A favor: Una creación de popstars de talla mundial
Nicolás Lencinas
Sin dudas, estamos ante un hitazo. Nadie puede negar el talento de artistas como Tini, Emilia y Nicki Nicole. Basta con ver un concierto en vivo para emocionarse con las interpretaciones de la protagonista de Violetta, bailar sin parar con la oriunda de Entre Ríos y cantar a los gritos con la rosarina.
Aprovechando la popularidad que las respalda, cada tanto se salen del (muy buen) concepto de sus álbumes para publicar sencillos en colaboración, con la clara intención de generar un hit inmediato.
Y, con las primeras horas de Blackout, es simple afirmar que la meta está cumplida. La canción es bailable y fusiona ritmos urbanos con la impronta popera que caracteriza a estas popstars. Hay un poco de funky brasileño, salsa y reguetón. A propósito (o no), se buscó que fuera pegadiza, por lo tanto sonará hasta el hartazgo en boliches y fiestas: es música para divertirse.
Con ojos resultadistas, se puede decir que, a horas de su publicación, ya estaba en Top 1 de tendencias de YouTube. Además, sigue la lógica de los challenges de TikTok, por lo que la coreografía seguramente tendrá sus réplicas en redes sociales y en los shows en vivo. El concepto de viralización es algo que también manejan muy bien las tres. Cada una acarreó su fandom y ya son millones las reproducciones en las plataformas.
Tal vez lo más flojo sea la letra. A pesar de que fue compuesta por nueve personas (Duki, Big One y FMK, entre ellos), no logra destacarse por su profundidad o innovación. Se presenta una cuestionable y permanente sexualización llevada al extremo. Y sabemos que muchos fanáticos de estas artistas son niños, niñas y adolescentes.
Sin embargo, a esta altura, está claro que Tini y Nicki pueden lanzar temas con gran riqueza emocional, como Pa, Carne y hueso o No voy a llorar, y también éxitos bailables como Bar, Colocao y Triple T.
Con Blackout, no está mal que se salgan del molde para poner a bailar a todo el país. Que estas tres popstars de talla mundial se hayan juntado a cantar juntas es un logro de tamaña dimensión que no se debe dejar pasar. ¡A bailar!
En contra: (Mucho) más de lo mismo
Juan Manuel Pairone
El dato es contundente. Siete de las 10 primeras tendencias musicales de YouTube Argentina son colaboraciones. Lo que hace unos años comenzó a expandirse como una tendencia irrefrenable hoy ya se ha convertido en signo de los tiempos. O, más bien, en parte de una idiosincrasia global que tiene las cuentas claras: dos (o tres, o más) artistas siempre suman más views y plays que uno solo.
El de Emilia Mernes, Nicki Nicole y Tini es uno de los ejemplos más recientes de esta modalidad que se ha vuelto previsible. De hecho, es tan extendido el uso de esta estrategia que a veces termina siendo más novedoso que una figura pop o de la llamada música urbana que elija estrenar un single en solitario.
Blackout, el nombre de la canción que comparten tres de las popstars argentinas más importantes, ratifica la sensación de vacío que transmiten muchos lanzamientos de este tipo. El resultado, por supuesto, es exitoso en términos cuantitativos. Millones de reproducciones, likes y comentarios validan algo que es obvio: el encuentro entre las tres es algo potente en sí mismo, hagan lo que hagan.
No obstante, si se escucha en detalle, es difícil encontrar algún rasgo que provenga de la confluencia de estas tres identidades. Se trata, en todo caso, de un tema que podría ser de Emilia exclusivamente, y en el que la invitación a Tini y a Nicki Nicole es un tanto aleatoria. Más allá de algunos gestos propios de sus voces, sus participaciones podrían ser intercambiables con muchas otras figuras cercanas.
Al margen de su rendimiento en números, Blackout es la muestra concreta de una realidad acuciante en términos artísticos. Hoy por hoy, buena parte de las canciones que escuchamos tienen un trabajo mucho más anclado en el marketing y en la estimulación de los algoritmos que en la instancia creativa propiamente dicha.
La también reciente colaboración de Santiago Motorizado y de Javiera Mena (por citar apenas un ejemplo) contempla quizás otro camino posible. El de la verdadera amalgama entre dos artistas que se potencian para crear algo más grande que la suma de sus estadísticas.