Hace más de una década, cuando el radar del pop argentino tenía a Córdoba y a Villa María como territorios calientes en términos de novedades con impacto nacional, Rayos Láser y Juan Ingaramo eran parte de Discos del Bosque y tenían más de un punto de contacto.
De hecho, cuando la banda y el cantante responden el cuestionario de La Voz para hablar de El día y la noche –colaboración lanzada este jueves, tercer adelanto del sexto álbum del trío– destacan el mismo suceso, algo así como un punto de partida involuntario para este reencuentro musical.
“Juan es parte del universo Rayos Láser desde prácticamente el comienzo, en el primer festival grande donde tocamos (Pepsi Music 2012) él fue nuestro baterista”, recuerdan a seis manos Tomás Ferrero, Gustavo Rodríguez y César Seppey.
“Es muy loco que el primer show de festivales de Rayos haya sido conmigo como baterista, histórico, tenemos unas fotos hermosas en ese Pepsi Music”, aporta a su turno Ingaramo. Y, acto seguido, suelta sobre el germen de El día y la noche: “No hace otra cosa que confirmar lo orgánico y lo legítimo que es este featuring”.
“Coincidimos y no es casualidad”
Lo que sucedió fue, al menos en un primer momento, producto de un encuentro casual. O en realidad, la consecuencia directa de una coincidencia artística para nada azarosa.
“Con Juan estamos actualmente coincidiendo en estudio de grabación y productor para nuestros próximos discos, lo que nos llevó a cruzarnos muy seguido y compartir lo que va siendo el work in progress de cada proyecto”, apunta la banda sobre Mariano Otero y Los Días Perfectos, anfitrión y hogar crrativo de dos discos por venir que, además, reconectaron a ambos proyectos cordobeses.
“La verdad que estamos muy contentos con el proceso y los intercambios que se fueron dando, superproductivos”, define el trío, que no tuvo que pensar demasiado a la hora de invitar al cantante a sumarse a uno de los tracks de su sexto álbum, sucesor de La distancia”.

Nosotros teníamos ganas de hacer un feat en este disco pero es algo que nos cuesta mucho si no se da de manera orgánica”, aseguran los Rayos Láser, que desnudan en ese gesto parte de su idiosincrasia. “A Juan le gustó mucho el tema desde el primer momento que lo escuchó, ahí nomás le propusimos participar sin siquiera hablarlo antes entre nosotros”, aseguran desde la banda.
A su turno, Ingaramo vuelve a destacar un nuevo punto de contacto en un camino que se cruzado muchas veces. Y lo seguirá haciendo. “Creo que lo primero que me nace decir y pensar a la hora de hablar de Rayos Láser y yo es la amistad, la admiración, la música. Sé que puede sonar casetero pero es real: los Rayos fueron una gran inspiración allá por los principios de los 2010 con Discos del Bosque”.
“Fuimos familia discográfica, fuimos todo, lo seguimos siendo, claramente”, destaca el cantante. “Entonces, creo que en primer lugar, lo más importante es que es una unión muy genuina y verdadera”, sentencia.
Banda con cantante (y baterista)
Esa fusión entre ambos proyectos da como resultado un track absolutamente distintivo en la discografía de ambos. Con pulso post-punk y evidente espíritu rockero, Ingaramo se convierte en un cantante de corte new wave para una banda que por momentos juega a ser The Cure o una versión 3.0 de Don Cornelio y la Zona.
“En este tema, su voz le agrega mucha dulzura desde su timbre y un swing que es muy característico suyo pero que encajó a la perfección con nosotros. Es que compartimos un background y una formación musical en muchísimos aspectos”, conceden desde la banda, y también proponen un no tan literal crossover con el cuarteto: “El día y la noche tiene un tinte que tranquilamente podría llevarse al estilo musical del cuarteto, donde Juan brilla y se mueve con facilidad”.
Según el vocalista, no se trata de un cambio de piel muy forzado, sino más bien una más de tantas posibilidades a la hora de pensar la interpretación como parte de ese juego de roles que puede ser la música pop. “Con respecto a salirme de mi registro, yo la verdad que a la música la vivo como una sola. Puede ir cambiando la vestimenta, pero más rock, menos rock, tropical, pop, alternativa. Creo que eso es lo que me va manteniendo vivo dentro de ella”.

“En el videoclip volvemos a la idea de ser una banda con Juan como baterista y quizá exploremos esa idea en vivo también”, proponen los Rayos sobre otro de los condimentos que tiene este ida y vuelta entre ambos universos.
“Creo que refleja cierto back to the roots –regreso a las fuentes– de mi parte. Nunca dejé de tocar la batería ni en mi mente ni en mi casa, pero ahora estoy sintiendo una necesidad”, contesta Juan, que confirma haberse comprado una batería nueva para sentirse “cerca del instrumento”.
Quién sabe, quizá lo que sugiere el clip de El día y la noche sea, como dicen los Rayos, el inicio de una nueva aventura para este grupo de amigos que, más allá de los años y los sucesivos cambios, sigue encontrándose en ese maravilloso oficio de jugar a hacer música.