En un año pueden pasar muchas cosas. La reflexión aparece en medio de la charla que Milonga Sin Corte en plenitud mantiene con este periodista de La Voz en el Museo Bar de Carlos La Mona Jiménez. Es que en septiembre, pero de 2023, la banda todavía se enfrentaba al desafío de grabar sus “cuartetangos”, versiones con espíritu de arrabal de algunos clásicos jimeneros que hicieron que este grupo de tango nuevo se conectara para siempre con “el Mandamás”.
Luego de terminar ese registro, y mientras el formato de quinteto se aceitaba, el núcleo dual formado por Verónica Bie (voz) y Benjamín Juárez (violín) giró una vez más por Europa. Regresaron a comienzos de diciembre y con el trago amargo de un robo a último momento que los dejó “en Pampa y la vía”. Pero este proyecto de cruza entre el tango y el cuarteto les dio un horizonte para pensar más allá de la desazón de perderlo todo (o casi).
Este 6 de septiembre, ese proceso cerrará un círculo con la presentación oficial de ese ansiado material. Será en el espacio que Universo Jiménez convirtió en motivo de peregrinación en plena avenida Rafael Núñez y también tendrá la forma de catarsis definitiva para la banda.
Ese día, Bie, Juárez, Ramiro Tarifa Gómez (guitarra), Ana Belén Disandro (piano) y Renata Bonamici (cello) mostrarán la versión actual de Milonga Sin Corte, un grupo abrazó la idea de tocar cuarteto y tango como parte de un mismo lenguaje.
No tan distintos
“La situación del robo retrasó un proceso que podríamos haber hecho apenas llegábamos. Era presentar algo que ya veníamos rumiando, pero hubo que esperar hasta ahora, que casualmente es un año después”, explica la cantante, rodeada por sus compañeros y expectante por el momento que se avecina.
“La mezcla y la masterización la hicimos a principios de este año. Y lo primero que dijimos es ‘qué bueno que no la hicimos apenas volvimos’. Todos esos meses de frescura mental hicieron que lo podamos ver de otra manera. Y la visión del ‘Chinchu’ en la producción musical fue clave”, dice sobre Andrés Guerra, primer ingeniero de grabación que trabajó con el grupo y que nuevamente estuvo a cargo de registrarlo en estudio Liverpool.
“Ahora los vamos a poder presentar tal cual como sonaron en ese disco que grabamos en agosto de 2023, con los invitados que se sumaron”, adelanta luego el violinista, consciente de lo provechoso que fueron estos últimos meses para afinar interpretaciones y ensamble.
Efectivamente, la versión de Milonga Sin Corte que se subirá al escenario del primer piso del Museo Bar es una que no ha hecho más que afianzarse en este tiempo. “Es una banda expandida que tiene esa cuestión más del cuarteto, que tiene bajo, que tiene güiro. Esos pequeños detalles que decíamos ‘si le sumamos esto va a sonar un poquito más cuartetero’”, ilustra.
La presentación tendrá a dos músicos que participaron de la grabación: Juan Sans (acordeonista e integrante del grupo de tango gitano Tzigan) y “Checho” Vargas (exguitarrista de Rodrigo). Además, se sumarán Lorena Jiménez (“la uno del cuarteto característico”, define Bie) y Pablo Pérez, percusionista del “Mandamás” que es la frutilla del postre de este ensamble que une dos tradiciones no tan distantes (ni distintas).
“La identidad sigue siendo la misma, pero la sonoridad es nueva”, resume la cantante. “Fue una especie de investigación que se dio durante el proceso”, apunta Juárez sobre lo hecho por un grupo que, desde el tango, aprendió a entender desde otro lugar al cuarteto.
“No quisimos hacer un tema de La Mona ‘así nomás’. Fue una búsqueda para ver qué rescatábamos, qué similitudes había”, sentencia el violinista sobre un viaje que llevó al quinteto por el camino del cuarteto característico y más allá también.
“A su vez se van abriendo otras puertas que generan nuevas preguntas, nuevas formas, nuevas decisiones. Y todo eso también va formando una especie de criterio que también va cambiando”, esgrime Tarifa Gómez, que en esa frase también da cuenta del trayecto que realizó la banda hasta encontrar esta versión que, al menos hoy, parece la definitiva.
