Juliana Gallipoliti se hizo conocida cuando participó en La Voz Argentina en 2018. En aquel momento, integró el equipo de Tini, quien pulsó su botón de selección a segundos de escucharla cantar.
Oriunda de Corrientes, la artista de 25 años se instaló en Buenos Aires tras la explosión del reality, y desde allí busca establecer su carrera musical. Una carrera que empezó de una manera muy curiosa.
En diálogo vía Zoom, lo recuerda con emoción, subrayando la alegría de haber sido una niña con un sueño que hoy parece haber alcanzado. “De niña me gustó el arte en general. Empecé con danza clásica, a los 4. Fue mi primer acercamiento a la música. Bailé durante varios años y también me gustaba cantar, pero no me animaba, porque soy tímida”, introduce.
Y ante la repregunta por su timidez, continúa: “Es que me da mucha vergüenza cantar en público, me cuesta. Lo hacía sola, en mi pieza. Un día, a los 9 años, mi papá me comentó que podía cantar en una radio de Corrientes en la que, los miércoles, había karaoke y se podían ganar premios. Solo tenía que llamar por teléfono y cantar. Me cerraba porque nadie me veía y no tenía que salir de casa”, añade.
“Cuando llamé la primera vez, los chicos de la radio –que son músicos reconocidos en Corrientes– me dijeron que les había gustado mi voz, que cantaba bien y que podía estudiar para seguir perfeccionándome. Eso me incentivó y ahí empecé canto, a estudiar técnica vocal, y bueno… nunca paré. De ahí vinieron mis primeras contrataciones, a los 10 años. Cantaba en eventos privados, fiestas de 15, casamientos. Y de a poquito fui creciendo en la provincia, me empezaban a reconocer y me contrataban desde el gobierno”, recuerda.
–Llegaste con bastante experiencia a “La Voz Argentina”...
–Sí, pero de todas maneras fue un boom que no podía imaginar.
–¿Cómo fue ese proceso de aprendizaje?
–Fue demasiada información en muy poco tiempo. Yo venía del interior, con otro ritmo de vida. Sabía que iba a ser un gran impacto, pero no me imaginaba que tanto. Capaz que en mi cabeza era de otra manera, pero cuando entré y salió al aire mi audición, mis redes explotaron. Tenés a todo un país opinando, bien y mal. Y solo tenía 18 años. Es fuerte. Todo impacta, de buena y mala manera. Al ser tan chica, fue todo de repente y no la empecé a pasar tan bien.
–¿Te afectó mucho?
–Sí. Y yo me presionaba mucho también. Soy muy perfeccionista, entonces, al saber que el programa quedaba grabado para siempre, me presionaba para que saliera todo bien. Después salís, ves los comentarios y, aunque haya buenos, por ahí te quedás con los malos. Hoy me lo tomo de otra manera.

–¿Cómo se da tu llegada a Agapornis?
–Surge hace un par de años, cuando me instalé en Buenos Aires enfocada en mi proyecto solista. Como a todos, me frenó la pandemia, me pasaron cosas y, bueno, al bajonearme, estaba un poco frenada con mis canciones. Un día veo un mensaje en Instagram, de una persona verificada que me pedía el contacto. Cuando averigüé, era un integrante de Agapornis, y pensé que me llamaban para ser corista. Y ahí me comentaron que estaban buscando cantante principal y si estaba dispuesta a hacer el casting. No dije que sí de una porque realmente quería darle la atención que se merece a mi trabajo, no quería dejarlo de lado. Pero, claro, que te busque una banda así era una buena oportunidad para crecer.
–¿Conviven bien los dos proyectos?
–Sí, súper. Primero, porque es cumbia pop y lo que siempre quise hacer fue pop. Me mantiene en constante movimiento, con muchas presentaciones, recitales. Tocamos muchísimo. Todo ese bagaje, uno como artista lo siente. A mí me inspira muchísimo viajar y conocer otros lugares. Es como que estás todo el tiempo en permanente práctica. Es un gran momento para mí porque no descuido ninguna de las dos partes.
“El Duelo” de Juliana
Juliana presentó El Duelo el pasado jueves 10 de abril. Sus cinco canciones dan testimonio de un proceso de ruptura que atravesó la cantante. Allí, refleja la búsqueda de encontrarse a sí misma después de haberse perdido en la mirada del otro, convirtiendo una historia personal en un relato inspirador: el duelo como metáfora del crecimiento emocional, el desapego y la posibilidad de volver a elegirse.
–Tus canciones son atractivas por ese sonido pop y también por tu voz. ¿Cómo trabajaste “El Duelo”?
–Lo empezamos a trabajar hace un año. Tenía la idea de sacar material cuanto antes para poder mostrarle a la gente lo que yo tengo ganas de hacer. He probado muchos géneros a lo largo de mi carrera, pero sentía que no me venía definiendo. Y no estoy de acuerdo con esto de encasillarse, pero sí es verdad que tenía ganas de mostrar y decir: ‘Soy buena en esto’. Y no me animaba al pop, por el respeto que le tengo y por pensar que no estaba a la altura. No pensé en un disco tradicional porque quizás iba a tardar mucho más, y la idea era salir ahora. Y salió El Duelo, trabajado con un concepto y basado en vivencias de mis últimas relaciones. Lo fui escribiendo en una ruptura, y todo lo que se puede oír y ver en los videoclips es lo que me pasó. La idea es dejar un lindo mensaje de superación.
–Hay una serie de videos con una narrativa interesante sobre el duelo en tu perfil de TikTok. ¿Hoy un artista debe abarcar todos los frentes?
–Claro. Es algo que hablamos con mi equipo. Justamente me separé de mi última pareja y estoy atravesando el proceso. Entonces, la narrativa sigue y lo puedo transmitir auténticamente en mis redes. Es lo que me está pasando en este momento. Alguien ve el video en TikTok y puede llegar a las canciones.
–¿Es más difícil subir a cantar con Tini en un show o cantar al lado de Mirtha Legrand?
–Te voy a ser cien por ciento sincera. Estaba más nerviosa con Mirtha que con Tini. De hecho, en el programa me quedé dura de los nervios. Me temblaba el cuerpo. Es una figura tan grosa que me impactó y se ve que me quedé dura.
–Si hay una “biopic” de Lionel Messi, ¿estás para actuar de Antonela Roccuzzo?
–(Risas) Me lo dicen todo el tiempo y en todo lugar. El día que se haga la serie, me voy a anotar al casting. Así le sacamos provecho al parecido.