Hace una semana, Melody Luz hizo pública su separación de Santiago del Azar tras un conflicto personal en su departamento.
La mediática se había juntado con su ex, Alex Caniggia y el chef fue enardecido al domicilio a pedir explicaciones.
Ese fue el detonante de la ruptura y, a los pocos días, Luz dio una nota con el papá de su hija y tildó a Santiago de violento.
Esta mañana, en Mujeres Argentinas, del Azar se mostró compungido y dio su palabra. “La verdad, me siento triste, decepcionado. Y vengo a defenderme. Vengo a defender mi nombre, vengo a defenderme como hombre también, porque creo que los hombres no perdimos los derechos porque las mujeres los ganaron”.
Luego, reafirmó su postura: “Creo que las mujeres tienen todos los derechos y me parece muy bien que sea así, pero me parece que los hombres también los tenemos. Y vengo a defender eso, vengo a defender mi nombre”.
En ese marco, explicó por qué eligió hablar públicamente: “Porque me cansé. No vengo a juzgarla, ni a querer hacerla quedar mal a ella. Vengo a hablar con la verdad, como fue, y vengo a expresar lo que siento, nada más que eso”.
También relató que intentó mantenerse en silencio, pero una imagen fue el detonante: “Yo pensé que en algún momento iba a poner un freno y no lo puso. Ayer me llegó justamente esta captura de pantalla y yo la vengo cuidando desde que terminó todo, vengo cuidando un montón de cosas porque soy así, porque siempre cuido mucho y quería seguir con eso, pero ayer cuando me llegó esta imagen dije ‘basta, ya está’”.
Más adelante, Del Azar se refirió a las contradicciones en el relato de su expareja: “Escuché toda la nota, donde ella dice no fue violento, pero me pateó la puerta. Impulso violento. Entonces, ¿en cuál quedamos? ¿Fui violento? ¿No fui violento? ¿Fui agresivo? ¿No fui agresivo? ¿Soy impulsivo? Un montón de adjetivos que me quiere definir como persona. Yo tengo bien en claro quién soy y justamente vengo a defender eso. Todos esos adjetivos en los cuales ella me apunta, ninguno de esos soy. O sea, medio impulsivo, re. Buenísimo. Pero impulsivo hasta ahí. No llegando a violencia, no llegando a agresividad. Y encima, me habla de inseguro. Sí, obvio, todos tenemos algo de inseguridad, eso es verdad, pero esa inseguridad crece con determinadas cosas que pasaron en la relación, que hicieron que esa inseguridad crezca”.
Reconoció que desde un principio entendía la complejidad del vínculo: “Yo sabía dónde me metía, yo sabía que estaba empezando una relación con una persona que recién acababa de terminar, con una familia, con una hija, todo eso yo ya lo sabía, yo lo tenía muy metido adentro, pero un montón de cosas pasaron en esa relación que hicieron que yo sea mucho más inseguro y que sabía cómo iba a terminar”.
“Desde que estuve con ella del día uno, la cuidé, la acompañé en el proceso, me he bancado lágrimas, me he bancado lágrimas de cuando él se fue con una mujer a un campo y me he bancado que me llore todo una noche, porque supuestamente lloraba por la hija. Le digo ‘vos no estás llorando por tu hija, estás llorando por él’. No, ves que no te das cuenta que estoy llorando por mi hija’... Y está llorando porque él se fue con una mujer a un campo”, cerró Santiago.