Este martes, Puro show puso al aire una nota con Sarah Stewart Brown, segunda exesposa de Jorge Lanata, quien despidió al periodista con un largo hilo en X (antes Twitter) en el que recordó diferentes momentos vividos junto al papá de Lola, la hija en común de ambos.
“Kiwita”, tal su sobrenombre y su seudónimo en la red social, habló sobre esa publicación que llegó seis días después de la muerte de su expareja.
“Yo sentía que tenía que cerrar algo y quería volver a tuitear pavadas y no podía no decir nada. Y bueno, hice eso, dejé unas postales”, expresó sobre la serie de recuerdos compartidos en diferentes momentos de su relación, que se extendió desde 1998 hasta 2016.
“Estamos bien. Sí fue un año duro, fueron meses muy difíciles. La verdad es que estamos tranquilos, o sea, hicimos todo lo posible por acompañar, por estar. Y él la verdad que tuvo una vida, mil vidas, y la vivió con toda, así que como que me parece que no queda pesar”, reflexionó luego.
“Estamos un poco perdidos, acomodándonos”, dijo luego “Kiwita”. Luego, cuando se le consultó sobre la herencia del periodista, Stewart Brown observó: “Yo no corto ni pincho en eso, así que no, ni idea”.
“Lanata es inmortal, chicos. Hay Lanata para siempre. Tengo esa sensación”, dijo luego. Y cuando el notero de Puro show volvió a plantear el tema de la herencia, añadió: “Yo en lo personal no cumplo ningún rol. Y espero que todo salga según la ley y ya está”.
Además, aseguró que nunca pudo entablar diálogo con Elba Marcovecchio, y que tampoco lo haría ahora si dependiera de ella: “En principio no, pero no sé”.
Sobre Lola, su hija con el periodista, añadió: “Está un poco perdida pero está bien. Estamos bien, estamos en paz. Nos acordamos de él con mucha risa, era un disparate así que nos acordamos las cosas que hacía, los quilombos en los que nos metía y nada, nos reímos más que lloramos”.
Sarah Stewart Brown y sus mejores recuerdos con Jorge Lanata
La artista plástica fue la tercera esposa de Lanata. Estuvieron juntos desde 1998 hasta que se separaron en 2016. Ambos tuvieron a Lola, la segunda hija del periodista. Sarah fue una de las relaciones más importantes que tuvo Jorge y la primera en donarle un riñón cuando lo tuvieron que intervenir de urgencia en 2015.
A través de un extenso hilo en X (es decir, una cadena de publicaciones que continúan un mismo tema con no más de 280 caracteres) desde su cuenta @Kiwita, Stewart Brown despidió a su exmarido con sentidas palabras y memorables imágenes.
“Hace días quiero escribir algo y no me sale nada. O más bien me sale todo. Cada cosa que escribo me parece poco o que no le hace justicia, especialmente porque él tan bueno con las palabras y yo tan disléxica. Lanata tuvo mil vidas y tuve el privilegio de ser testigo de algunas de ellas”, escribió en el primer posteo.
Sin seguir un orden específico, la artista hizo un recorte muy personal con los mejores recuerdos que atesorará por siempre.
1. El día después de su segunda separación
El primero de ellos fue un fragmento del programa Periodismo para todos con la editorial de Lanata sobre la famosa columna de Maria Schmidt, Usen protector solar (Wear sunscreen), la cual se emitió el día después de que la pareja decidiera separarse por segunda vez.
“Fuimos mil cosas, amigos, amantes, pareja, amigos. Nos embarcamos en cada delirio y vivimos dramones. La vida cerca de Lanata siempre fue un trampolín ida y vuelta entre el disparate y la adrenalina, mil veces. Mi maestro, a veces su enfermera, fuimos esposos, después ex, pero amigos siempre amigos y confidentes”, expresó Sarah.
“Y nos puteamos, como corresponde, un millón de veces, siempre de usted. Nos separamos dos veces. La primera duró poco, yo había logrado cultivar con éxito cierto perfil bajísimo, pero la separación fue muy pública en plena época de la ruta del dinero. Esa vez un día después de separarnos hizo esto”, recordó.
2. Jorge Lanata con Lola, su segunda hija
El segundo recuerdo fue una foto de Jorge Lanata con su hija Lola durante Año Nuevo en 2008 en París y le sumó la famosa frase del periodista sobre la muerte y las estrellas.
“En realidad, espero convertirme en una estrella… Para mí los muertos son estrellas. Si es cierto lo que creo, voy a estar en equilibrio. Creo que somos luz y volvemos a la luz. Me gusta pensar eso, que estaré ahí arriba, en una estrella, en otro estado material”, se lee en la imagen.
3. Un encuentro de identidad
La tercera publicación se trataron de tres hojas con un poema que escribió Jorge Lanata el 28 de octubre de 19987 y que le dedicó a Sarah cuando ella se encontró a Mercedes, su madre biológica.
“Él me había ayudado en esa misión. No puedo creer que no se lo mostré cuando una vida después supimos que él también era adoptado. Daniela era el nombre que yo tenía en mi partida de nacimiento original”, contó la pintora.
4. Un amor al borde de la separación
El cuarto recuerdo fue una imagen que definió el futuro de la pareja: “Esta foto me encanta porque ya estaba cocinadísima nuestra separación definitiva, a los pocos días que (Jorge) se vaya a vivir a Miami. Y así y todo felices, con proyectos propios y bancando al otro”.
A eso se le sumó un video con el famoso gesto de PPT y una foto con dos pelotas para que el periodista ejercitara movilidad en sus manos durante su internación en el Hospital Italiano (no se especificó la fecha).
5. La despedida final
En el último posteo del hilo, Stewart Brown volvió a referirse a la separación. Según indicó, a pesar de no ser más pareja, ambos se querían y apoyaban mutuamente.
“Lo bueno de cuando te separas y seguís queriendo bien es que perdes la cotidianidad que saca a flor de piel las cosas que te irritan del otro. Si además hiciste un amigo, un compañero y te entendes, podes cultivar una relación inquebrantable”, aseguró.
“Desde que me separé era una relación bastante idílica. Discutíamos poco, solo teníamos dos o tres puntos en que nos sacábamos chispas, algún que otro desacuerdo sobre la educación de Lola, mi impuntualidad le daba malhumor”, agregó.
Y finalmente, apuntó contra la comunidad de la red social. “La última discusión picante que recuerdo fue culpa de ustedes (seguidores de Twitter). Él no entendía el rol de esta red social, la subestimaba y yo no entendía porque para mí, paradójicamente, él es el espíritu más tuitero que conocí”, cerró.