Durante la tarde y la noche de este domingo, la 67ª edición estadounidense de los premios Grammy se convirtió en uno de los principales temas del día y concentró la atención del mundo del entretenimiento a nivel global.
La ceremonia, cuyo segmento central se inició a las 22 (hora argentina) en la Crypto.com Arena de Los Ángeles, California, tuvo una larga previa que incluyó la entrega de la mayoría de los galardones de las 94 categorías premiadas y el habitual segmento de la alfombra roja.
Luego, durante el segmento principal de la entrega, los premios compartieron protagonismo con varias actuaciones destacadas.
Un homenaje a los damnificados por el fuego que zotó a California recientemente, Billie Eilish, Sabrina Carpenter, Chappell Roan, Shakira (que interpretó un mix de su clásico Ojos así y su sesión con Bizarrap) y un bloque especialmente dedicado al fallecido Quincy Jones fueron algunas de las principales presentaciones de la noche.
Como factor sorpresa, la inesperada actuación de The Weeknd marcó el regreso del artista a los premios tras su boicot de los últimos años. El canadiense fue presentado por Harvey Mason Jr., director ejecutivo de la academia encargada de organizar los premios, y acusó el recibo de las críticas hechas por el artista, que volvió a los Grammys con una electrizante presentación.
Homenajes a “la ciudad de los soñadores”
Desde el inicio, y luego de que la gala fuera reconfirmada tras peligrar su realización, los recientes incendios en diferentes puntos del estado de la costa oeste fueron uno de los principales temas vinculados a los premios. De hecho, durante la entrega se reunieron fondos para las víctimas y los damnificados por la catástrofe.
Además, la ceremonia central incluyó no sólo la participación de algunos de los bomberos implicados en el combate contra el fuego, sino que también se inició con un homenaje a cargo de una formación de lujo.
Sheryl Crow, John Legend, St. Vincent, Brittany Howard, Brad Paisley y la banda Dawes fueron los encargados de abrir la serie de presentaciones programadas. El supergrupo armado especialmente para la ocasión entregó una versión de uno de los himnos no oficiales de la ciudad de Los Ángeles, I Love L.A., de Randy Newman.
Tras ese segmento a modo de homenaje, el presentador Trevor Noah (encargado de animar la premiación por quinto año consecutivo) dio paso a otras de las actuaciones más esperadas de la noche.
Billie Eilish y su hermano Finneas se subieron al escenario para interpretar Birds of Feather, uno de los hits del más reciente disco de Eilish, Hit Me Hard and Soft, candidato a álbum del año. Durante la canción, que también rindió homenaje a la ciudad de nacimiento de la artista, se pudo ver a Taylor Swift y a Margaret Qualley bailando al ritmo del tema.
Otro homenaje que se dio más avanzada la noche estuvo a cargo de un dueto de lujo. Bruno Mars y Lady Gaga reversionaron a The Mamas & The Papas y su clásico California Dreamin’.
La pareja de cantantes se destacó por una presentación mayormente acústica, que destacó en primer plano las voces de los protagonistas y aportó emoción y calidez en otro de los momentos más destacados de la noche.
Poco después, ambos se llevaron la estatuilla por mejor canción pop en dúo o grupo, por Die With a Smile.
Mujeres en ascenso
Poco después, fue el turno de Sabrina Carpenter. La cantautora, que estuvo en Argentina en 2023 para telonear a Taylor Swift en River, se dio el gusto de debutar en la entrega de premios. Lo hizo apenas unas horas más tarde de haber ganado su primer “gramófono” por su canción Espresso (que también recibió un premio por el remix a cargo de Mark Ronson y FNZ Working Late).
Minutos después, la canadiense ganó una nueva estatuilla, esta vez por su disco Short n’ Sweet, galardonado como mejor álbum de pop vocal.
Otra ganadora que subió al escenario poco después de haber recibido el premio de mejor álbum de rap fue Doechii, que recibió la preciada estatuilla por su celebrado disco Alligator Bites Never Heal.
Minutos después, la artista nacida en Florida protagonizó una imponente actuación (con striptease incluido) que fue celebrada por estrellas como Jay-Z o la propia Billie Eilish.
Otra figura emergente que confirmó su gran momento fue Chappell Roan. La cantautora de 26 años, oriunda de Misuri, ganó la estatuilla a mejor artista nueva y dio un encendido discurso para pedirle a los sellos discográficos “salarios dignos y atención médica” especialmente para los músicos en desarrollo.
Poco antes, la “Princesa del Medio Oeste” había sorprendido a más de uno con su interpretación de Pink Pony Club. En el marco de una puesta escénica con mucho color y referencias a su lugar de origen, la cantante dejó en claro por qué es una de las grandes revelaciones musicales de los últimos tiempos.
Quincy Jones, un segmento con nombre propio
Llegando al tramo final de la entrega de premios, tuvo lugar uno de los recordatorios más especiales de la gala.
El pasado 3 de noviembre, el afamado productor, compositor y arreglador Quincy Jones falleció a los 91 años. Como era de esperar, los premios Grammy le rindieron tributo a uno de los nombres más destacados de la industria musical estadounidense en el siglo 20.
En su caso, no fue una presentación sino varias. Primero fue el turno de Cinthya Erivo junto a Herbie Hancock, quienes recrearon Fly Me to the Moon (popularizada por Frank Sinatra) en una versión que recibió una ovación de pie por parte de una platea plagada de estrellas.
Luego, Hancock acompañó a otra leyenda, Stevie Wonder, quien se encargó de entonar We Are The World junto a los coros de la Pasadena Waldorf School y de la Palisades Charter High School.
Finalmente, el bloque se cerró con una intempestiva actuación de Janelle Monáe, que dejó la vara bien arriba con un clásico de Michael Jackson, Don’t Stop ‘til You Get Enough. Durante su explosiva performance, la artista mostró su talento para el baile y también su amor por el productor homenajeado: lució una remera con la leyenda “I Love QJ” y dijo ante el micrófono “te amo muchísimo, Quincy Jones”.