Gracie Abrams no borra con el codo lo que escribe con la mano. La cantante estadounidense de 25 años le dejó en claro a mediados del año pasado, cuando publicó su disco The Secret of Us.
Es que en esa obra amalgama una canción sobre los riesgos de entrar en una relación aun sabiendo que hay altas probabilidades de salir lastimada (titulada precisamente Risk) con otra imaginando a su ex con una nueva pareja (Blowing Smoke), en un desarrollo lírico en el que las líneas ácidas – bromistas van sedimentando una agria sensación de frustración y dolor.
Todo lo que hace con voz dulce y susurrada, sobre una delicada producción folk & pop con tenues tintes psicodélicos que resuena al folklore (2020) de Taylor Swift. De hecho, comparten productores: Aaron Dessner, de The National, y Jack Antonoff, el líder de Bleachers.
También comparten eso de no guardarse absolutamente nada, de sacarlo todo sin escatimar datos contextuales ni mucho menos honestidad. En The Secret of Us lo hacen juntas en Us, donde contrapuntean voces sobre acústicas de ensoñación para expresar “Y lo que parecía ‘destino’ se vuelve: ‘¿Qué carajo estaba haciendo?’”.
Hay algo en común entre estas cantautoras, sólo que una empieza a agigantarse (Abrams) y la otra ya es una vía láctea en sí misma. Como sea, este feat, esta colaboración, exuda validación de la segunda hacia la primera.
“Es realmente inspirador ver a una persona tan arraigada a quién es y fuera de la locura cuando está en la cima de la montaña”, le contó Abrams a Vogue sobre su relación con Swift.
“Escribir con ella tuvo el mismo tipo de espíritu que cuando escribía con mi amiga Audrey (Hobert, su coautora histórica) en nuestro sofá en casa, simplemente corriendo, sintiéndome como una niña, como gritando para sacar las cosas, tan conectada”, complementó.
Gracie Abrams, en las antípodas de Sabrina Carpenter
Eso (el proceso de validación) ya había comenzado en el The Eras Tour, donde Gracie Abrams había sido telonera.
Y ya que citamos a esa gira mastodóntica, vale señalar que Abrams está en las antípodas de la otra acompañante de Swift en ese recorrido: Sabrina Carpenter. Mientras Carpenter se sexualiza y recibe críticas de feministas por ello, Abrams se muestra abstraída más levemente distante y altiva.
En trazo grueso, se podría decir que una (Sabrina) es una rubia que agita eso de ser sex bomb, al tiempo que la otra es morocha de corte carré y propensa a una estética cutie que ha fascinado a Sofia Coppola, directora de la campaña primavera - verano 2025 de Chanel.
Gracie Abrams se unió a la lista de embajadoras de la marca tras lucir sus diseños en eventos icónicos como los Grammys y la Met Gala.
Bajo la dirección de la aclamada cineasta, la campaña, fotografiada por Craig McDean, presenta “una narrativa visual que combina fotografía, música y cine”, según una presentación oficial.
Chanel describió esta colaboración como “una visión contemporánea y femenina del universo de la marca, con imágenes que retratan a Abrams como una ‘heroína de película’, evocando las icónicas protagonistas de las películas de Coppola”.
La directora de Perdidos en Tokio, a su turno, ha considerado a su musa como “talentosa, elegante y auténtica”.
Gracie Abrams y la sombra de ser una nepobaby
Si bien la fundamentación de Coppola es potente, a Gracie Abrams la persigue el rótulo de nepobaby, por ser hija de JJ Abrams y Katie McGrath.
Su padre cocreó las series Lost y Alias, y también dirigió varias películas de Star Wars, destacándose entre ellas El despertar de la Fuerza. Su madre, en tanto, es una exasesora política que comenzó su carrera en Washington, D. C. y ocupó cargos en importantes empresas.
“No me interesaba en absoluto que me asociaran con nada de lo que hacía mi padre”, le dijo a The Times a pocos meses de haber publicado The Secret of Us, sucesor del debut Good Riddance (2023) y, al cabo, frutilla de postre de un desarrollo industrial que se inició con el simple Mean It (2019) en el torbellino de TikTok.
“De niña no tenía ninguna ambición convertirme en artista. Era demasiado tímida e introvertida como para pensar que algún día me subiría al escenario y que la gente conocería mis canciones. Me daba mucho miedo la idea de que alguien más me escuchara”, confesó, también ante Vogue, como para dejar en claro que todo lo cocinó ella sola y en su mundo privado.
Este textual fue prolegómeno para contar que desde niña – adolescente comenzó a tocar la batería, el piano y la guitarra como autodidacta, y que por encima de creaciones espontáneas con esos instrumentos afloraban letras con cierta facilidad. De todos modos, la posibilidad de cantarlas formalmente no se le cruzada por la cabeza: “Nunca me consideré cantante, así que no crecí estudiando vocalistas. Crecí estudiando compositores cuyas letras realmente me inspiraban”.
¿Cuál habrá sido la epifanía, entonces, que le permitió salir del placar en términos de intérprete de sus propias canciones? Ella no recuerda un hecho puntual sino que se dio “naturalmente”. Y añadió que así fue ganando confianza hasta desechar completamente la idea de cederle sus creaciones a alguna estrella más curtida. “No iba a pedirle a nadie más que cantara mis canciones. En ellas todo es tan personal que ni siquiera se me pasó por la cabeza”, aseguró la artista que, según una crítica de la agencia AP, a partir de The Secret of Us “es más íntima y menos reservada que sus trabajos anteriores”.
“Esta vez, sus canciones no son recuerdos de un desamor que se desvanece, una inseguridad prolongada ni una culpa persistente. Suceden en tiempo real, desarrollándose y disipándose en el disco. Las melodías urgentes y los puentes vibrantes de este álbum seguro son una evolución de los trabajos anteriores de Abrams, cuando su música pop, de autor, suave y de ’chica triste’, era mucho más melancólica y ansiosa”, subraya esa review.
Sólo queda ver cómo reacciona la creatividad de Gracie Abrams ante la felicidad que parece sentir con el actor Paul Mescal, con quien nunca oficializó del todo a pesar de la cantidad de pistas que ofreció acerca de que la relación va viento en popa. ¿Habrá entrado a esta unión consciente de que compuso Risk? ¿Temerá tener que componer otra Blowing Smoke?
“Lo que me encanta de una relación sana es que tu vida no cambia radicalmente. Simplemente, encajas el uno en el otro de una manera que se siente positivamente desafiante y profundamente solidaria”, le dijo a Cosmpolitan en un especial de San Valentín, sin siquiera nombrar al actor irlandés de 29 años.
Y cerró de modo categórico: “No hay nada mejor que estar con alguien con quien no estás fingiendo. Prefiero estar soltera el resto de mi vida que sentirme incómoda en una relación”.
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