Susy Shock atiende el teléfono desde alguna parte de la ruta en la que se traslada desde un estudio de grabación hacia una prueba de vestuario. Su vida transcurre así, entre viajes y encuentros con amigos de todo el país para generar proyectos, editar música, escribir libros o fundar medios de comunicación alternativos que sirvan para que ninguna identidad trans se sienta sola.
Ella es multifacética y, aunque lo niega en esta entrevista, parece no cansarse nunca. En el último tiempo, además del show tanguero que trae a Córdoba junto a La Bandada de Colibríes, también presenta un libro e incluso se la pudo ver en el video de Lali como protagonista de la canción Perdedor.
“En nuestra agenda está la belleza. De acá no nos corremos, de esta no nos vamos. Tenemos el tiempo para seguir encontrándonos como comunidad en cualquier rincón del país”, dice en medio de la charla, como una advertencia.
Contrariamente a lo que muchos podemos pensar, la actualidad que propone la ultraderecha con recorte de ingresos y de derechos, lejos de asustarla, la revitaliza. A pesar de que el presidente Javier Milei defenestre al colectivo LGBTQIA+ cada vez que puede, Susy dice que no hay que apichonarse.
Asegura que es un excelente presente para sembrar amor. Lo resume así: “Me parece que es un momento de enormes posibilidades porque está claro quién es el enemigo, frente a qué estamos, y eso nos debería dar ventaja y no solamente miedo”.
−Los colectivos travestis y trans tienen experiencia moviéndose en los márgenes, para ustedes no es nada nuevo…
−Sí, pero digamos que la autogestión es un camino hermoso con el que también construimos este país. O sea, no es que somos autogestivas porque Tinelli no nos llamó o porque el mainstream no nos mira. Es decir, son lugares deliciosos los que habitamos y lo que hemos construido en esos lugares. Entonces eso nos fortalece.
Más adelante en la charla, dirá que siempre se sintió en el sitio adecuado: “Cualquiera de los centros culturales anónimos de los barrios más periféricos en los que estuvimos era el lugar en el que teníamos que estar. Y eso era lo mejor que teníamos para ofrecer. Yo nunca sentí que me estaba perdiendo de otro lugar. Y creo que hoy nuestro público ya lo sabe y lo agradece. Es más, en momentos críticos como estos, nuestro público es la primera complicidad. Saben que es por ahí. Y me dicen ‘por favor no te muevas, Susy, que es por ahí’”.
−Siempre que venís traés nuevos discos, libros, diferentes proyectos. ¿Cómo hacés para que te alcance el tiempo?
–Se va dando. Lo que sí tengo es como un montón de alianzas y de manos hermosas con las que estamos siempre pensándonos. Yo ahora mismo estoy en Córdoba presentando estas cosas también y a la vez estamos jugando y diseñando nuevas cosas con otros y otras. Es como algo que no para.
−¿Cómo te convocó Lali para “Perdedor”? ¿Cómo fue esa grabación del video?
−Ella es un ser hermoso y muy generoso y también yo me sorprendí como todo el mundo, porque vi el video en el momento que salió y yo tenía la idea de que ella iba a salir cantando y me sorprendí y se lo dije. Intercambiamos mensajes y le agradecí porque tuvo una enorme generosidad y, sobre todo, porque tiene una idea y la defiende. Podemos no coincidir por generación, por la estética de las músicas, pero somos un país variado y esta es una época para clarificar de qué lado del país estamos.
Derechos y libertades
Entre tantas cuestiones interesantes que surgen en la charla, están las vinculadas con la actualidad sobre la que Shock tiene una mirada aguda. No se cansa de repetir que en la sociedad hay anticuerpos a la hora de hacer respetar los derechos humanos y menciona lo que ocurrió tras el discurso de Milei en Davos.
“Es un ejercicio nuestro que también hoy necesita, desde lo comunitario, de alianzas con las hermosas y pares voluntades. Necesita que estemos mirando hacia dónde queremos ir. Yo creo que no hay que tener temor de esa mezcla de voluntades porque nosotros hemos constituido también este país. Entonces, desde ese peso enorme y emocional tenemos que pararnos a pensar con otros y con otras lo nuevo. Fue una marcha multitudinaria, porque no solamente fue una marcha del LGBTQ+, sino que estaban los sindicatos, los jubilados…, un montón de gente (…). Cuando Liliana Herrero dice –algo que a mí me hace eco desde hace muchos años– que también a través de las canciones podemos pensar un país, yo lo entiendo hoy de una forma rotunda, ¡es eso! (…). Lo primero que nos rompieron es la capacidad de soñar y no podemos olvidar que lo que hemos logrado antes lo soñamos”, dice.
