A finales de junio, Dillom presentó su celebrado Por cesárea con dos shows conceptuales en el Luna Park que incluyeron un significativo aporte cordobés. Además de su guitarrista, Gringo666, un pibe desgarbado y con un bonete blanco en la cabeza asomó su personalidad de dibujito animado ante la multitud.
También presente en los créditos compositivos del segundo álbum del artista porteño y con la no tan fina estampa de su voz en el tema La novia de mi amigo, el cordobés es uno de esos nombres que se descubren hurgando en la información que rodea a ese personaje que nos fascina. Basta googlear un poco para encontrarnos con algo más que ese hito: Lopez tiene ya dos álbumes publicados y el segundo de ellos, Culiado, salió apenas hace dos meses. Y sí, también tiene a Dillom (que se suma en el proto-hit Me siento solo) entre sus condimentos.
“Cuando hice este disco, lo pensé en ese plan: hacer la música, sacarla y después ir a tocarla a donde se pueda, llevarla a todos lados de esa forma”, apunta el protagonista luego de atender el teléfono y hablar de su próximo paso: la gira de presentación de este álbum producido por él y barnizado junto a Bernardo Ferrón y Ruben Ordoñez, dos maestros del audio de Córdoba para el mundo.
“Es muy necesario el plano real, de tocar la música en vivo y hacer la performance de las canciones, más allá de lo virtual. El show complementa mucho lo que es la música en sí”, cuenta Lopez a la hora de hablar del concierto que dará en Pétalos de Sol este domingo. Será a partir de las 19 y junto a otros dos proyectos: sus amigos de Las Maquetas, cultores del dream pop, y una banda que le recomendaron fervientemente, Rata Kon Thinner.
En ese sentido, la parada cordobesa del Culiado Tour tendrá sabor a celebración de un camino recorrido y de un regreso esperado. “Es algo muy loco porque dejé de estar presente en la ciudad por el hecho de haberme ido a Buenos Aires. Solamente hice un show desde que saqué mi disco anterio”, apunta este cultor del indie alternativo y el hip hop en referencia a No más promesas, lanzado en 2022 como una suerte de exorcismo creativo de cara a un futuro incierto.
En ese momento, recién se instalaba en Buenos Aires y de a poco lograba insertarse en un circuito de amigos y colegas que lo llevarían a abrazar la música como oficio de tiempo completo. Ese primer disco es, también, una foto del momento preciso en el que Lopez dijo “es por acá” y no dudó.
“Es como el volver a empezar”, asegura hoy sobre este show de reencuentro con su entorno y su público local para presentar Culiado en su lugar de origen. “Mi banda está conformada por amigos que tengo hace años, que conozco hace muchos años, que son todos de Córdoba. Mi fin es poder tocar y después volver a venir, y hacerlo más seguido, más continuo. Siento que es algo que perdí un toque y tengo ganas de volver”, dice sobre su vínculo con una ciudad que tuvo que dejar para poder crecer.
“Necesitaba sentar cabeza en mi vida, sacar un disco que me represente y hacer la música que quería para volver a mi raíz”, define sobre el álbum en el que convirtió su vida en una historia de película. Y a él en un antihéroe de videojuego que encuentra su redención a través de la música. El track final, con forma de R&B y gospel y titulado Lo admito, habla por sí solo.
Como una ruleta
Nadie podrá decir que Juan Lopez no lo intentó de todas las formas posibles. Desde que era algo más que un adolescente, y esperaba horas para a entrar a shows que no podía pagar, hasta aquel día en el que se quebró un brazo en su debut en el festival Nueva Generación para, previo paso por el hospital, luego volver a subirse al escenario enyesado y todavía conmovido.
Esa tenacidad tiene que ver, también, con una decisión que le modificó la vida y tiene consecuencias que se extienden hasta este presente de crecimiento y expectativa por lo que vendrá. En 2021, luego de sacar Cortisol, un EP conjunto con Ill Quentin (miembro de la Rip Gang), Lopez se instaló en Buenos Aires y lo que parecía una estadía de unos días se convirtió en una etapa de varios meses.
