La Barra vivió una madrugada de sábado muy especial en el comienzo de los festejos por sus 30 años de carrera. El grupo resumió buena parte de su trayectoria en el primero de tres bailes en Quality Arena y confirmó su lugar de leyenda viva del cuarteto.
De la mano de un repertorio que revisó distintos momentos de estas tres décadas de historia musical, la banda se dio el lujo de tocar frente a una explanada repleta que no distinguió entre el “adentro” y el “afuera” del sector más amplio del espacio ubicado en la avenida Cruz Roja. Más cerca del escenario, o entre las instalaciones exteriores de Quality, el público se ubicó con comodidad pero sin dejar blancos en la postal multitudinaria.
Fueron más de seis mil personas las que agotaron este primer encuentro (y los de este sábado y este domingo), quienes también pudieron atestiguar una noche cargada de emociones, participaciones espaciales y una larga lista de “temazos”. En definitiva, un momento de celebración junto a muchos de los fanáticos que acompañaron a la banda en sus comienzos y en sus años de mayor éxito.
Por eso, el clima general fue de nostalgia y de “miles de recuerdos” dando vueltas, según se advierte en varios comentarios en redes sociales. Los que se conocieron en algún baile barrabalero, se pusieron de novios y después se casaron, volvieron a decir presente. Los amigos que hace tiempo no salen “de caravana” con regularidad, hicieron la excepción. Los seguidores de distintos puntos del país peregrinaron hasta Córdoba una vez más.
Bajo ese marco, La Barra se dio el gusto de celebrar sus 30 años con la vigencia intacta de un proyecto que se metió la historia grande de la música de Córdoba y vivió –al menos hasta hoy- para contarlo.
A continuación, cinco claves de una noche que fue motivo de reencuentro y celebración para miles de barrabaleros:
30 años en un puñado de palabras. Con puntualidad marcial, La Barra subió al escenario cuando la primera hora del sábado terminaba de completarse. Sin embargo, pasaron algunos minutos antes de que la música comenzara a sonar. En los instantes previos, un texto producido especialmente para el aniversario redondo sonó en los parlantes de la mano de la voz de Carlos “el Bocha” Houriet, relator que repasó la trayectoria de la banda y destacó algunos de su hitos más importantes. La salida de Trulalá, la primera década festejada en el Teatro del Libertador, sus giras por España y varias de sus canciones inolvidables fueron algunos de los momentos destacados en una introducción que ayudó a dimensionar una vez más lo hecho por Javier “la Pepa” Brizuela, Carlos De Piano, Adrián Moyano y compañía.
La emoción de Adrián Moyano. El percusionista apareció en el comienzo, junto a sus compañeros, y luego fue convocado por el cantante para tener su solo de timbaletas y accesorios. “Pegamos carteles juntos”, destacó Brizuela al presentar al músico que meses atrás sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) y estuvo internado durante varios días. “No está siempre con nosotros”, sumó. Luego de abrazar a su socio, “el Oso” se quebró y se fue al fondo del escenario, donde igualmente se lo pudo ver muy emocionado. Aunque ya no es integrante estable de la banda, Moyano sigue siendo parte de la gestión del grupo y es uno de sus pilares.
Reunión de cantantes y una sorpresa. Además de la infaltable –e impecable- voz e Brizuela, el aniversario 30 se nutrió con tres invitados de lujo: Daniel Guardia, Gabriel González y Lucas “Chokolino” Juárez se intercalaron diferentes segmentos de las tres selecciones y compartieron el escenario en el comienzo del cierre. Los tres se acoplaron al festejo y revalidaron aquello que mostró la reunión de Guardia con sus excompañeros en 2023: La Barra vive este presente de aniversarios y reencuentros en modo disfrute. Sumado a eso, la presencia de Fernando Bladys como invitado fuera de programa fue una sorpresa que los propios músicos disfrutaron en primera persona. También hubo regalo a la distancia de los cantantes de Q’ Lokura y participación especial de Marcelo Cáceres, exguitarrista de la banda.
La puesta, con un “chiche”. Con 15 músicos y cuatro cantantes, la propuesta musical de la banda fue contundente en todo sentido y el sonido acompañó esa intención. El progresivo clima de fiesta se potenció con las pantallas ubicadas en el fondo y a los costados del escenario, y también en el centro del campo, rodeando una gigantesca bola de espejos. Un detalle que no pasó desapercibido fue la inclusión de los diferentes logotipos de la banda según el tema (y el disco) que estuviera sonando. También se robó varias stories de Instagram la kiss cam tipo NBA que se podía ver en las pantallas del centro.
Un “resumen”. Luego de la introducción, el grupo puso toda la carne al asador desde el primer instante. La carta fue la apertura de una lista que incluyó Cachetada, No te pareces a nadie, Tikita, Se nos fue el amor, Ven, Romperé, Dime que haré, Que soy pobre, Te vas. Fue “un resumen de estos 30 años”, según subrayó el locutor en más de una oportunidad, aunque con un repertorio de ese calibre es inevitable que siempre quede algún pendiente. Más allá de las preferencias, La Barra dio muestras de una condición envidiable para cualquier artista de música popular: su vigencia tiene que ver con esas canciones que los han convertido en inmortales e independientes de cualquier moda.
