La semana pasada, días previos a la conmemoración de la Independencia, el Indio Lucio Rojas lanzó su nuevo EP titulado Por cantar nomás.
En el material se encuentran cuatro canciones compuestas por él y por sus compañeros Alfredo Rojas y Efraín Colombo.
A excepción de Sabés que te amo, donde participa Pedro Toledo, y de Cuando te amaba, donde se suma Benito Roberto Aranda.
En diálogo con La Voz, el artista criado en el monte salteño cuenta detalles del lanzamiento.
“Estoy muy feliz porque este EP representa una nueva herramienta que tenemos para comunicarnos con la gente. Sentimos que el formato disco quedó un poco atrás y hoy tenemos la suerte de contar con estas nuevas plataformas, que están al alcance de nuestras manos y nos permiten hacer llegar nuestro trabajo de una manera espectacular”, responde, al otro lado del teléfono.
Y detalla: “Lo titulé así porque justamente surge del deseo simple y genuino de cantar. Son canciones que vengo trabajando desde hace tiempo, y que de a poco fui agrupando, buscando una forma de compartirlas con el público. El EP reúne cuatro canciones. Una de ellas es Huella sin tiempo, una composición de Alfredo, Efraín Colombo y mía. También está Sabés que te amo, una polka, un ritmo que no suelo hacer, y por eso me entusiasmó tanto. Es de Alfredo, mía y de “Tobita”, un compañero del canto. Después está Cuando me amabas, otra chacarera, también compuesta junto a compañeros del equipo de trabajo".
Luego, el Indio, completa: “Sentí que estas canciones compartían un color, una forma, algo en común. Nos dimos la libertad de experimentar con nuevos sonidos: hay mucha guitarra eléctrica, incluso hicimos duetos de guitarra eléctrica con bandoneón, algo que no solemos hacer en nuestra formación habitual”.
–Para suplir el disco se apuntó a las plataformas digitales con videoclips. ¿De todas maneras tenías más canciones?
–Sí, es que canciones voy a tener siempre. También hay algo importante que charlamos con el equipo de plataformas: dentro del folklore, fui uno de los primeros en usar una nueva herramienta que habilitó Spotify, que permite subir audio y video al mismo tiempo. Eso también es algo novedoso para nosotros. Muchas veces uno no conoce estas posibilidades, o simplemente no las usa porque no sabe que existen. Hoy vivimos en una especie de ebullición digital, con un movimiento muy rápido que nos ofrece herramientas increíbles, pero que también nos exige estar atentos y actualizarnos constantemente.
–Siempre te movés en conjunto, bien cercano a la gente y a tus colegas. ¿Es la esencia del folklore?
–Así lo siento. Todo esto tiene que ver con la forma en que fuimos creciendo con nuestra música. Hoy estoy atravesando un momento maravilloso, pero llevo 25 años cantando. Estuve en la formación de Los Carabajal, y ahí aprendí algo fundamental: el valor de compartir. Compartíamos absolutamente todo. Llegábamos a un festival y cantábamos todos juntos. El Chaqueño con Los Carabajal, Galleguillo con Los Nocheros, Los Tekis con Soledad, Soledad con el Chaqueño, Los Nocheros con Los Carabajal… Y después, en los hoteles, seguíamos con las guitarreadas. Ese fue un proceso hermoso, de compañerismo real, que durante muchos años se perdió. Siento que hoy estamos viviendo un renacer de ese espíritu. Somos una generación que lleva muchos años en la música y que conoce muy bien nuestra raíz. Lázaro Caballero, Cristian Herrera, Paquito Ocaño, , La Bruja Salguero, Bruno Arias, El Chaco de La Callejera, Destino San Javier… Somos muchos, y no somos improvisados. Venimos con años de camino, y eso nos da claridad sobre qué queremos cantar y qué queremos decir.
–Al mismo tiempo mantenés otros proyectos que te tienen sin descanso, ¿no?
