Mario Pergolini regresó a la televisión, un formato que él mismo dio por muerto en más de una ocasión.
La apuesta para su retorno se llama Otro día perdido y saldrá al aire diariamente a las 22.30.
Su late night show propone un resumen informativo del día y también incluye una entrevista a personajes relevantes.
Lo acompañan Soy Rada y Laila Roth, dos humoristas que intercambian con el conductor chistes ácidos, ocurrentes y eficaces.
Así fue el primer programa de Otro día perdido
Lo primero por destacar del ciclo es la escenografía y la producción. El espacio cuenta con lugar para albergar a Niño Monja, la banda de Agustín Aristarán, quien además actúa como presentador y devuelve las paredes de Pergolini al presentar los distintos segmentos del programa. También hay una tribuna que, a priori, se vio llena y bastante amplia.
Frente a él está Laila Roth, ubicada en una especie de barra. La humorista estuvo muy picante con sus chistes y remató en varias ocasiones los monólogos del conductor. Al parecer, su aporte será muy valioso de aquí en adelante.
Pergolini comenzó explicando de qué va el programa: “Yo necesitaba un cierre con la tele... o una nueva apertura, no lo sé”, dijo. Y pasó directamente al repaso de noticias.
Pero claro, tratándose de Mario, los temas fueron comentados con fuertes dardos dirigidos a Cristina Kirchner y su situación judicial, la presidencia de Milei, el rearmado del peronismo y el conflicto del presidente con Victoria Villarruel. Con astucia, bromeó sobre cada situación sin mostrarse ni de un lado ni del otro
¿Mucha IA?
Así como en la previa hicieron circular un tráiler hecho íntegramente con inteligencia artificial, varios segmentos del programa también fueron realizados de esa manera. Si bien parece otra humorada por el uso del recurso, lo cierto es que quedaron a contramano de lo que el programa venía mostrando.
Tal vez el video de “Remáximo” tuvo gracia, pero ya sobre el final, la supuesta premiación fue poco feliz. De la misma manera, el segmento de Laila Roth atribuyéndose sus “tres leyes” resultó muy fuera de contexto. Por momentos, la edición dejaba a los protagonistas en offside.
Habrá que ver hasta cuándo dura el recurso de la inteligencia artificial.
Por otro lado, sí estuvo ocurrente el segmento Sin comentarios. Similar al formato Top Five que Pergolini usaba en CQC, esta vez se tuvieron que morder la lengua para no emitir opiniones sobre Alberto Cormillot haciendo gimnasia, por ejemplo.
En el primer programa, los 15 años fuera de la televisión le pasaron factura a Pergolini. Así como al principio a Lanata le costó dominar la faceta “standapera” para analizar la coyuntura política, él también podrá ajustar esa parte con el correr de los programas. Los cinco guionistas de Otro día perdido tendrán bastante trabajo por delante.
El mejor terreno
Mario Pergolini siempre fue un gran entrevistador: punzante, irónico, inteligente y desafiante. Uno de los mejores momentos del primer programa fue la visita de Guillermo Francella, quien habló de su nueva película a estrenar el mes que viene: Homo Argentum.
Con el aclamado actor mostró complicidad y se movió como pez en el agua. Allí fue más que divertida la presencia de Soy Rada bromeando con Guillermo y hasta haciendo trucos de magia.
Según indicaron, la idea para esta primera semana es mantener a los invitados estrella. Puede ser un rasgo distintivo (y potente para el cierre) en comparación con otros late shows recientes, como los de Jey Mammon o Germán Paoloski, en los que los protagonistas eran parte del programa desde el primer minuto.
Pergolini no pasó —ni va a pasar— desapercibido. Seguramente, noche tras noche dará que hablar. Tiene una durísima competencia contra un enemigo que seguro conoce bien: Netflix. Mario deberá atraer a ese público que hoy tiene la televisión encendida en la plataforma para ver lo que el algoritmo tiene preparado para ellos.