El próximo viernes 6 de junio, Emanero regresa a Córdoba en el marco de su gira “El último Sinvergüenza”. Tras sus exitosos shows en los festivales de verano en la provincia, el cantante y productor traerá al Quality Arena “la experiencia Runfla“, un espacio íntimo y especial para sus fans predilectos.
“Con mi equipo y la banda estuvimos muy contentos con cada uno de los lugares que visitamos en Córdoba, por eso queríamos hacer un show más grande acá en el Quality”, cuenta el rapero en diálogo con La Voz.
Emanero, cuyo nombre real es Federico Giannoni, viajó a la ciudad días previos al concierto para hacer una gira de prensa y, de paso, ajustar algunos detalles para la gran noche.
Sentado en un sillón en el Quality teatro, el cantante de 37 años se explaya con seguridad y cautela. Irradia mucha paz, una sensación diferente a la que suele transmitir cuando está en pleno show, energético y audaz.
Viste un cómodo conjunto deportivo, pero aclara que su marca personal es el traje con corbata, ese que va quedando desparramado canción por canción, a medida que sube la temperatura de la escena.
“Córdoba es un lugar al que vine varias veces, pero siempre están los nervios de cómo van a recibir las canciones nuevas. Aun así, la gente me demostró que es muy cálida y que tiene muy buena onda conmigo, como público y atrás del escenario también. El trato siempre es muy lindo con la gente de Córdoba”, señala.
−Sobre las nuevas canciones, hay algo que me resultó llamativo. Cuando difundiste el simple “Mala Mujer”, hiciste énfasis en que esta vez ibas solo. ¿Sentís que la gente te reclama más las colaboraciones?
−No, de hecho sentía que me estaban pidiendo que haciera una canción solo. Obviamente, eso nos quita un montón de estrés porque a veces es complicado tener que salir a buscar colaboración, coordinar las agendas, los tiempos, la fecha de lanzamiento, etcétera. Es hermoso igual, pero también lo es hacer una canción solo. Me siento capaz y he hecho canciones así en el pasado, no es que siempre tengamos que hacer una colaboración.
−¿Quién es la “Mala mujer” que inspiró la canción?
−No, no existe. Hubo malas mujeres en el pasado, pero en este momento no hay ninguna mala mujer.
−¿Quién fue el o la artista más difícil de contactar para hacer una colaboración?
−Todos fueron muy generosos y se pusieron a disposición muy rápido. Abel Pintos fue “difícil” porque pensamos que quizás no le iba a interesar tanto y fuimos con un poco de vergüenza, pero al final fue supergeneroso y predispuesto.
−¿Y con quién soñás colaborar?
−Muchos. La próxima canción que voy a lanzar a finales de mayo es una colaboración muy soñada para mí.
Se trata, de hecho, de un tema nuevo que lanzó con L-Gante, llamada Romántiko.
Un pasado para homenajear
Giannoni ocupa un lugar importante en la escena musical desde los 17 años y fue testigo de la explosión del rap en Argentina. Con el correr del tiempo, el artista demostró su ambiciosa ductilidad en la música, adoptó varios perfiles para cantar cumbia, bolero, merengue e incluso cuarteto; y se catapultó en la industria gracias a sus “runflas” con artistas de diferentes generaciones de esos géneros.
Hoy, el porteño se enorgullece de todas sus etapas musicales vividas. De igual manera, y aunque la masividad la haya ganado con las colaboraciones cumbieras, su debilidad siempre serán los sonidos que marcaron su origen.
Es por eso que al final de cada show de la gira, Emanero interpreta algunas de sus primeras canciones para que converjan viejos y nuevos públicos en un momento íntimo y especial.
“Lo que más disfruto de eso es saber que hay gente que me sigue desde hace años y conoce todas las etapas de mi carrera. No solo lo veo, me lo hacen saber. Se vuelve una especie de homenaje porque en el pasado no pude venir a un lugar tan grande como este ni hacer estas canciones con las que crecí yo y gran parte de mi público”, asegura.
“Si bien ahora se está dando otra etapa, quiero reconocer mi pasado y hacer un segmento dedicado a mi época más rapera. A mí me gusta hacerlo, a la gente que me apoyó también y a quien se sumó por las últimas canciones le gusta saber de dónde vengo, escuchar otras cosas y verme en otro ámbito que no sea el del traje y con la canción tropical. Creo que salimos todos ganando”, agrega.

En qué consiste la experiencia Runfla
El show cuenta con “la experiencia Runfla”, un espacio exclusivo cerca del artista con mesas y catering durante gran parte de la velada que simula ser el escenario de sus últimos videoclips.
Las entradas (agotadas, por cierto) se vendieron por unidad para que los fans pudieran vivir “la runfla” en carne propia, concepto utilizado por el equipo del cantante para definir a esa unión entre amigos y completos desconocidos.
“Los que sacaron esas entradas van a estar en una mesa de cuatro comiendo, tomando y disfrutando el show un poquito más íntimo y cerca del escenario. Desde lo artístico, la idea es hacerles vivir la experiencia como si estuvieran dentro del videoclip. Tratamos de replicar los videos, no solamente arriba del escenario para los músicos, para que el público se sienta incluido”, detalla.