Recuperar cruces
El 27 de agosto, Mary, la del burdel inauguró una serie de tres lanzamientos culminará con la edición del EP CuarteTango. La interpretación que realiza la banda es emocionante y profunda, con una recontextualización notoria de la trágica letra de la canción y aires piazzollianos, como reconocen sus integrantes. De eso se trata, también, esta revisión de un género a otro que continuará en septiembre con El marginal y en octubre con Muchacha de barrio.
La pianista Ana Belén Disandro, Doctora en Artes e investigadora en música popular, aporta el dato del disco Patio de tango, grabado por el Cuarteto de Oro (con Jiménez como cantante) en 1975. Según la instrumentista, exintegrante de Las Rositas, ese ejemplo –puntualmente la versión de Felicia, un instrumental que incluye güiro- es un antecedente fundamental en el trabajo que llevó adelante Milonga Sin Corte.
Disandro, que se remonta a la época de los bailes y las orquestas características, cuando una misma formación debía tocar tangos y otros ritmos más cercanos al cuarteto. Desde entonces, los puntos de contacto están mucho más cerca de lo que parece. “Muchos músicos de tango, en los ‘70 y por la crisis, se fueron al cuarteto y se llevaron modos de ejecución, recursos compositivos, ideas”, precisa, a la vez que valora la posibilidad de “recuperar esos cruces que se gestaron en aquel momento”.
“Inevitablemente terminás aprendiendo”, aporta Juárez en una conversación que va y viene. “Un género nuevo es un mundo nuevo, y cada mundo tiene millones de cosas para descubrir. No es el tango mejor que el cuarteto, ni ‘alverre’. Lo que nos hizo ver esto es que entre esos dos mundos hay un montón de puentes, hay un montón de similitudes y de cuestiones que se unen más allá de nosotros”.
“Yo soy pianista y por ahí nunca me había detenido a escuchar a Leonor Marzano”, admite Disandro. “Escuchando sus bajos, su mano izquierda, encontré semejanzas por ejemplo con el marcato del tango, que es una forma de acompañar tipo marchosa. En eso me fueron surgiendo formas de ejecución que mezclaban ambas cosas”, ilumina.
“Cómo se nos ha pasado a los cordobeses prestar atención, desde la academia y desde otras formaciones, a estos géneros populares cordobeses que tienen un montón de riquezas, la estilística, la forma de ejecución, recursos compositivos”, se lamenta la investigadora. “Hay un montón de cosas que se nos habían pasado. Particularmente como músicos, hemos aprendido a ponerlo en dedos. Porque una cosa es escuchar cuarteto y otra cosa es intentar tocarlo. Tocar el tunga-tunga en el piano no es tan sencillo”, revela.
Por su parte, la cantante asegura que este proceso creativo, que se dio en paralelo a la reconversión de trío a quinteto, el grupo también encontró un lugar propio desde el cual expresarse.
“A lo largo de los más de 10 años de la Milonga lo que fui viendo es lo que representa o no a un público cordobés. Al cantar, es directo el contacto. Creo que desde que empezamos con los cuartetangos se fue viendo eso y ahí está el aprendizaje también: a escuchar que hay otras maneras de decir”, apunta.
“Nosotros, que somos cordobeses, teníamos que buscar un punto que unifique el tango con lo federal de lo que hablamos, con la inclusión y también con un ritmo local, para que ya no haya tanta diferencia”, reflexiona luego.
“Qué se yo cómo nos va a encontrar la vida mañana, pero hay más para sacarle el jugo”, asegura con el consenso de sus compañeros pensando en lo que viene. “Siento que recién estamos entrando en una”, suelta Bie, en una involuntaria premisa para lo que vendrá. Y sí, la sensación es que todo esto es apenas el comienzo de un viaje musical virtualmente infinito.
Para ir
Miloga Sin Corte presenta “CuarteTango” en La Mona Museo Bar (av. Rafael Núñez 4791) este viernes 6 de septiembre desde las 21.30. Las entradas se consiguen en puerta o en Universo Tickets a $ 3.000.