El Hipódromo de San Isidro recibió una vez más con los brazos abiertos al Lollapalooza Argentina, que celebró su décimo aniversario con una jornada inaugural cargada de música, emociones y un público que no dudó en entregarse al festín sonoro.
Desde su llegada al país, el festival marcó un antes y un después en la forma de vivir los shows en vivo, y este viernes, bajo un sol abrasador, abrió sus puertas para dar inicio a un fin de semana histórico.
Una apertura vibrante con MilkShake y el furor de la cumbia
El arranque de la jornada estuvo a cargo del dúo paraguayo MilkShake, compuesto por Majo Maciel y Sabrina Montes, quienes inauguraron el Samsung Stage con su sonido urbano cargado de sensualidad y letras picantes. Su energía fue el combustible perfecto para encender el escenario y preparar el terreno para un día a pura diversión.
Uno de los momentos más esperados llegó de la mano de Los Ángeles Azules. Los mexicanos, ataviados de gala, desataron la fiesta con sus clásicos pegadizos, llevando la cumbia al punto más alto del festival. Aunque muchos esperaban la presencia de Nicki Nicole o Emilia Mernes, dos artistas con las que la banda cosechó éxito en Argentina, Ángela Leiva demostró su talento al sumarse a la presentación con una interpretación impecable que dejó a todos boquiabiertos.
CA7TRIEL & Paco Amoroso: irreverencia y espectáculo en su máxima expresión
Horas antes de subir al escenario, CA7TRIEL & Paco Amoroso enviaron un mensaje a la prensa en el que prometían darle “una vuelta de rosca” a su show del año pasado, cuando hicieron el “listening party” de Baño María, generando una gran expectativa. Y cumplieron. Su actuación fue una obra de arte del caos controlado: un show de fuegos artificiales anunció su llegada, mientras que el escenario estaba decorado con dos inflables gigantes con sus rostros distorsionados por un filtro de Instagram conocido como “Chad” y un frasco gigante con la palabra “Papota”, en referencia a su nuevo disco.
Vestidos con camperas y pantalones que simulaban enormes músculos, el dúo demostró su histrionismo habitual. El momento más hilarante de su presentación llegó cuando aparecieron “a cococho” de dos fisicoculturistas mientras entonaban Pirlo, una de sus canciones más emotivas. El público respondió con una lluvia de flashes, capturando un momento para el recuerdo.
Nostalgia y emociones a flor de piel con Foster The People y Alanis Morissette
Siete años después de su última visita al país, Foster The People revivió a los millennials en sus épocas más hipster. La banda californiana entregó un show pulcro, recorriendo los éxitos de su disco debut con canciones como Houdini y Call It What You Want, y otros como Helena Beat y Coming of Age. El cierre llegó con Pumped Up Kicks, el himno que los catapultó a la fama mundial, desatando un coro multitudinario que se expandió por todo el Hipódromo de San Isidro.

Alanis Morissette, por su parte, ofreció un show que fue mucho más que un viaje a los ‘90. Antes de aparecer en el escenario, se proyectó un video con un racconto de su vida profesional y personal. La aparición de Olivia Rodrigo en pantalla generó una ovación, anticipando la gran expectativa por su show del domingo.
Desde el primer acorde de Hand in My Pocket, Alanis dejó en claro que su set sería una oda a aquellas canciones que marcaron a una generación. Pero su show también tuvo un carácter social y político: en un mundo convulsionado, la canadiense utilizó su plataforma para hablar sobre la violencia contra las mujeres, la diversidad sexual y los desafíos de los adolescentes. Su presencia sobre el escenario, serena pero poderosa, reforzó la idea de que sin ella, quizás no habría Taylor Swift, Olivia Rodrigo o Shakira. Es que, Alanis allanó el camino para que muchas mujeres pudieran expresar sus vivencias libremente a través de la música.
Un cierre de lujo con Justin Timberlake y la magia de los drones
Antes del cierre de la jornada, Lollapalooza Argentina celebró su aniversario con un segmento especial denominado “Wow Moment”, en el que más de 1000 drones iluminaron el cielo con coreografías luminosas, logrando un récord histórico en América Latina. Un tributo visual a una década de música y cultura festivalera.
Justin Timberlake fue el encargado de cerrar la noche, y lo hizo con una maestría indiscutible. Como un verdadero showman, mantuvo hipnotizado al público con su carisma, talento y un despliegue escénico impresionante. Su setlist fue un viaje por los 2000s, con hits como Cry Me a River, Señorita y Mirrors, demostrando que su vigencia sigue intacta. Con movimientos calculados, un impecable manejo del escenario y una conexión palpable con sus fans, Timberlake dejó en claro que su paso por el Argentina será recordado por mucho tiempo.

Mon Laferte, la apuesta por el romanticismo
En el escenario alternativo, Mon Laferte deslumbró con un show cargado de romanticismo y teatralidad. A pesar de compartir horario con Timberlake, la chilena logró reunir a una multitud que se rindió ante su potencia vocal y su estética burlesque. Durante sesenta minutos, Mon tiñó de pasión el festival, entregando una presentación tan emotiva como impecable.
La primera jornada del Lollapalooza Argentina 2025 fue una demostración de diversidad musical, emociones y momentos inolvidables. Con dos días por delante, el festival encendió los motores de la mejor manera posible, dejando muy altas las expectativas para lo que se viene en sábado y el domingo.