En la mañana de ayer, la ciudad de Odesa, situada en el sur de Ucrania, fue sacudida por al menos 18 explosiones que estremecieron a los vecinos de esa emblemática ciudad costera, que se ha convertido en uno de los epicentros de la resistencia ucraniana frente a la invasión rusa. Un nuevo tipo de ataque con flotillas de drones kamikaze rusos desbordó las defensas aéreas locales, demostrando una táctica renovada por parte del Kremlin en su guerra contra Ucrania.
Los vehículos aéreos no tripulados, de modelo Shahed y fabricados en Irán, se precipitaron desde el cielo sobre Odesa, dejando un rastro de destrucción que alcanzó infraestructuras civiles como un centro comercial, varios negocios y un bloque de viviendas. El impacto del asedio aéreo también afectó a un cementerio local, mientras que tres adolescentes resultaron heridos.

Escena aterradora
Anastasia Dolnik, residente de Odesa y directora de logística, describió la escena como “realmente aterradora”. “Es una zona muy densamente poblada, y fue un milagro que no alcanzara más casas o supermercados abarrotados”, expresó, dejando entrever el terror palpable que se vive día a día en la ciudad.
El análisis de las autoridades ucranianas y los expertos militares señala que Rusia ha modificado su estrategia. Ahora, los drones son lanzados en grandes enjambres, elevándose a una altura de unos dos kilómetros sobre el suelo antes de lanzarse a gran velocidad hacia sus objetivos. Según Andri Kovalenko, miembro del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, este cambio busca saturar las defensas aéreas y los sistemas de guerra electrónica ucranianos, dificultando su interceptación.
En un conflicto que lleva más de tres años, los ataques regulares se han convertido en una constante para los habitantes de Odesa. La gente, acostumbrada a la amenaza permanente de misiles y drones, ha aprendido a buscar refugio en estacionamientos subterráneos o en pasillos de edificios
Mientras la guerra sigue devastando ciudades ucranianas, las esperanzas de una resolución pacífica se desvanecen.