De modo sugerido más que explícito, Gustavo Cordera dice que su arte empieza a ver la luz después de haber sido cancelado por sus repudiables dichos en una conferencia de 2016.
Lo hace en La Voz en Vivo y vía Zoom, mientras confronta al panel de periodistas con un “están buscando un título” sólo porque las preguntas que surgen reparan en su perfil de polemista irremediable.
Lo concreto es que el excantante de Bersuit cumplirá este viernes 1° de agosto y en Club Paraguay con su visita anual a Córdoba junto a La Caravana Mágica, la banda con la que va sedimentando un cancionero de cumbias con proclamas de autenticidad.
“Estamos yendo a Córdoba una vez al año. Y cada que vuelvo me encuentro con que la familia va creciendo. Es un proceso muy lindo, muy de boca en boca, muy muy presencial. Es un fenómeno real”, señala en el arranque de la entrevista, que continuó con la consulta sobre cuál es público y qué lo distingue.
“Eso lo hace el marketing ¿viste? Tratar de analizar cuáles son las características de un público, quiero decir. Lo que sí sé, es que esta propuesta conecta con el ser humano. Con la persona, no con el público”, contestó.
Luego especificó: “Yo te canto a vos, le canto a una persona. Entonces, esa persona se siente identificada… Se limpia con esa canción, puede expresar con esa canción y puede vivir a esa canción desde un lugar no marketinero. Hoy, la industria tiene esta cosa de ir en búsqueda de comunidades. O de pensamientos igualitarios que se puedan agrupar. Eso, de alguna manera, limita al individuo, a la experiencia individual”.
Gustavo Cordera y la necesidad de salirse de la lógica dual
Cordera añadió que trata “de llegar a las a las personas que buscan salirse de la matrix, del mundo dual, del pensamiento políticamente correcto”.
“Trato de llegar a las personas que buscan la autenticidad, su propia forma de ver el mundo, de pensar, de sentir. Y si bien no es la mayoría esa gente, hay muy pocos solistas o grupos que pueden reportarle a un ser humano ese aire de libertad. Si vas a los conciertos, te vas a encontrar con gente que en su vida Matrix vota a Milei con otra que lo hace por Cristina; con gente de distintas edades o grupo social”, redondeó.
Según el artista, es tan inclusivo lo que propone desde la música que hasta recibe “capturas de pantalla de pibas feministas con sus entradas”.
“Lo mismo de gente de la comunidad LGTB. También van deportistas a mis shows. El arte tiene otro lenguaje, que puede llegar a ser político también aunque no partidario. El análisis que me proponés tendría que hacerlo alguien del marketing y no puede hacerlo. Esa, precisamente, era la dificultad que tenía la compañía. No tenía ninguna dificultad para vender cualquier banda o solista, a excepción de Gustavo Cordera”, completó.
En la continuidad de la entrevista, Gustavo Cordera se refirió a por qué compartió en sus redes un pasaje de la serie El encargado, en el que Eliseo (el personaje de Guillermo Francella) usa retórica revanchista con aquellos que quisieron “contarles las costillas”.
“Me gusta jugar, amigo. Yo soy un jugador, soy un gran jugador. A buen entendedor, pocas palabras. Esa escena de Eliseo me conmovió porque es un espejo de la sociedad en la que vivimos. Y me pareció pertinente usarla para presentarme en el Quilmes Rock”, explicó antes de aclarar que “no es una respuesta” contra el caretaje.
“Cada uno puede ponerse la careta que quiera –reforzó–. Pero el arte espeja, remueve, provoca, abre estructuras. Es la respiración… Y es lo que vas a buscar si te interesa el arte, no el entretenimiento”.
“Un Dalí, un Picasso te interpelan cuando mirás sus obras, porque están desnudando a la sociedad de la que formaron parte. El arte siempre es disruptivo. Fue así a lo largo de la historia de la humanidad. Es para eso que hago las canciones. No estoy para que la gente me ponga ‘Me gusta’. No quiero empatizar sino resonar con la persona que me escucha”, desarrolló.
–¿Cómo ves desde hoy el hecho de haber sido cancelado?
–Lo asumo. Para mí, es absolutamente natural teniendo en cuenta el rol que cumplo dentro de la sociedad. Soy una persona auténtica que no tiene filtro, que no se calla nada. A los auténticos, al igual que a los niños, se los hace callar. Siempre. No importa lo que se diga sino que no se diga. El mundo matrix en el que vivimos tiene una moral que busca silenciar a los distintos. ¿Por qué? Porque interpelan al status quo. Ya estoy acostumbrado a eso. Lo acepto, lo asumo… Ese es mi análisis.
