Ismael Serrano vuelve a Córdoba este 7 de diciembre para presentar su nuevo espectáculo en formato acústico, que, a diferencia del anterior, lo tiene solo a él sobre el escenario junto a su guitarra. Es una invitación a la reflexión profunda sobre cómo vivimos y consumimos la realidad y el arte hoy.
El músico define el rol esencial de su arte, afirmando que “la vida sin música es un etcétera, un aburrido inventario de anécdotas en blanco y negro, un viaje en barco con marejada y en un camarote sin vistas al exterior”.
Subraya que el propósito del cantautor es encontrar esa canción que salve de la pena, festeje los encuentros y recuerde el tiempo vivido.
El poder terapéutico de la música
En diálogo con La Voz, Serrano compara su actual show de guitarra y voz con el momento en que su madre le regaló su primera guitarra. Si bien muchas cosas han cambiado con el paso del tiempo, el núcleo se mantiene.
“Tiene el mismo efecto terapéutico. La música sigue siendo una herramienta para tratar de entender el mundo que me rodea, entenderme a mí mismo y sobrellevar mis miedos y la adversidad. Cuando me subo al escenario, de alguna manera me conecto con ese chaval que empezaba a componer sus primeras canciones a los 18 años”, reconoce.
A diferencia de la juventud, donde “todo es urgente y definitivo”, la edad le enseñó a que hay “muy pocas cosas realmente definitivas”. Esa madurez le permitió tomarse algunas cosas con menos solemnidad y volverse “más permeable” a la hora de componer, enriqueciendo su música en matices.
La crítica a la hiperconexión
En el centro de su propuesta acústica está el desafío al “hiperconsumo”, donde todo parece un video de TikTok que “sucede en 15 segundos”.
Serrano critica la tendencia del público a grabar todo el concierto con el celular, señalando que “las redes sociales son tiranas”, porque exigen ser alimentadas permanentemente.
“Da la sensación de que nada es real si no hay una constancia digital en redes sociales. Estamos perdiendo esa sensación de lo efímero. Queremos perpetuar los momentos, en cierto modo, lo queremos todo. Somos casi como niños pequeños, que queremos la experiencia, pero además queremos revivirla constantemente”, señala.
“Estamos perdiendo la capacidad de entender que hay cosas que no se repiten, que por más que hagas una foto o un video, lo importante es saborear el instante y vivirlo para darle sentido pleno a la experiencia. Al final, se tiene una experiencia muy superficial en tanto y en cuanto lo único que se quiere es dejar un vídeo”, agrega.
Su espectáculo de guitarra y voz es un intento de “desafiar un poco esa impostura”, buscando contar historias y relatos que exijan focalizar la atención del público. El artista subraya la necesidad de valorar el tiempo, porque no somos conscientes de que “el tiempo se nos va de las manos” por más que intentemos “congelarlo en un videito de TikTok”.
“Es una lucha difícil porque uno mismo, muy consciente, cae en contradicciones, porque uno también vive muy pendiente de las redes sociales. Gran parte de nuestro trabajo consiste en generar contenidos, porque de otra forma es muy difícil comunicar nuestras giras y proyectos. Entonces, encontrar un equilibrio es bastante difícil. La propuesta de Guitarra y voz es desafiar esa impostura”, asegura.
Para ver
Ismael Serrano trae su Gira acústica: guitarra y voz a Quality Espacio (av. Cruz Roja 200) este domingo 7 de diciembre. Las entradas se pueden conseguir en boleterías del lugar y por la página web. Los precios van desde $ 46 mil hasta $ 113.500 (los valores incluyen gastos por servicio).
