Apenas puso un pie fuera de Radio Pop, Lizy Tagliani se convirtió en el epicentro de una rueda de prensa improvisada. Con la voz quebrada, pero determinada, la conductora salió al cruce de las gravísimas acusaciones lanzadas por Viviana Canosa en televisión, que la vinculan con delitos aberrantes como abuso de menores y trata de personas.
“Nunca abusé de un menor. Nunca robé. No tengo nada que ver con la trata. No soy nada de eso. Y lo van a tener que demostrar”, disparó ante los micrófonos.
El descargo no fue solo una defensa pública, sino un grito desesperado que encontró eco en el momento más sensible de su vida: a solo dos días del juicio por la adopción de su hijo. “Me duele todo. Me duele que se ponga en juego mi honor, mi familia. Mi nene es un bebé que salió de un hogar y puede correr grandes riesgos por esto. ¿De verdad vas a decir eso justo ahora?”.
Consultada por si consideraba que esto fue un carpetazo, Lizy fue contundente: “Si sabe que soy pedófila, ¿por qué no denunció cuando se enteró que voy a adoptar? Permitió que un juez, psicólogos y asistentes sociales me den una criatura. ¿Eso no desacredita su trabajo también?”.
Su relato se volvió aún más crudo cuando apuntó directamente a la construcción de prejuicios sociales: “¿Qué se les ocurrió un día? ¿Decir ‘el travesti es pedófilo’? Porque claro, como es travesti la gente enseguida lo va a creer. Digamos que es robón, que se droga. Nunca en mi put* vida me drogué. Nunca vendí drogas. No tengo antecedentes penales. Todo eso que quieren instalar no va a pasar porque no soy nada de eso”.
Y advirtió que irá hasta las últimas consecuencias. “Si la justicia argentina no me da la respuesta que necesito, voy a ir hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Lo juro por la memoria de mi mamá. Lo voy a hacer por el orgullo que va a sentir mi hijo de mí”, aseveró.
Más allá del dolor, Lizy se mostró firme y agradecida con quienes la rodean. “Gracias a Dios, los empresarios que me contratan y el público saben quién soy. Mis clientas de hace 30 años de peluquería también. Una vez una persona se mudó y dejó un bolso lleno de guita. Así como estaba, se lo devolví. Ni siquiera sabía que se lo había olvidado. ¿Eso no habla de mí?”.
También reivindicó su historia de esfuerzo. “No pueden soportar que una travesti fea, que vino del medio de la villa, pueda tener una familia, adoptar un pibe, trabajar dignamente. Creo que he faltado tres veces a un laburo en toda mi vida. Nunca llegué tarde. Cuando hacía shows, terminaba a las 6 en el boliche y a las 9 estaba parada en la peluquería. Una clienta me puso la plata para abrir mi local y se la devolví peso por peso”, recordó.
En el cierre de su declaración, Lizy volvió a apuntar contra quienes buscan dañarla y prometió no bajar los brazos. “Voy a demostrar que todo esto es mentira, que es arreglado, que alguien me está armando algo para cagarme la vida. Pero no me la van a cagar. Si hay alguien fuerte y que salió adelante, soy yo”, subrayó.
Mientras los cronistas intentaban sacarle una declaración directa sobre Canosa, ella fue clara: “No voy a hablar de nadie”.