−En “Revuelo Sur”, tu último disco bien tanguero, hay letras muy explícitas. En un momento decís: “A gritarles en la cara que paren con las balas que nos van a ver venir”…
−Esa es una canción de Valen Bonetto, que me la regaló específicamente para el disco y que es increíble porque hacía poquito que lo había conocido a Valen, estoy hablando de pandemia, y la grabamos el año pasado. Fue el último tema que grabamos en el disco en este contexto y es increíble porque es como un tema escrito para el jueves que viene, para la marcha de los miércoles.
−Te sienta muy bien, desde lo performático, la estética tanguera...
−Sí, también está implícita la idea de dónde estábamos las travas en el tango. A veces me quejo por el modo que tenemos hoy de escuchar muchos discos, porque creo que los discos empiezan con un tema y terminan con otro. Hay un orden porque hay también un discurso que va pasando en medio de las canciones. No solamente es la historia que ofrece cada canción, sino que hay algo que se va sumando. Y está esa idea de nuestra presencia, nuestra presencia negada, invisibilizada, en general en todo, pero a la hora de pensar el tango prostibulario que nació en los márgenes y donde estábamos nosotras también.
Cuando la conversación profundiza en el género, también aparece el nombre (al igual que en una de las canciones del disco) de Roberto Arlt, un escritor de los márgenes.
Susy habla de “corregir a los Roberto Arlt” que andan diciendo por ahí que las travas son “hombres disfrazados de mina”.
“Roberto también perteneció a su tiempo, a su época, no dejó de ser un tipo que miraba como miraban los tipos. Y tuvimos que aprender nosotras a huir de esa idea de la ciencia, de la literatura, de la heterosexualidad”, asegura.
−Meses atrás se viralizó un recorte del programa “País de boludos” en el que vos comentabas la charla que tuviste con un taxista sobre la cuestión travesti. Creo que ese recorte retumbó incluso en ámbitos que están fuera del progresismo, ¿no?
−Me vinieron muchos comentarios, obvio, y también de gente que no tiene nada que ver. Se lo pasé a mi vieja, que no entendía nada, que sigue pensando como Roberto Arlt, “que son todos tipos disfrazados de mina”, y cuando lo vio me empezó a mirar..., pasó algo loco. Somos un espejo. ¿Querés hablar de masculinidades y feminidades? Bueno, ahora la invitación que hacemos en esta misma nota, para quien está leyendo, en lugar de putear, o aunque lo haga puteando, que se ponga como espejo. ¿Qué nos muestra, qué nos devuelve el espejo? ¿Qué tipo de masculinidades somos? ¿Qué tipo de feminidades? ¿Cumplimos todos los casilleros que la masculinidad dice que hay que cumplir o que la feminidad dice que hay que cumplir? Capaz que en realidad todos estamos en falta. Todos y todas estamos en falta porque ese régimen es muy gigante. Yo creo que somos un mundo de gente rota. Un mundo de gente con mucho dolor atravesado y todo eso tiene que ver con los disciplinamientos. Nosotras, te puede gustar o no, lo que hacemos es decir hay un disciplinamiento. Se lo decimos a papá y a mamá, se lo decimos a la escuela, se lo decimos a Roberto Arlt, se lo decimos a todo el mundo. Se lo decimos con amor, a veces con menos paciencia, con más recursos, con toda la bronca...
Sobre el final, menciona su primera novela, La Loreta Pibe Roto, fruto de su trabajo en torno a las infancias trans. Ella venía escribiendo en folletines sobre estos personajes y con el correr de los años ese material devino libro.
“La Loreta y Pibre Roto son dos personajes, pero uno es antes de la Ley de Identidad de Género y el otro es después, es ahora. En un momento se juntan. Y también tiene que ver con el país, ¿no? Y con este contexto del país. Desde dónde venimos”, cierra al respecto.
Para ir a ver Susy Shock
El viernes 23 de mayo a las 21 en Platz (avenida Maipú 350). Junto con La Bandada de Colibríes, banda compuesta por Caro Bonillo, en dirección musical, piano, guitarra y voz; por Andrea Bazán, en guitarra y voz; por Sol Penelas, en cuatro y voz; por Vitto Troilo, en bajo y coros, y por Horacio Vázquez, en percusión. Entradas, desde $ 30 mil en Antesala.