Cuatro años después de la salida de su último disco (1972), Raly Barrionuevo lanza un nuevo álbum titulado Mujeres Caminantes, en el que el músico y cantautor nacido en Frías y radicado en Unquillo hace más de 20 años reinterpreta 19 canciones de su repertorio junto a diferentes artistas femeninas.
Según se detalla en la información oficial, Mujeres caminantes “es el resultado del encuentro virtual y la colaboración de diversas artistas, quienes aportaron su voz y su esencia a cada canción transformándola en una nueva obra”.
“Lo que comenzó como un juego y un intercambio de canciones, resultó en esta entrega artística colaborativa, que resignifica composiciones propias y canciones del repertorio personal del músico, quien sintió que ya era tiempo de darlo a conocer”, agrega.
De esa forma, Raly, toma canciones poco difundidas de su discografía como Una mujer (último track de Ey Paisano) junto a la voz de Micaela Vita, las hermosas zambas Noticias de mi alma con Maggie Cullen y Herida azul junto a Nadia Larcher o una versión instrumental de su chacarera Circo criollo con el piano de Marina Abalos y al estilo de los Hermanos Abalos.
Por el momento, el disco fue publicado en YouTube con comentarios del propio Raly en cada uno de los temas, aportando detalles clave para contactualizar cada una de las grabaciones. En los próximos días, estará disponible en todas las plataformas digitales.
Una de las perlitas del disco es la participación de Euge Quevedo, una de las cantantes más destacadas de la música popular argentina de estos tiempos, junto a quien versionaron la zamba De mi madre del Chango Rodríguez.
Además, el disco cuenta con invitadas internacionales como la española Amparo Sánchez (en Niña Luna); la brasileña Thamires Tannous (Eva Luna), la estadounidense Eleanor Kaufman (Llora en mí) y la uruguaya Florencia Núñez (El sueño de los viajeros).
Las ilustraciones de las portadas de cada uno de los temas estuvieron a cargo de La Levina Ilustraciones. Se pueden ver en este link así como toda la info técnica de cada una de las grabaciones.
“Fue un proceso orgánico y hermoso”, comenta Raly Barrionuevo, quien luego suma: “Es un trabajo en el cual me di el gusto absoluto de atreverme a mirar desde otro lugar las canciones que escribí en algún momento. De escucharlas, quizás, por voces que tendrían que haberlas cantado desde el inicio”.