–Cuando uno se rodea de amigos que tienen respeto y amor, las cosas fluyen. Por eso nació un proyecto que me emociona mucho: Cantores del Monte, junto a Cristian Herrera y Lázaro Caballero. También estoy componiendo y sacando canciones con David Gómez y Efraín Colombo. Hemos creado un sello digital y una editorial propia. Todo esto para fortalecernos. Con respecto al descanso, aprendí a descansar con el trabajo. Aprendí a compartir con la familia a través del trabajo. Y me llevo muy bien con eso. Me hace bien, me siento en equilibrio, y trato de que todo lo que me rodea funcione también de esa manera. Me hago tiempo para mi familia, para mis hijos. Me hago tiempo para mis amigos. Me hago tiempo para componer. Porque para mí, la música es parte de mi vida en lo bueno y en lo malo. En los momentos difíciles y en los momentos de alegría.
–¿Puede ser que haya cada vez más folklore en las calles? Un sábado a la noche por las calles de Córdoba se puede ver gente tocando y bailando.
–Muchas veces me han preguntado cómo está el folklore. Y yo siempre respondo lo mismo: siempre va a estar vivo. La llama siempre va a estar encendida. Es muy raro encontrar a alguien que haga música –cualquiera sea el género– y que no conozca el folklore. Porque el folklore es identidad. Es raíz. Es nuestra manera de contar lo que somos, sin ninguna duda. Hoy, lo que está pasando con el movimiento generacional dentro de nuestra música es maravilloso. Lo que se ve en Córdoba, por ejemplo, no es casualidad. Córdoba es un lugar de privilegio para la juventud, por la universidad. Y desde ahí se construye algo enorme. Están todos los provincianos en Córdoba. De Jujuy, de Salta, de Formosa, de Tucumán… Y no pierden la identidad. El interior copa estas grandes ciudades como Córdoba o Rosario, y eso fortalece a nuestra música. Porque allá va la guitarra. Allá va el canto. Allá va lo nuestro.
–Y eso traspasa a las generaciones y al público...
–Así es. Yo tengo la mejor relación con toda la changada del cuarteto. Y cuando nos juntamos, los changos quieren cantar zambas. Eso es maravilloso. Porque ahí está la identidad. Ahí está la raíz. A mí me pasa que, cuando armo un espectáculo, también pienso en la gente. Hay canciones que están de moda y me gusta traerlas a mi repertorio, pero siempre desde mi lenguaje. Le pongo el sonido del violín, del bandoneón… Y alguien puede decir: “Che, ¿pero esto no era una cumbia, no era un cuarteto?”. Y sí, puede ser. Pero ahora forma parte de mi repertorio. Porque puedo adaptarlo, pero sin perder lo esencial: mi identidad, mi raíz.
–¿Cómo será el evento en el Quality?
–Me dejaron hacer una peña y para mí esto es maravilloso. Hubiese sido mucho más fácil poner ‘Recital del Indio Lucio Rojas en el Quality’ y listo. Pero soy cantor de peña, soy cantor del patio de tierra. El Quality me ha brindado toda la disponibilidad, que no es algo que comúnmente pasa. Les pedí mesas de peña, tablones, mesas redondas. Quería que hubiera empanaditas, vino, y me dijeron que no me preocupara. También pedí espacios para que la gente pueda bailar, y me dijeron que lo iban a hacer. Yo, agradecido. Va a estar Marina Cornejo, salteña cantora, que forma parte de nuestra productora. Ella va a ser la encargada de abrir. También estará Efraín Colombo, mi hermano cantor del monte y Lázaro Caballero. Luego cerramos nosotros. Dentro de mi show también quiero dejar algunas perlitas de lo que venimos trabajando. Va a estar “La Rojada”, con mis sobrinos más chicos: el hijo de Alfredo, los hijos de Jorge… Vamos a cantar un par de chacareras con los changos y mostrar lo que venimos componiendo en este tiempo. Canciones que tienen que ver principalmente con la canción.
Para ir
El Indio Lucio Rojas se presenta el sábado 12 de julio en formato de peña. El evento se realizará en el Quality Espacio (Av. Cruz Roja 200) y hay entradas disponibles desde $ 25.000 + $ 3.750 por cargo de servicio.