El derrocado presidente de Siria, Bashar al Assad, habló este lunes por primera vez, desde Rusia, donde está desde que su régimen cayó. Lo hizo a través de un comunicado que envió por Telegram y fue replicado por los medios.
En el texto, dijo que no huyó “premeditadamente” de Siria el día que los rebeldes tomaron Damasco, sino que Rusia pidió su evacuación de una base militar bajo ataque.
Señaló que “nunca abandonó a la resistencia de Palestina y de Líbano”; negó que pueda ser acusado de “renunciar a su propio pueblo y traicionar a su ejército”. Y aseguró que tras irse de Damasco en dirección a las bases rusas en Latakia, pretendía seguir la ofensiva de los “terroristas”.
Dijo también haber resistido hasta el último momento en la capital, “cuando los terroristas se infiltraron en Damasco”. Y agregó que sólo abandonó su país cuando le quedó claro que las fuerzas gubernamentales habían abandonado todos los frentes de combate.
El comunicado se titula “Explicaciones del presidente Bachar el Asad sobre las circunstancias que lo llevaron a marcharse de Siria” y lo que hace, en síntesis, es justificar la salida del país de Assad ante los sirios.
Mientras tanto, la situación en Siria está en plena transición hacia no se tiene certeza dónde.
La ofensiva en Siria, lanzada el 27 de noviembre desde la provincia de Idlib, permitió a yihadistas y rebeldes tomar la capital, Damasco, y poner fin al régimen de la familia Al Assad, en el poder desde 1971, ante un repliegue constante de las tropas gubernamentales, respaldadas por Rusia e Irán.
Muertos del Estado Islámico
Este lunes, en tanto, el Mando Central de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (Centcom) informó que sus fuerzas llevaron a cabo ataques aéreos “de precisión” contra objetivos del grupo yihadista Estado Islámico en Siria y, tras ellos, el saldo fue de 12 muertos.
El Centcom explicó en un comunicado que los ataques fueron “en zonas controladas por el antiguo régimen y por Rusia”. Estos bombardeos selectivos contra líderes, operativos y campamentos de Estado Islámico forman parte de la “misión en curso” para derrotar al grupo yihadista.
“El Centcom, en colaboración con sus aliados y socios en la región, no permitirá que Estado Islámico se reconstituya y se aproveche de la situación actual en Siria”, dijo el general Michael Erik Kurilla, en alusión a la caída del régimen sirio.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ya justificó este tipo de acciones por parte de la Fuerza Aérea la pasada semana alegando que el objetivo de Washington es “evitar el resurgimiento” de Estado Islámico.
Enviado de la ONU
En tanto, el enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, se reunió este lunes con representantes militares que participaron en la ofensiva que derrocó el régimen de Al Assad y les subrayó la importancia de una “transición política creíble e integradora”.
Pedersen se reunió en Damasco con una delegación del Organismo Sirio de Negociaciones, en la que se incluyen “representantes militares que han participado en las recientes operaciones militares en Siria”, dijo en un comunicado la oficina de Pedersen, sin dar más detalles.
El representante subrayó “la necesidad de una transición política creíble e integradora, dirigida y controlada por los sirios, basada en los principios de la Resolución 2254 (2015) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, así como la “intención de las Naciones Unidas de prestar toda la asistencia posible al pueblo sirio”.
Estas palabras fueron similares a las del comunicado de este lunes por la mañana de Pedersen tras reunirse con el líder de la nueva administración siria, Ahmed al Sharaa, y el primer ministro interino, Mohamed al Bashir.
La resolución 2254, de 2015, insta a un proceso político dirigido por el pueblo sirio y auspiciado por la ONU para salir de la crisis que ya entonces vivía el país árabe, así como a la formación de un Gobierno creíble y legítimo, de un calendario y un proceso para redactar una nueva Constitución.
Anteriormente, Al Sharaa -jefe del islamista Organismo de Liberación del Levante que derrocó al régimen de Al Asad y cuyo grupo es heredero de la filial siria de Al Qaeda- abordó con Pedersen la importancia de proporcionar un “entorno seguro para el retorno de los refugiados” en la nueva Siria sin Bachar.
También subrayó la necesidad de “revisar la Resolución 2.254 debido a los cambios ocurridos en la escena política, lo que hace necesario actualizar la resolución para adaptarla a la nueva realidad”.