A favor: Te prefiero igual
Nicolás Lencinas
Duki comenzó a promocionar Ameri hace tiempo, planteándolo como un disco bisagra. Las expectativas eran muy altas, y finalmente cumplió. Primero, cabe destacar que, a esta altura, este producto llega de la mano de un artista popular argentino. Esa categoría lo define y le exige, en primer lugar, conectar bien con las masas.
Más allá de las críticas, él es muy consciente de lo que hace y de cómo lo ejecuta. Sabe perfectamente cuál es su público y qué les va a decir. En cada concierto, una oleada de jóvenes y adolescentes lo sigue y toma sus palabras como máximas y modelo a seguir. Más allá de las barras sobre ostentación y millones gastados, Ameri también deja letras sobre autosuperación, responsabilidad, crecimiento, amor y camaradería con sus colegas.
Está claro que en su cuarto disco de estudio (sin contar EP y vivos), la idea es ofrecer algo a los suyos mientras también busca ampliar su alcance internacional.
Él es el máximo exponente del género en este país y ayudó a crear una escena que antes no existía como tal. Con el rap clásico que incorpora en este disco, está buscando una expansión continental. Quizás Givenchy fue el primer fruto que lo llevó a un Bernabéu agotado. Entonces, ¿por qué no pensar en este compendio de 15 canciones como la base para su esperada llegada al olimpo de los raperos anglosajones?
La colaboración con Myke Towers en Nueva Era y con Eladio Carrión en Hardaway apunta a Centroamérica, Brindis con Headie One busca posicionarse en las plataformas británicas, la bella voz de Judeline llega desde España, y, por supuesto, hay colaboraciones con los de aquí, como Ysy A, Milo J y Bizarrap.
Duki siempre hizo brillar a todos sus colegas, y ese es otro de los puntos fuertes de este disco. Es especialmente acertada la colaboración con Wiz Khalifa; Wake Up & Bake Up sonará fuerte en territorio estadounidense, y ojalá Duki llegue allí para demostrar que siempre tuvo claro su objetivo.
Ameri es el lugar al que siempre quiso llegar y es una oportunidad aprovechada para su salto definitivo.
En contra: No alcanza con música épica
Andrés Fundunklian
Nadie puede discutir que Duki es un verdadero pionero en el surgimiento del trap en Argentina y Latinomérica. No sólo sentó las bases para un movimiento que se convirtió en un verdadero fenómeno internacional, sino que cada acción suya es respaldada por millones en las plataformas y también en sus shows en vivo. Irrefutable.
El problema para esta (ya no tan) nueva generación de artistas aparece cuando su gran ambición no se corresponde con el resultado final. Es decir, como la vara está muy alta, muchas veces eso puede jugarle en contra.
Esto es un poco lo que ocurre con Ameri, su disco más reciente, por el cual el propio Duki había generado una gran expectativa. Si bien es un álbum que tiene ¡15 temas! con muchos invitados estelares y gran producción, falta un hilo conductor e ideas que trasciendan más allá de la autorreferencia constante. En la música, muchas veces, menos es más.
Mucho se había hablado en la previa de un disco conceptual. Que Ameri arranque con una música épica (Leitmotiv) para que se le pegue un tema llamado Nueva Era y luego varios feats con artistas taquilleros y no tanto, no garantiza absolutamente nada en ese sentido.
¿Cuál es el concepto de Ameri? ¿Cuál es la nueva era musical que está marcando? Por lo que se puede apreciar y más allá de las grandes colaboraciones, es claramente más de lo mismo que venía mostrando en discos anteriores que tal vez sí fueron bisagra para el género y la música urbana.
Tomemos por caso Barro, tal vez el tema más pretencioso del disco. ¿Cuáles son las frases que según Duki quedarán pintadas en las paredes? ¿Alcanza rimar impronta con imprenta? ¿No es demasiado obvio el sampleo de Barro tal vez de Luis Alberto Spinetta?
Y por último, ¿a quién le canta Duki? Nuevamente, aparece ese recurso recurrente de ensalzar su figura de “músico que se hizo desde abajo”, logró ganar muchísimo dinero y joyas y contestar a “los que siempre lo criticaron”. Eso es aceptable para un artista que recién comienza, pero no para un consagrado con mayores responsabilidades.
