Cuando Ramiro “Chumy” Chanquía se remona a 2019 para contar la génesis del Trío Mal de Amores, proyecto de Villa María que combina el teatro y la música con humor y reflexión y que completan Pedro Brignone e Ignacio Stanfield, confiesa que el germen inicial era otro.
“Cuando nos encontramos con Pedro y con Nacho queríamos hacer un proyecto musical que no tenía nada que ver con el Trío Mal de Amores”, asegura sobre el inicio de un proyecto hoy consolidado en el ámbito del teatro provincial (en 2020 ganaron un premio Carlos). “En el proceso, y en el momento de ensayo, nos dimos cuenta de que los tres estábamos ‘mal de amores’. Hablando y riéndonos de eso, surgió esta necesidad de hacer esta obra, con esta temática”, desliza el director.
“Chumy” se refiere a COVERSación entre tres, primer espectáculo del grupo y un acierto definitivo si se tiene en cuenta que ya tiene más de 100 funciones realizadas. “Tres varones juntándose a hablar de lo mal que está uno a partir de una ruptura amorosa, a nosotros nos salvó la vida. No es un espacio fácil de conseguir. Y en el ida y vuelta con el público, encontramos sobre todo identificación”, explica.
“La gente se identifica con estos tres personajes porque, bueno, ¿quién no ha sufrido por amor alguna vez? Como respuesta a eso, aparece la risa”, desanda el actor, músico, docente y gestor.

Nuevo formato
En la obra, tres músicos (Miguel, Alfredo y Salomón) componen un “afamado grupo de la canción romántica”, según cuenta la sinopsis de COVERSación entre tres. “De repente, el inicio de su espectáculo se ve afectado por el retraso de uno de sus integrantes, provocando el nerviosismo y el repudio por parte del resto. El concierto ya no será el mismo: discusiones, llantos, reproches, confesiones amorosas, se desatarán entre canción y canción”, anticipa el resumen oficial del espectáculo.
No obstante, la versión que el grupo presentará este sábado en el teatro Real y el 1 de noviembre en el teatro Verdi, en Villa María, incluye un componente extra que trastoca las bases mismas del show. De repente, una obra pensada originalmente para un trío involucra a más de 30 personas en escena. Pero, ¿a qué se debe eso?
Según Chanquía, es algo que tiene que ver con distintas variables. “Es un proceso maravilloso desde donde lo mires. Esto es teatro independiente. Si me pongo a pensar como productor y gestor, te digo que es un desafío muy grande, que implica un trabajo constante y una responsabilidad muy grande al trabajar con muchas personas, pero también el orgullo y la emoción de ser parte de esta fusión de dos proyectos independientes juntándose para un bien común”, apunta.
“Como director, pienso que es un juego divertidísimo, que implica un trabajo muy arduo también, pero es muy divertido pensar de qué manera amalgamar esas dos propuestas”, añade luego, desde otra perspectiva.
“Y si pienso como alguien que se para a cantar delante de una orquesta filarmónica, nosotros estamos ahí actuando, que es lo que hacemos siempre, y de repente suena esa orquesta y es difícil de describir, es muy emocionante. La sensación es que atraviesa el cuerpo de una manera maravillosa. Es una experiencia increíble”, sintetiza Chanquía.

Pensar en el otro
“Inevitablemente pensamos en el público, estamos atentos y observamos”, reflexiona el artista, que comienza a explicar las razones que llevaron al Trío Mal de Amores a reversionar su primera obra junto a diferentes proyectos y en formatos siempre renovados. Así, sin prisa pero sin pausa, lograron celebrar una centena de presentaciones en diciembre de 2024, cinco años después del estreno original.
En cuanto al cruce con la Orquesta Filarmónica del Centro del País, Chanquía deja en claro que se trata de un producto elevado a la enésima potencia, y que loga un impacto particular a partir de la densidad musical que propone el ensamble villamariense.
“Esa fusión es una magia que hace que uno esté presente, y eso lo valoramos mucho”, acota el director. “Creemos que es muy importante generar eso: que la gente que esté viviendo la experiencia esté ahí presente aunque sea por un rato”.

–Tienen más de 100 funciones realizadas de “COVERSación entre tres”, ¿cuál es el secreto para poder sostener la obra y reversionarla sin que se vuelva una rutina?
–El secreto es la insistencia (risas). Nosotros pensamos mucho en el público. Inevitablemente, quien se dedica al arte piensa en alguien que recibe, en alguien que recepta. La particularidad es que en Villa María hemos hecho muchas veces la función, siempre a sala llena, con entradas agotadas. Entonces nosotros sentimos que le debemos al público. Cada vez que nos presentamos ahí pensamos en un aditivo, en un regalito. Hemos invitados a cantantes, hemos hecho un proyecto denominado “El Teatro es Útil”, donde juntábamos útiles escolares para llevar a escuelas rurales de la zona. Y este formato sinfónico también surge a partir de eso, de pensar un regalo para el público y también es un sueño increíble. Reinventarse implica eso, pensar en qué podés regalarle al público esta vez. Yo hago teatro desde los 11 años y he visto mucho esta fórmula de hacer una obra en la que dejás la vida. Y como cada uno tiene su público, la hacés un par de veces, 10 veces si tenés suerte, y el público se te termina y tenés que hacer una obra nueva. Nosotros creemos tanto en este proyecto, y lo queremos tanto, que queríamos que a la obra la viera todo el mundo, entonces insistimos con eso. Ya tenemos la obra hecha, entonces la creatividad la ponemos en la gestión: en ver qué le podemos sumar, y eso nos divierte mucho. Es una convicción, queremos que la obra la vea todo el mundo.
–Se presentan en el teatro Real, en Córdoba, y en el Verdi de Villa María. ¿Qué significa para ustedes como proyecto este doblete de funciones en dos de las salas más prestigiosas de la provincia?
–Muchas cosas. En principio, un orgullo muy grande. El hecho de pensar que una obra que escribieron tres amigos jugando, porque no deja de surgir de un juego. Si bien nosotros nos dedicamos a esto, al teatro y a la música, siempre surge de un juego, hablando del juego como una cosa muy seria, ¿no? Me refiero sin expectativas, sin una proyección, sin más que el deseo de hacer lo que nos gusta. Pudimos reírnos de nosotros mismos, expresar nuestras frustraciones, nuestras tristezas, nuestro amor: evidentemente nos salvó la vida. Y de repente, verla representada en salas de estas magnitudes es un orgullo muy grande. Ni hablar sin encima se suma una orquesta filarmónica. Esa obra que escribieron tres amigos está representada por más de 30 artistas, con personas además maravillosas. También significa mucho esfuerzo, mucho trabajo. Significa frustraciones, muchas, también convicción, mucha convicción. Tomar decisiones que repercuten en absolutamente todo en la vida de una persona. Implica una inversión, sobre todo de tiempo, que es lo más preciado, lo único que tenemos. Pero finalmente, lo que sentimos al final de cada función es que vale la pena. Ese es el significado más grande: que vale todo eso. Juntarse a hacer lo que nos gusta, compartir entre nosotros, con el público, significa esa sensación de “al final todo vale la pena”.

Para ir
Trío Mal de Amores presenta la versión sinfónica de COVERSación entre tres junto a la Orquesta Filarmónica del Centro del País. Este sábado a las 20 en el teatro Real (San Jerónimo 66) y el sábado 1 de noviembre a las 21 en el teatro Verdi (Hipólito Yrigoyen 329, Villa María). Más información sobre entradas, en las redes sociales de la banda.