Nathy Peluso actuará en Córdoba este jueves 27 de marzo en el marco de un sideshow del Lollapalooza Argentina, en cuya décima edición se presentó en la noche de este domingo. La cita es en Plaza de la Música, a las 21 y las entradas se venden en allaccess.com.ar.
Será la primera presentación de la bonaerense residente en España en esta ciudad luego de la que ofreciera en noviembre de 2018, en el Hipódromo de Barrio Jardín y como número central del Festival Nueva Generación. Y la primera en nuestra provincia, si se tiene en cuenta su paso por Cosquín Rock en febrero de 2020, pocas semanas antes de la pandemia.
De entonces a hoy, la artista ha depurado modos expresivos, ha dejado atrás críticas por apropiacionismo cultural y, por sobre todo, se ha encumbrado como una gran nueva cosa de la canción hispanoamericana gracias a dos grandes discos: Calambre (2020) y el más reciente Grasa (2024). Su repisa tiene varios Grammy Latinos que le dan sustento a lo expresado.
Grasa es un título – concepto consecuente con lo que generan su música, su imagen y el modo que elige para posicionar ambas en videos, shows en vivo y entrevistas.
Es que la grasa no deja a nadie indiferente y Nathy Peluso lo sabe. Es decir, sabe que todos los que hacen dieta y ejercicio intentan luchar contra ella, al mismo tiempo que es componente culinario sabroso y adictivo. “Yo creo que todo lo bueno de la vida tiene grasa. Es verdad que la palabra tiene muchísimos prismas y maneras de entenderla; me gustaría que la gente elija después de escuchar el disco”, le dijo a la agencia AP sobre una obra en la que además de mostrar flow incisivo para referir a su meteórico ascenso, estiliza sus aires de diva salsera.
“La grasa es candela, es funky, es groove”, insistió antes de meterse con su obsesión con la salsa, que también asegura “sabor”.
“Cuando se trata de hacer salsa, siento que mi público lo agradece, que los hace felices, los levanta, les da fuerza. Por eso sigo defendiéndola y sigo rindiéndole culto”, precisó ante la misma agencia de noticias y sobre ese ingrediente de su arte por el que tanto se la cuestiona.
Injustamente, por cierto. ¿Acaso la música popular no se nutre permanentemente de mutaciones o imposturas? En cualquier caso, el tema salsero La Presa (sobre una mujer que mata a su hombre pero “de amor”) es muy infeccioso e infalible. Y según apuntó Los Ángeles Times “suena como una cápsula del tiempo del Nueva York de 1979″.
El diario angelino, además, señala que Peluso contó con los coristas de El Gran Combo de Puerto Rico para darle un toque extra de credibilidad callejera al tema.
“Es parte de mi trayectoria como mujer y de mi función en la sociedad. No soy una artista complaciente ni políticamente correcta. No hago nada con la intención de complacer a los demás. Elegí la misión de revivir la salsa porque me apasiona”, explicó.
“Si un género me transmite tantas sensaciones maravillosas, quiero que todos las sientan también. Mientras la gente discuta, tendrá que escuchar las canciones y, como resultado, escuchará salsa”, amplió.
“El alcance de Peluso siempre ha sido cosmopolita, incluso cuando interpretaba versiones de Nina Simone siendo adolescente en España”, banca el Los Ángeles Times.
“El simple principal de Grasa, Aprender a amar, es una frenética muestra de trap latino que exhibe sus rimas ingeniosas y el mismo flow singular y staccato que se volvió viral en 2020 cuando participó como invitada en una de las sesiones más populares del productor argentino Bizarrap”, añade.
“Uno de los momentos más imborrables de Calambre, su álbum debut, es la canción Buenos Aires, una oda nostálgica a la ciudad que dejó atrás, con claros guiños al rock en español funkificado de la Sudamérica de los 80. Grasa, por otro lado, se asemeja a Motomami de Rosalía en su capacidad de encapsular tanto el presente como el futuro cercano de la cultura pop”, concluye el medio sobre una artista cada tanto subestimada sólo por elegir la extravagancia, la desmesura.
Nathy Peluso como sujeto de discusión y de descarga de haters es la temática sobresaliente del rap Manhattan, donde comparte espasmos discursivos con Duki. La sociedad es lógica, por cuanto el trapero galáctico es un titán en eso de esconder vulnerabilidad debajo de una alfombra egomaníaca.
“No puedo parar de imaginar cómo sería vivir en Manhattan/ Mientra’ leo en Twitter cómo ustedes se pelean por mí/ y se matan”, se le oye en esa pieza en la que remite al eterno sueño americano y al contraste que existe entre lo que la gente percibe de ella y lo que realmente está viviendo.
“Estas canciones están escritas en un período de mi vida muy picante, de mucha reflexión. Las escribí todas a mano en una libreta”, señaló Nathy para AP.
“Fue cuestión de recopilar sensaciones que tuve a lo largo de estos cuatro años y de escribir compulsivamente con una obsesión así, neurótica… Ha sido de los momentos más honestos de mi vida, sentarme a escribir lo que pensaba”, complementó la artista que en sus años tempranos en la música los dio interpretando covers en YouTube.
“Poder llegar a más gente siempre es un beneficio, si sabes usarlo a tu favor. Si eres constante y si es tu destino, eso va a suceder, quieras o no. Las plataformas no tienen el destino atado de tu éxito”, reflexionó acerca del poder de esas herramientas.
Nathy Peluso, por la transparencia
Sofisticado y muy bien enfocado, Grasa también deslumbra con baladas sentidas y despojadas como la acústica El día que perdí mi juventud (donde la creadora añora la inocencia de creer que habita un mundo idílico donde los amores duran para siempre) y Mamá, por supuesto dedicada a la autora de cuentos infantiles Laura Raquel Melano, su madre.
“Es una canción que escribí en el campo, sentía que era el momento de dedicar una canción a ella, es una canción muy íntima, muy especial, para mí. Es mi regalo y mi ofrenda para su amor”, confesó.
Otro track que no demandó ingeniería, al menos sonora, fue el interludio de poco menos de 20 segundos No les creo nada, donde se escuchar a C. Tangana: “Yo no les creo nunca cuando hablan. No les creo cuando dicen que soy el mejor ni cuando dicen que soy el peor. Solo les creo cuando bailan, ríen y lloran. Ahí no tienen forma de mentir”.
Estar alineada a esta cruzada por la transparencia llevó a Nathy Peluso a abandonar un disco que tenía terminado y empezar a Grasa de cero. Al parecer, la obra en gateras respondía a una exigencia externa más que a un impulso propio y liberador.
“Me siento aliviada porque ha sido un proceso larguísimo de descubrimiento, de búsqueda y de pérdida”, le dijo al diario español El Mundo apenas Grasa estuvo disponible en plataformas.
“Así que, sí, como artista y como persona, siento mucho alivio y mucho placer por soltarlo y que ya sea la gente la que juzgue”, añadió.
“No sé, había muchas cosas que necesitaba compartir y el feedback está siendo muy profundo. No me lo esperaba tanto, siento que a la gente le llegó lo que hice, han entendido lo que quería transmitir y es emocionante. Es un disco con muchas capas y recibo todo el rato mensajes de personas que realmente se sienten conectadas con las letras”, cerró.
En vivo
Nathy Peluso actuará en Plaza de la Música el jueves 27 de marzo, a las 21. Lo hará en el marco de un sideshow del Lollapalooza Argentina. Las entradas se venden en allaccess.com.ar
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