Después de una gira multitudinaria que marcó el regreso a los escenarios y la posterior recuperación de salud de Chano Moreno Charpentier, Tan Biónica se metió al estudio y lanzó su nuevo disco, tras 10 años sin publicar material nuevo.
Entre 2023 y 2025, la banda llevó adelante “La Última Noche Mágica”, una gira que se fue agrandando por la demanda del público y que finalmente convocó a más de medio millón de personas y recorrió escenarios emblemáticos de Argentina, Uruguay, Paraguay y parte de Europa.
Ese recorrido encontró su cierre simbólico con El Regreso, el nuevo disco lanzado este 4 de noviembre y que los devuelve a la primera línea del pop argentino.
Catarsis, nostalgia, tristeza y redención atraviesan este resurgir impulsado por la música. “Soy la sombra de una luz que no se quiere apagar”, canta Chano sobre una guitarra arpegiada que acompaña sus frases. El primer tema de El Regreso abre con melancolía y refleja el proceso de sanación personal que le permitió volver a cantar tras uno de los momentos más difíciles de su vida. “Llevo una tristeza encima que no puedo revocar”, concluye en esta sentida canción.
La melancolía continúa en Tus cosas, la balada popera junto a Airbag. Pato Sardelli aporta su voz limpia, sin las estridencias habituales. “Me estoy metiendo tiros en contra (...) porque sí”, entonan a dúo, evocando viejas vivencias.
El problema del amor presenta a la Tan Biónica de los sintetizadores y es una de las composiciones donde Chano y Bambi brillan como autores. Aunque la letra hable de un estado “deprimido”, “malherido” y “lunático”, y de los vaivenes del amor, la música estalla en un estribillo alegre y contagioso. Tiene todo para convertirse en hit.
La cuarta canción suma la voz de Andrés Calamaro. Una vez más, Chano pone en palabras las experiencias que lo llevaron a recuperar su felicidad. Rockera y pegadiza, el aporte del “Salmón” –quien también supo atravesar un regreso tras sus propias tormentas– añade sentimiento y un gesto de respaldo en este canto a la vida.
“En mi mundo siempre va a llover”, canta Chano en la quinta, una oda a la soledad y a la cotidianidad errática. Hasta aquí, la música suena a la Tan Biónica de siempre, como si la banda nunca se hubiera separado y el disco hubiera salido apenas un año después de Hola Mundo (2015). 10 años después, la combustión entre los integrantes sigue latente: el grupo suena sólido y recorre con madurez los caminos que trazó durante su carrera.
En este álbum, la fuerza radica en la letra testimonial del cantante, que parece cerrar un duelo y abrir una nueva etapa. Mil días es otra balada popera con pasta de hit, donde unos vientos adornan el estribillo mientras el artista canta cómo “se le cae el cielo”.
Tras un interludio con tintes de ópera, Santa María se erige como la canción más bailable del disco. El mood de discoteca se enlaza con un pedido de protección a algún santo, una plegaria en ritmo pop.
La dulce y tierna voz de Nicki Nicole reinterpreta Boquitas pintadas, tema que hicieron juntos en varias “noches mágicas”.
El disco cierra con La invención, otra muestra del pulso compositivo de la banda. El concepto de melancolía y redención vuelve a hacerse presente. “Los rezos se hacen milagros y los dolores no duelen más”, canta Chano, sellando con esa frase el espíritu de un regreso que fue esperanzador y que hoy es realidad.
