El último Sinvergüenza tour pareciera ser el fin de una etapa con la que Emanero cosechó éxitos, aprendizajes y nuevas amistades, pero él no lo ve tan así. “En mi carrera fui fluyendo con lo que estaba pasando, con lo que tenía ganas de hacer y con lo que la gente quería. La idea es que nos divirtamos juntos y eso lo voy midiendo en función de cómo van respondiendo. Tengo planeado seguir haciéndolo todo el tiempo que me divierta y me genere goce”, asegura.
−¿Y el traje?
−Por ahora, el traje es un vestuario firma que estoy usando y me parece que es lindo, divertido, cómodo y elegante. La gente lo celebra y me parece que tiene que ver con las canciones que estoy haciendo. Hay una estética y una decisión artística que disfruto y por el momento va a seguir.
La fórmula del éxito
Cuando algo funciona, es muy difícil dejarlo ir, pero también se corre el riesgo de caer en la monotonía y en el aburrimiento.
Federico sabe que uno de los picos más altos de su carrera se produjo en 2022 con el lanzamiento de Bandido junto a FMK, Rusherking y Estani. Ni hablar cuando llegó el hit Sinvergüenza con Karina, J Mena y Ángela Torres, hoy su segunda canción más escuchada en Spotify.
Sin embargo, cuando llega el momento de abandonar la aparente “fórmula del éxito”, el artista no teme barajar y dar de nuevo.
“Es todo un desafío, pero mi carrera y, sobre todo esta nueva etapa, tiene que ver con haber dejado mi zona de confort, lo que había hecho durante 15 años, y ponerme a hacer algo totalmente nuevo. Eso me dio la pauta de que no hay una fórmula y que cambiar puede traer resultados distintos. Siempre y cuando me divierta lo que estoy haciendo, no le tengo ningún miedo al cambio”, reconoce.
“Voy fluyendo. No tengo nada que me limite ni me obligue a hacer algo. Esa es la libertad que tengo a la hora de hacer música y la quiero seguir conservando. (Al tour) No lo pensé nunca ni como una etapa de apertura ni mucho menos de cierre. La verdad es que no veo una etapa de cierre por el momento, ni en el corto ni en el mediano plazo”, añade.
Las consecuencias de las falsas expectativas
Además de estas transformaciones personales, el porteño no es ajeno a los cambios que se están dando en la relación público-artista. En el último tiempo, las redes sociales se llenaron de videos donde la gente toma más protagonismo que el cantante o la banda que van a ver. Muchos llevan carteles donde piden que los suban al escenario para abrazarlos, tocar con ellos o pedirles matrimonio a sus parejas.
Emanero considera que, si bien “es un tema amplio”, las principales causas de este fenómeno son la viralización de casos aislados y la exacerbación de falsas expectativas.
“En el escenario hay un montón de peligros, desde cables hasta efectos especiales. Por eso, yo soy muy cuidadoso con eso. Creo que la viralización de cierto contenido genera ideas que a veces pueden salir bien, pero también son peligrosas”, resume.
A finales de septiembre de 2024, a Emanero le llegó un video viral de una mamá con su hijo que le pedían que lo reconociera entre el público y cantara con él. El artista hizo una gran gestión para cumplirle el deseo a su fan, y juntos interpretaron Adicto.
En otras ocasiones, el cantante hizo lo mismo. Cuando le llega un pedido particular, lo evalúa con su equipo y la producción del lugar, antes de tomar cualquier decisión previa al show.
“Desde el público está la falsa sensación de que alguien levanta un cartel que dice ‘quiero cantar con vos’ y listo, pero es difícil. Muchas veces quise bajar a hacer una canción con el público y la misma producción del lugar te dice que no, porque no es seguro para la gente que está delante de todo. Si te acercás mucho, los de atrás los empujan contra la valla”, deduce.
“Hay un montón de cosas para tener en cuenta. A veces tenés una persona que te está mirando con el reloj y que te pide que redondees y no te podés tomar mucho tiempo para leer carteles. Los principales responsables de esto son el algoritmo y el scrolling, que generan la falsa idea de que algo es más posible de lo que en realidad es”, suma.
El cantante dice que “es un tema delicado”, pero siempre trata de ser amable y atender cada caso. “Muchas veces, el pedido viene por parte de chicos bastante jóvenes, incluso de menos de 10 años. En realidad, ahí los responsables de bajar un poco a tierra y entender los peligros deberían ser los padres”, afirma.
“No solamente por eso, sino también por la falsa ilusión o la expectativa que le pueden estar generando a un chico. Es un tema un poco amplio que a mí y a la producción a veces nos genera un sentimiento encontrado. Queremos, pero no siempre se puede y hay que entender cuando no se puede”, cierra.
Para ver
Emanero se presenta en Quality Arena (av. Cruz Roja Argentina), el viernes 6 de junio, a las 21.30.
Las únicas entradas que quedan disponibles son en el sector Platea A, a $ 57.500 (el precio incluye gasto por servicio), y se pueden conseguir a través de boleterías Quality, la página oficial y en la web de Ticketek.