La del jueves fue otra noche picante en la casa de Gran Hermano, con las riendas del juego en manos de Furia.
Es que la “vieja” participante que volvió a entrar a la casa en esta edición tenía la potestad de terminar de definir la placa de nominación, donde ya estaban Claudio, Eugenia y Chiara, como inamovibles.
Cuando llegó el momento de la verdad, Furia hizo su movida al subir a placa a Tato y bajar a Bati, “porque está en situación de emergencia”.
Así las cosas, finalmente la placa quedó conformada por Claudio, Eugenia, Chiara, Gabriela, Luz, Luciana, Selva y Tato. Se trata de una placa negativa, es decir, que el público deberá votar a quien quiera que se vaya.
Luego, en el confesionario, Furia explicó los motivos de su decisión.
“No sabía a quién bajar porque pensé en varias personas, pero con todo lo que pasó en vivo me hizo un poco de ruido en la cabeza. Yo soy mucho de premiar a las personas que juegan, que no sólo disfrutan de la casa sino que intentan lograr algo”, argumentó, explicando porqué salvó a Bati.
“Me pareció que Euge y Selva salieron bien de las placas positivas, que están bien posicionadas afuera por si tienen algún peligro acá adentro”, continuó.
“El movimiento que hice fue para dejar a todo el tridente en placa a ver si pueden llegar a empujar como ellos quieran, porque van a redireccionar, de que si se quieren quedar puedan los tres juntos sacar a alguien en particular”.
“Y si no, darle la posibilidad al público de que puedan sacarle una pata al tridente, así que están todos expuestos. No tengo ningún problema con Tato, me parece que es un pibe que está toda la cabeza con el juego, así que está bueno”, insistió.
“Acá se pelean y se amigan muy rápidamente, así que la casa no sabés hacia dónde va”, finalizó, admitiendo que no sabe qué tipos de alianzas se tejerán a partir de su decisión.