Parece una locura sacada de una película de ciencia ficción, pero es una posibilidad real: aniquilar el asteroide 2024 YR4 con una bomba nuclear. Esta opción extrema se considera debido a que el asteroide podría impactar en la Tierra y destruir una ciudad por completo.
La Nasa aumentó las probabilidades de impacto de este asteroide, descubierto en diciembre, al 3,1% para el 22 de diciembre de 2032. Esta es la mayor probabilidad de impacto en la historia de la predicción moderna para un objeto de este tamaño.
En lugar de insertar la bomba en el asteroide como en Armageddon, la explosión ocurriría cerca del asteroide. Investigadores estadounidenses probaron esta teoría con un asteroide simulado del tamaño de una canica, descubriendo que los rayos X de la explosión vaporizarían su superficie, empujándolos en la dirección opuesta.
Más allá de los dilemas éticos, políticos y legales de enviar armas nucleares al espacio, esta es una opción extrema pensada para asteroides de kilómetros de ancho. Además, una explosión nuclear podría fragmentar el asteroide en pedazos impredecibles que seguirían siendo un peligro para la Tierra.
Estrategias alternativas para desviar el asteroide
Afortunadamente, existen otras estrategias en consideración:
- Prueba de Redirección de un Asteroide Doble (DART): En 2022, la NASA impactó deliberadamente una sonda contra el asteroide Dimorphos, logrando alterar su órbita. Repetir este plan permitiría lanzar múltiples sondas y observar cómo cada una cambia su trayectoria.
- “Tractor gravitacional”: Consiste en enviar una nave de gran masa cerca del asteroide para, sin tocarlo, usar su atracción gravitatoria para alejarlo de la Tierra.
- Propulsores de iones: Colocar una nave cerca del asteroide con propulsores que emitan un flujo constante de iones para empujarlo fuera de su curso.
- Pintura reflectante: Rociar pintura blanca en un lado del asteroide para aumentar su reflectividad y cambiar su trayectoria lentamente impulsada por el viento solar.
La decisión final sobre cómo abordar esta amenaza recaerá en los líderes mundiales. Aún faltan varios años para que el asteroide llegue a la zona de órbita de la Tierra, lo que significa que hay tiempo para prepararse. Además, existe un 97% de probabilidades de que el asteroide no impacte en nuestro planeta.