–¿Lo de ser disruptivo te acerca a un fenómeno como el de Milei?
–En lo disruptivo, puede ser. En la manera de pensar, no, porque él es un economista y yo soy un artista, tenemos distintos lenguajes. Él va por otro lado, utiliza otros recursos para comunicar y encontrarse con la gente que no manejo en absoluto. Ni me interesa manejarlos.
–Además del mensaje de Eliseo de “El encargado”, en otra publicación señalaste que supiste rebelarte ante una “izquierda retrógrada progresista”, a la que le habías sido funcional y que te condenó.
–No lo diría de esa manera en este contexto. Las ideas siempre forman parte del estado de ánimo que tengas en cada momento ¿me entendés? Hoy tengo una visión mucho más completa de todo. En general, los artistas siempre somos funcionales a las corrientes políticas. ¿Por qué? Porque nos utilizan, porque operan con nosotros. Para las corrientes políticas es muy importante que un artista sea parte. Así, llegan a más gente. Claro que fui utilizado y que me sentí muy desilusionado y engañado, pero ese es un problema mío. De mi ingenuidad de no entender el mundo en el que estoy en el que estoy viviendo; entonces, no puedo responsabilizar a nadie. He sido muy ingenuo. Por eso ahora me represento a mí mismo; represento al arte y a las canciones que hago. Le pongo el pecho a cualquier bala, pero por mi corazón, por mi sentimiento, por lo que pienso, por las canciones, no por un partido político.
Cordera aclaró que a él también lo engrandeció ser parte de algo: “El pensamiento políticamente correcto te trae mucha gente que piensa que sos buena persona. Y la realidad es que, cuando todos pensamos igual, alguien lo está haciendo por nosotros, somos funcionales a un suprapensamiento que es mucho más oscuro”.
“Ahora estoy protegido por mi alma, mi autenticidad, mi corazón, por la libertad que tengo para expresarme… Y por la experiencia de vida que tuve, que fue maravillosa”, enfatizó.
–En el Cosquín Rock pasado se rumoreó fuerte de que volvía Bersuit con vos como cantante. Pero los que volvieron fueron Los Piojos…
–Si volviéramos nosotros nos iría mejor todavía.
–Entonces, ¿por qué no?
–Si yo te pido a vos ahora que vuelvas a jugar al fútbol como jugabas a los 20 años, ¿podés hacerlo? ¿No? ¿Y por qué me piden a mí que lo haga? Es mucha intensidad… La verdad es que llevo 16 años con La Caravana Mágica. Con la banda hicimos ocho discos y nos atravesó esta famosa condena social de ocho años. Fueron ocho años con cancelaciones que llevaron a que mis canciones no se pudieran escuchar ni interpretarlas en vivos en ningún lado. Estuvimos total y brutalmente cancelados. Y esas canciones (las de los discos Entre las cuerdas, Libres o Tecnoanimal) no tuvieron oportunidad de ser escuchadas y ahora la gente las está escuchando. Canciones como Soy mi soberano, Soy rock, El asalto de cumbia, La bomba loca, Hablándote, Tiradera para vos, Cómo enfrentar el miedo, El baile del esclavo y El baile del error… Son muchas canciones las que están enamorando a la gente como si se tratara de una banda nueva. Y ese proceso lo quiero vivir.
–Ya lo estás viviendo, ¿no?
–Sí, estoy teniendo esa oportunidad. Estuvimos en el Quilmes Rock y vamos a estar en la próxima edición del Cosquín. Con José (Palazzo) nos conocemos desde los primeros Cosquín Rock y después hubo conflictos entre nosotros, no nos dimos más bola por muchos años y ahora nos estamos reencontrando, ya más grandes los dos. Eso hace que tenga la posibilidad de mostrar este proyecto sin, por supuesto, olvidar en los conciertos las canciones que escribí para aquella formación. Mi caramelo, Un pacto, La soledad y tantas otras como El estallido, La bolsa, Yo tomo. Toda mi energía, toda mi vida, toda mi alegría están puestas en ese lugar… Y la gente está respondiendo. Para noviembre, nos aventuraremos a un Obras con La Caravana. Si todo eso funciona y me reporta alegría, voy a estar más abierto a la posibilidad de un reencuentro con Bersuit.
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