Mientras el Quality Arena permanecía como un gigante silencioso a la espera de llenarse de clamor, la fila que daba vuelta dos esquinas desde el ingreso de la sala a más de dos horas de su inicio daba cuenta de la expectativa que generaba el regreso de Paulo Londra a un escenario cordobés tras más de seis años.
Es que desde su último show oficial en la ciudad, en septiembre de 2019 y en el extinto Orfeo Superdomo, muchas cosas pasaron en la vida del trapero que supo alcanzar la cima con poco más de 20 años y en el último lustro vivió vaivenes y frustraciones que lo obligaron a una refundación artística.
Ese hito necesario en la trayectoria de Londra llegó a comienzos de 2025, cuando lanzó el EP Versus, catalogado como un regreso a las raíces de su sonido trapero pero también prueba concreta del crecimiento del cordobés como performer.
Tras la recepción ambigua que tuvo Back to the Game, el álbum con el que “regresó” en 2022 pero que nunca presentó en vivo, este proyecto más breve se sintió especialmente sincero.
A lo largo de sus seis canciones, Paulo pone blanco sobre negro. Exhibe algunos de sus valores más férreos y tampoco se priva de mostrar sus dudas y sus inseguridades en un camino tan sinuoso como sorprendente. Así, logra catalizar sus demonios internos para encontrarle nuevamente el sentido a su oficio musical.
En ese marco, Londra consiguió lo que tres años antes no había podido en su fallido “regreso al ruedo”. Finalmente, y tras un largo tiempo de preparación, el cordobés retomó la iniciativa y encendió los motores nuevamente. Así, volvió a pensar en la posibilidad de recorrer el continente con su música y salió de gira por Latinoamérica y también por España. Y por supuesto, Córdoba no podía faltar en el calendario.
Mano a mano
Varios meses después de aquel nuevo comienzo, Londra volvió a presentarse en vivo en “en la Docta” a seis años y dos meses de aquellos dos shows en el Orfeo Superdomo que lo consagraron en la plaza local. Antes del cierre de esta gira de regreso a los escenarios, el cordobés recibió a algunos medios cordobeses en la antesala de su actuación en Quality.
El protocolo fue estricto, minutado al detalle y seguido atentamente por un equipo celoso de cada movimiento y persona ajena al staff. Entre los productores de Londra y sus asistentes más cercanos, y con los ecos cercanos de un camarín con presencia infantil, el diálogo entre La Voz y el rapero se parece más a la previa de un megafestival que a una entrevista con alguna opción de profundidad.
Y aun así, en un puñado de preguntas y respuestas breves y con la franqueza de alguien que no pretende ser un personaje guionado, Paulo deja en claro rápidamente que su semblante es el de un artista en plena encuentro con su versión más madura.
Sentado en una banqueta, y con la misma ropa que utilizará instantes después para salir al escenario, Paulo se dispone a cruzar algunas palabras con la prensa, en otro gesto inédito que da cuenta de esta nueva etapa en su carrera.
–¿Qué balance hacés de todo lo que tuviste que pasar desde aquel último show en Córdoba hasta este regreso?
–Si te tengo que decir qué pasé, pasé por todas y todas sirvieron para aprender algo y valorar mucho esto. Yo cada vez que me sumo a una tarima, que estoy con mi gente y con mi banda acá, es una bendición y agradezco mucho por seguir compartiendo mi música así y con la gente que me brinda ese calor ya sea acá, en la tarima, o en el barrio, o en una cancha, yo los quiero a todos. Y lo mismo que le digo a todos: siempre con Dios y la familia, eso lo que me sirvió para pasar cualquier ola.
–Este año volviste a salir de gira con toda. ¿Qué es lo que más extrañaste de los escenarios y lo que más estás disfrutando en esta nueva etapa?
–Estoy disfrutando mucho con la banda el hacer deporte. Siempre en las giras metemos algún fútbol tenis y nos cagamos de risa. Ahora vamos a hacer el show, que son dos horas, y después nos quedamos como cinco horas jugando al fútbol tenis, haciendo un asadito. Ese momento es muy relajante y lo valoro mucho. Y lo que más extrañaba, el calor de la gente, la locura, el que me digan lo que les gustan mis canciones, y que no cambie. Ellos me mantienen siendo la persona que soy.
–A comienzos de año sacaste “Versus”, un EP en el que también aparecen muchos de tus valores, visiones y objetivos como artista. Después de este regreso, y con festivales como Viña del Mar y Lollapalooza en la mira, ¿cuál es el próximo desafío en tu carrera?
–Seguir experimentando con la música. Lo que hice con Versus era algo que necesitaba soltarlo, era hablarle a mis fans más íntimos. Y ahora lo que quiero es seguir explorando en la música, seguir haciendo cosas que me impresionen a mí mismo, un flow como lo que hice en Back to the Game: experimentar con algunos ritmos y ver cómo sorprender y divertirme. Divertirme y seguir llevando el mensaje que llevo.
“Me siento muy conectado con mi familia, con mi gente, con mi equipo. Sintiendo ese calor que me hacía falta”, dice Londra en el cierre de la conversación, anticipando un brindis de fin de año que seguramente sea con una sonrisa de oreja a oreja.
Minutos antes de salir a escena, ese mismo gesto denota que está cómodo y que ha vuelto a recuperar un disfrute que se le había hecho esquivo. Confiado y tranquilo, como decía en una de sus primeras canciones, Londra está de vuelta y ya no parece haber fantasmas a su alrededor. Ya está, ya pasó. Después de tantas, finalmente es momento de volver a encontrarse con ese aluvión de fans que, como él, no pueden creer lo que está pasando. Ahora sí, “Paulo is back”.
