica.
Explotó la taquilla
La gran afluencia de público puede obedecer a varios factores, pero lanzar la venta de anticipadas con tanta antelación fue un acierto. La estabilización de la inflación y un “cambio en el humor” de la gente, puede ser otro.
A esto se sumó la financiación en cuotas fijas que ofrecieron a través de distintas entidades bancarias. A diferencia de otros años, más del 50 por ciento de los tickets se vendieron en forma anticipada.
Esto permitió que en la quinta noche, la Comisión Directiva anunciara que los costos del Festival estaban cubiertos (superando las 140 mil entradas) y sólo quedaba relajarse y aguardar lo que venía.
Desde el arranque, con más de 12 mil personas y un primer fin de semana absolutamente exitoso, en el que se vendieron más de 40 mil entradas, hasta noches de casi 31 mil personas, como la del Chaqueño Palavecino, fueron marcando el pulso de la fiesta.
El armado de una grilla equilibrada, conjugando lo mejor del folklore con el cuarteto, le brindó un impulso adicional a la taquilla.
Cambios organizativos
Una de las quejas que receptaron el año pasado fueron las largas filas para el ingreso al predio. Es por eso que en esta edición se dispuso una mayor cantidad de efectivos policiales para realizar los cacheos y llegaron a entrar hasta 10.500 personas por hora en las noches más multitudinarias.
También agregaron más salidas de emergencia, lo que permitió agrandar en unas 2000 localidades la capacidad del Anfiteatro José Hernández.
El gran problema de este año fue el colapso de los baños internos, que no alcanzan para contener la demanda, sobre todo en los momentos pico de la noche, previo a que suba el artista principal al escenario.
Sobre esto, la Vicepresidenta de la Comisión, Clara Gramajo, se comprometió a construir una nueva batería de sanitarios en el predio. De todas maneras sostuvo que, en algunas jornadas, “es imposible” dar respuesta.
Se vienen los 60 años
El próximo año el festival cumplirá 60 años y desde la Comisión ya están pensado en algunas innovaciones.
Aunque no quiso dar demasiadas precisiones, López adelantó que quieren modificar la forma en que se seleccionan los nuevos valores que suben al escenario Martín Fierro. A su vez, ya prevén noches con artistas especiales y espectáculos de campo.
La gran vidriera
Hace varios años que el Festival también es una vidriera para la política, que elige estar en el palco de autoridades y mostrarse al país.
La vicepresidenta Victoria Villarruel visitó el Anfiteatro por segundo año consecutivo, aunque no tuvo contacto con la prensa.
También llegó durante el segundo fin de semana el Presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, que aportó definiciones sobre el armado cordobés, y hasta el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, también hizo su paso tras bambalinas.
Es por eso que para las bodas de diamante esperan presencias importantes.
Un festival que se agranda
Jesús María cierra una edición impresionante, que seguramente será recordada como una de las más taquilleras de la historia.
Pero el crecimiento no sólo es en cantidad de entradas, sino también en solidaridad. Este año se incorporaron dos escuelas a la organización, por lo que ahora son 22 las cooperadoras que la integran.
La mitad de las utilidades se distribuyen entre los centros educativos que son miembros, lo que ayuda a realizar algunas obras de infraestructura durante el año.