Vivi Pozzebón desafía con hiperactividad a un contexto desfavorable para el músico independiente. Para corroborarlo no hay que ir más allá de la actual agenda musical local, en la que la cantante y percusionista cordobesa amalgama su 12º Retiro de Tamboreras (fue de viernes a domingo, en el Centro Mariápolis de Alta Gracia) con un concierto junto al dúo salteño Eva y Nadia, con el que se presentará los próximos jueves y viernes, en Club Legrand (San Lorenzo 163, de Córdoba Capital) y en Carod Espacio Serrano (Salsipuedes) respectivamente.
“El trabajo de Eva y Nadia me hace acordar mucho a De Boca en Boca”, dice Pozzebon durante su charla con La Voz, refiriendo al cuarteto vocal surgido en nuestra ciudad y que le dio proyección nacional e internacional.
“En lo vocal, ellas trabajan muy finamente en los arreglos, en la tímbrica. Todo ese bagaje de trabajar con las voces y con la percu, es lo que sigo haciendo y lo que me sigue interpelando. Me conmovió el hecho de trabajar con las chicas. Y tras grabar un feat, plantearse hacer una gira juntas era de lo más natural. Empezaremos la gira en Córdoba”, añade.
En este último textual alude al video, ya disponible en YouTube, en el que ella más Eva y Nadia comparten iniciativas en un amplio espacio hogareño. En rigor, en una sala destinada a la danza de la casa porteña que Vivi y la actriz Karol Zingali habitan desde hace poco más de un año.
“Empezó como un feat recíproco. Yo me sumo a Carnavalero, un tema del repertorio de las chicas, y ellas a Bombo y Pandeiro, uno del mío. Grabamos en nuestra casa de madera que alquilamos en La Boca, a pocas cuadras de Caminito, y la posibilidad de salir a tocar siempre estuvo ahí. Es una casa de madera de dos plantas. La de abajo es más para danza”, suma.
“En 2022, las chicas ganaron un Gardel por su segundo disco (Vidala en mi zamba, 2021). Cantan coplas y vidalas de una manera muy exquisita. Nos conocimos el año pasado en Portugal, en una gira en la que coincidimos. Para los conciertos se nos suma Lautaro Matute, un guitarrista con una manera de tocar muy flexible que es parte de la banda de Valen Bonetto. En fin, mezclamos repertorios, sumamos canciones para esta alianza, le damos aires a Lautaro…”, redondea Vivi.
El video con Eva y Nadia en su nuevo hogar porteño es una buena oportunidad para que cuente por qué se estableció allá con Karol. Ni ella ni su pareja hablaron mucho al respecto, después de todo. “Hacía mucho que teníamos ganas de irnos para mover nuestros proyectos desde allá. Y nos mudamos con parte de Pequeño Bambi. Alquilamos una casa en La Boca con Joel Costa, el bajista de la banda”, precisa Pozzebón, poniendo al grupo de punk queer por encima de todos sus desvelos artísticos.
Y hay una buena razón para ello: “De hecho estamos grabando el segundo disco con los Bambi, porque dos productores nos vieron allá y se coparon. Son Andrés Mayo, uno de los grandes del mastering, y Lean Coca, que hizo el último disco de Neo Pistea (Neo), nominado a los Gardel como mejor disco de rock alternativo”.
“Nos mudamos en marzo de 2023 y, al mes y medio, salí nominada a los Premios Gardel”, resalta sobre lo que finalmente redundó en una victoria en la categoría mejor álbum instrumental - fusión - world music por Tamboreras por el mundo, Vol. 1.
“La idea era moverse un poco de lugar para mover el avispero, para que nos pasen otras cosas –precisa-. Otra de las cosas buenas de moverse fue el encuentro con Eva y Nadia”.
Para Pozzebon no es forzado que Pequeño Bambi grabe con el productor de Neo Pistea. Y lo fundamentó viajando a los años tempranos del proyecto: “Este año cumplimos 20 años con Pequeño Bambi. Karol, mentora, siempre lo pensó desde lo performático, por lo que la banda siempre fue algo complementario. Pero cuando el grupo ser activó con las hermanas Rivarola (Eli y Luci) siendo adolescentes, todo cambió…”, reconstruye.
“Sobre el primer show de Eli recuerdo que Titi (su padre) le fue a comprar la viola eléctrica para que tocara con la banda. Fue todo un proceso de vida, de familia con los Rivarola. Primero con su papá y luego con sus hijas. Ahora ellas son recontra músicas. Con Eva Gou (actual alter ego de Lucía) empezamos diciéndole cómo era todo y ahora ella está codo a codo con Karol en escena. Es una productora tremenda con disco propio por salir y con el de Jenny Nager, su madre, ya publicado. Aprendemos cosas de ellas”, desarrolla Pozzebón, que confiesa conmoverse con tanto con esa retroalimentación generacional como con poder tocar la batería, que fue lo que soñó desde pequeña.
“Desde chica quise tocar la batería y en el único espacio creativo en el que puedo hacerlo es el de Pequeño Bambi, proyecto al que Mayo y Coca quieren llevar a otra dimensión. En fin, todo es parte de la música que me sigue conmoviendo”, remata.
–¿Qué podés decir sobre el nuevo Retiro de Tamboreras?
–Que este será el doceavo desde que empezamos en 2018 en Traslasierra. Pero los más convocantes y que duran más días son los de la Patagonia. En Bariloche vamos por el quinto. En todos los casos, consisten en jornadas de mañana y tarde de talleres de percusionistas convocadas y míos, a los que se le suman conversatorios. En esta oportunidad invité a Mica Farías Gómez (cantautora), Nige Achy (bombista), Eliana Carol Bessone (bombo y danza), Legüeras del Río y Laura Puccherelli (antropóloga y comunicadora radial con especialidad en estudios afrolatinoamericanos y caribeños). Nos concentraremos en la huella afro del folklore argentino y de los ritmos del Río de la Plata. Y sobre todo en el bombo, nuestro instrumento más afro. Porque sentimos que por mucho tiempo estuvo, al igual que las danzas folklóricas, ligado a maneras eurocentristas.
–Tu actividad como artista independiente se destaca por tener todo en estado de latencia. Como De Boca en Boca, por ejemplo...
-Con las chicas (Soledad Escudero, Marcela Benedetti y Alejandra Tortosa) nunca dijimos “esto se cierra”. No tengo planes en mediano ni en largo plazo de hacer algo con De Boca en Boca, pero hace un par de años (2018-2019) tuvimos ganas de volver a juntarnos y lo hicimos. No cerramos como lo haría un negocio. No tenemos contrato con discográficas ni productores. Me muevo por donde quiero y entiendo que las chicas también. Y lo que digo vale tanto para lo bueno como para lo malo. Porque este momento no es el más auspicioso para los proyectos autogestionados.
