La casa de Gran Hermano fue el escenario de un momento que rozó lo surrealista durante la gala conducida por Santiago del Moro, poco después de que los participantes vieran el partido entre la selección Argentina y Colombia. En medio de una consigna de “Congelados” (que obliga a los jugadores a permanecer inmóviles) un grupo de “hombres de negro” irrumpió en las instalaciones y comenzó a vaciar la casa.
Con los rostros cubiertos, varios desconocidos empezaron a retirar diversos objetos, dejando a los seis participantes que aún siguen en juego sin palabras por la sorpresa y lo inesperado de la situación. Sin embargo, algo similar ocurrido en la edición de 2007.
Qué se llevaron los hombre de negro de la casa
Entre los objetos que se llevaron los “hombres de negro” se encuentran almohadones, partes del sillón, mesitas, utensilios de cocina, y otros objetos que forman parte del confort cotidiano de los jugadores. Santiago del Moro observaba en vivo y aclaró que no tocarían comida ni objetos personales, pero el resto “vuela”.
Incluso se especuló con que se llevarían los cajones de cubiertos, un elemento con el que los participantes habían tenido problemas anteriormente. Pese a la desolación, no se llevaron ni el gimnasio ni la zona de la galería.
Una vez que se desactivó la consigna, el desconcierto fue total. Los participantes pudieron reaccionar ante la escena, coincidiendo en que jamás imaginaron un giro tan radical a pocos días de la final.
La casa quedó vacía, generando eco al hablar, y los finalistas terminaron apilados en el único camastro que quedó en el living, tratando de asimilar esta nueva prueba de adaptación impuesta por la producción rumbo al desenlace del reality, que tendrá lugar el próximo 24 de junio.
Las reacciones de los participantes
Entre las reacciones destacadas, los panelistas mencionaron que las caras de Selva y Ulises eran “para un cuadro”. Otros también comentaron que a Juan Pablo le cuesta más la adaptación y lo lúdico, y que a Eugenia, quien tiene carácter fuerte, esta jugada de la producción le “caerá mal”. De hecho, se llevaron hasta su copa. Los participantes debieron enfrentarse a la idea de comer con la mano o apañárselas de otra forma.
Esta drástica medida, descrita como “el robo del siglo” por la voz en off, busca probar la capacidad de los participantes para arreglárselas con lo que hay en los últimos días del juego.
Aunque la imagen de la casa vacía generó una sensación de desolación, en Argentina el formato suele ser más benévolo que en otras partes del mundo.
En los próximos días, los finalistas deberán demostrar su capacidad de adaptación, mientras esperan si tendrán manera de recuperar algo de lo perdido, aunque aún falta para saber cómo.
