Este domingo, durante el set de Los Caballeros de la Quema en el Quilmes Rock, Iván Noble recordó que los incels de hoy son los virgos de ayer. El cantante lo hizo al comienzo, a la hora de las presentaciones. “Buenas tardes, monada. Estamos debutando en el Quilmes Rock. Mirá que hay que debutar con 50 y pico de años. Un poco virgos… ¿Cómo se dice ahora? Incels, un poco Incels”, largó el frontman.
“Falta que hagamos un video con inteligencia artificial donde el Ministro de Economía sea un espartano, un guerrero”, añadió al comienzo de un show en el que sus compañeros y él interpretaron Pejerrey, Todos atrás y Dios de 9, Malvenido, Fulanos de nadie, Sapo de otro pozo, Avanti Morocha y Oxidado, entre otros clásicos de esta formación que tuvo epicentro popular en los ‘90.
Más adelante, hacia el promedio del show, Noble pidió por más memoria.
“Memoria. Como decía María Elena Walsh, en el País de Nomeacuerdo, damos tres pasitos y nos perdemos”, señaló el artista, quien a la hora de Rajá rata cambió la letra para cargar contra el Ejecutivo nacional. “Calentita la Rosada, ¿no, señor sultán?/ Qué bien que la lustran usted y sus perritos”, disparó en ese momento.
Los Caballeros de la Quema regresaron en 2023, luego de varios años de inactividad.
Lo hicieron un poco porque sus miembros reconectaron y otro porque se encontraron con una efeméride tentadora: el 25° aniversario de La paciencia de la araña (1998), un disco que así como los consagró como populares y masivos trajo consigo un vendaval de sensaciones que comenzó a agrietar su frente interno.
“Confieso que una de las primeras cosas que me asustaban de esta cuestión era volver a ser frontman de una banda de rock”, le dijo Noble a La Voz por entonces.
“En mi proyecto solista tengo momentos que son de rock, pero en general nado por otras aguas. Desde el minuto cero de mi proyecto busqué otra sonoridad, otro concepto, otro disfrute, que tienen que ver con otra cosa más íntima, más acústica. No sabía si me iba a quedar bien la armadura. Valga la redundancia, era como un caballero que se iba a probar la armadura que había dejado en desuso. Había que ver si entraba”, añadió.
En ese contacto, al ser consultado sobre qué pasó finalmente, el cantante contestó: “La verdad es que me sentí muy cómodo rápidamente. Fue fundamental consensuar con los pibes las canciones que todavía nos quedaban bien. Está eso que planteaste en la pregunta: las cosas que uno disfruta a los 20, al recrearlas 25 años después puede parecer una caricatura si no encuentra el punto exacto”.
“A muchas canciones de Caballeros hacía bastante tiempo que no las escuchaba. Pero resultó que en un 80 por ciento de nuestra obra me pareció que estaba bueno, que tenía poder y calidad. Me gustó reescuchar a nuestras canciones y me gustó más volver a cantarlas. Y con las que no llegamos a un acuerdo, no las tocamos. Fue tan simple como eso. Pero sí, fue un reto”.
En aquella oportunidad, además, Noble reforzó que se sentía “rejuvenecido” al frente de Caballeros de la Quema: “Y digo aun a riesgo de que suene naif o a clisé. Creo que somos una mejor banda ahora que hace 25 años. Lo sostengo. Somos una banda más añeja que no apuesta sólo al vigor que, por otra parte, ¡¡¡ya no tenemos tanto!!!”
“El rock es sinónimo de vigor, desmesura, cosa hormonal… OK, pero ahora somos como esos jugadores que pasan la línea de los 30 y piensan el oficio de otra forma. Tenés que saber caminar la cancha y poner sobre ella otro tipo de recursos”, cerró.
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