“Yo cuando vivía en Córdoba no me podía dedicar a esto y no sabía bien qué hacer”, recuerda hoy con 26 años y casi tres de residencia porteña.
“Quería hacer música y decidí mudarme allá con la suerte de poder conocer mucha gente, muchos artistas que me dieron lugar a poder trabajar con ellos en composición y producción. Hoy en día puedo vivir de hacer cosas para otros artistas y de mi música. Siento que estos últimos años estuve más concentrado en darle prioridad al estilo de vida que quería, a lo que quería hacer”, reflexiona Lopez sobre ese pasaje del anhelo a la concreción.
–¿Cuál creés que fue el clic? ¿Cuándo empezaste a tomar esto como un trabajo permanente?
–Creo que hubo varios momentos, aunque los más importantes son dos. Uno fue a finales de pandemia, que fui a Buenos Aires porque habíamos sacado Cortisol. Yo me estaba quedando en la casa de un amigo, Fermín (Ugarte, productor de Por cesárea), y terminé aprovechando ese período para juntarme con artistas a hacer música. Empecé de esa forma, después decidí mudarme. Empecé a buscar un laburo, estuve un montón de tiempo yendo a entrevistas y no se me daba porque no tengo un currículum para un trabajo normal. Y una vez, hablando con una amiga, ella me dijo “no busqués un laburo, si sabés hacer música y producir, aprovechá de la ciudad, acá todo el mundo se dedica a hacer cosas vinculadas al arte”. Ahí me di cuenta de que también podía trabajar como artista visual, editar videos, un montón de skills que tengo dentro del arte. Ese fue el momento exacto en el que empecé a rebuscármela.
–“Culiado” es un proyecto bisagra, que tiene mucho de autobiográfico. ¿Qué significa en tu carrera?
–Hubo un momento, antes de cerrar el nombre y las canciones, en el que sentía que toda la música que había sacado me gustaba, pero no sentía que fuera algo bisagra. Ahí dije “no puedo seguir siendo tan vago, tengo que hacer un disco que marque un antes y un después en mi vida”. Por eso decidí hacer este disco yo solo, más allá de la ayuda de Bernardo Ferrón, que es un gran productor. Pensé en hacer un disco como lo hacen los artistas que me gustan, pero desde mi lugar. Busqué que sea algo que marque, que sea una diferencia, que se note de dónde vengo. Es difícil poder encontrarse en el arte cuando todo está cambiando tan rápido. Empecé a rever cosas viejas, otras nuevas, y a tratar de lograr una mixtura de todo lo que soy en canciones. Estoy muy feliz, siento que me representa a la perfección.
–Venís de cantar en el Luna Park junto a Dillom y participaste del proceso de “Por cesárea”, ¿qué podés contar sobre eso?
–Ese disco es muy increíble. Tuve la suerte de estar en todo el proceso de composición y armado del disco, hay dos canciones nomás en las que yo no participo. Estoy muy agradecido sobre todo porque fue un equipo en el que éramos todos amigos, se dio todo muy fácil, toda gente muy talentosa. Poder aportar mi grano de arena a eso me pone muy feliz. Nos guste o no, es un disco que va a quedar dentro de la música y de la cultura argentina. Es un gran point en mi vida haber participado de eso. Y lo mejor es ser cercano a ellos y vivirlo como algo que me pone muy feliz. Hicimos varios camps alejados de la ciudad, tengo recuerdos muy divertidos de todo eso. Y cantar en el Luna Park fue muy loco. Antes de subir, pude ver toda la gente y ahí me cagué un poco, pero cuando salí al escenario dije “esto es mi trabajo, esto es lo que hago”. Por suerte todo salió muy bien las dos noches y al no ser mi show me dio más tranquilidad. Haber formado parte de eso y haber cantado ahí para mí es algo histórico, no le pasa a todo el mundo.
Para ir
Juan Lopez presenta Culiado este domingo 21 de julio desde las 19 y en Pétalos de Sol (av. Marcelo T. de Alvear 396). Invitados: Las Maquetas y Rata Kon Thinner. Entradas desde $ 8 mil (más cargo por servicio) en Alpogo.com.
