En los últimos meses, el músico cordobés Maxi Bressanini comenzó una particular experiencia musical en su perfil de Instagram. Una iniciativa que, casi sin proponérselo, derivó en la consolidación de un ciclo semanal de canciones tristes que empieza a hacerse cada vez más grande.
Se trata de la movida titulada “Canciones para pegarse un corchazo”, y que presenta la siguiente sinopsis: “En esta serie, Bressanini pone en valor esas canciones tristes que conectan profundamente con los sentimientos más melancólicos y que, lejos de ser ignoradas, son cantadas con pasión por una comunidad de seguidores en constante crecimiento”.
Según destaca su creador, el ciclo “no solo es un homenaje a la música melancólica, sino también una invitación a compartir el amor por este tipo de canciones”.
De hecho, a través de esta activación, el exintegrante del Presenta Trío ha dado vida al llamado “Club de depresivos”, una comunidad de seguidores “que participa activamente sugiriendo canciones que les gustaría escuchar en los próximos videos”.
En ese sentido, lo que comenzó como un juego en busca de interacción con el público, rápidamente se transformó en una propuesta que generó mucha identificación, tanto de seguidores del músico como de parte de otros colegas.
Grandes obras
“Nació un día de invierno que hacía mucho pero mucho frío. Yo estaba en casa con la guitarra y dije ‘voy a grabar una canción acorde al friazón este que está haciendo’. Ahí me quedaron las ganas de seguir cantando canciones tristes en esa tesitura, de esas que la gente dice ‘uh, qué bajón’, y que resultan ser grandes obras de la música popular”, resume el bajista.
“De a poquito se fue sumando gente y en una de esas canciones salió decir que somos un club de depresivos que aman la vida”, agrega con una sonrisa sobre la serie de videos que comenzó a compartir en Instagram con frecuencia prácticamente semanal.
“La gente empezó a resonar con esto de hacer canciones tristes con una presentación quizá jocosa, apelando a reírnos de estas cosas que suelen ser comunes en nosotros. Hay un montón de gente a la que le gustan los días nublados y estas canciones tristes”, destaca Bressanini.
“También es rescatar la idea de que algunos somos del ‘team zamba’, y no todo pum para arriba, que no tiene nada que ver con un estado de ánimo, sino que resonamos más con ese tipo de canciones”, suma. Y eso aplica incluso a la canción que inauguró todo este plan: Lloraré, de Los Chalchaleros.
“El argentino es mucho de la nostalgia, mucho del tiempo viejo que añoro y que ya no volverá. Entonces está en nuestro ADN ese gen de nostalgia, de tristeza, de añorar el pago. Y bueno, tomamos eso y también nos reímos, que es la forma más sana que encontramos de atravesar ciertos procesos. Para mí hay dos grandes herramientas que nos ayudan en esos procesos de la vida: la música y el humor”, resume casi a modo filosófico.
Compartir el bajón
Algo que comenzó a pasar a medida que el ciclo virtual fue ganando repertorio fue el involucramiento directo de parte del público que disfruta de las versiones compartidas por Bressanini.
“Hay un montón de gente que desea escuchar canciones tristes y que transmuta eso en algo placentero. Me empezaron a mandar mensajes pidiendo canciones y son ya muchas las que tengo anotadas para hacer versiones”, asegura.
“Además se empezaron a copar músicos y músicas, amigos y no tan amigos, y que me felicitaron por el ciclo, porque también consideraban que era algo necesario tirar ese tipo de onda y empezaron a ofrecerse para participar”, dice el cantautor sobre una nueva etapa que tendrá colaboraciones con variados exponentes de la música cordobesa.
“Se viene una tanda de canciones con notables de nuestra música”, anticipa Bressanini, que adelanta que ya están programados el bandoneonista y director de la Orquesta Provincial de Música Ciudadana Damián Torres (”Vamos a hacer Cuando ya me empiece a quedar solo, de Sui Genris”), Marcos Cordero (productor y guitarrista), Sebastian Tello (pianista y director de coros) o Juan Sans (acordeonista).
“También van estar los chicos de Monada (los hermanos Ninci) haciendo Zamba para no morir”, cierra el músico, que ya convirtió esta idea en mucho más que un desafío circunstancial para crear contenido novedoso. Y esto recién empieza.
