El capitán de un barco de rescate de migrantes gestionado por una organización benéfica rechazó el domingo las órdenes italianas de abandonar un puerto siciliano. Las autoridades se negaron a dejar que 35 personas desembarcaran, en el marco de las directivas de línea dura del nuevo gobierno de extrema derecha contra los barcos de rescate con pabellón extranjero.
El gobierno de la primera ministra italiana Giorgia Meloni, que lleva dos semanas en el cargo, está denegando el acceso a puerto seguro a cuatro barcos que operan en el Mediterráneo central y que han rescatado a migrantes en peligro en el mar, algunos desde hace 16 días, y sólo permite desembarcar a los identificados como vulnerables.
El domingo, Italia ordenó al Humanity 1 que desalojara el puerto de Catania tras desembarcar a 144 migrantes rescatados, entre ellos niños, más de 100 menores no acompañados y personas con urgencias médicas.
Pero su capitán se negó a cumplir la orden “hasta que todos los supervivientes rescatados de la situación de peligro en el mar hayan sido desembarcados’', dijo SOS Humanity, la organización benéfica alemana que opera el barco. El buque permaneció amarrado en el puerto.
Polémica en Italia por el desembarco de migrantes ilegales
Más tarde, el domingo, un segundo barco de una organización benéfica llegó a Catania, y el proceso de revisión se repitió con los 572 migrantes a bordo del barco Geo Barents, operado por Médicos Sin Fronteras. A última hora de la tarde, 240 personas habían desembarcado, y se esperaba que los controles continuaran durante la noche.
Las familias fueron las primeras en abandonar el barco. Un hombre que acunaba a un bebé expresó su gratitud, diciendo “Gracias, Geo Barents, gracias”, al salir. Otro hombre en silla de ruedas fue bajado por trabajadores de la Cruz Roja.
Grupos humanitarios, activistas de derechos humanos y dos legisladores italianos que viajaron a Sicilia protestaron contra el proceso de selección por considerarlo ilegal e inhumano. El nuevo ministro del Interior italiano, Matteo Piantedosi, tiene en el punto de mira a las organizaciones no gubernamentales, a las que Italia acusa desde hace tiempo de fomentar el tráfico de personas en el Mediterráneo central. Los grupos niegan la acusación.
“Liberen a todas las personas, libérenlas”, dijo el legislador italiano Aboubakar Soumahoro en un emotivo llamamiento dirigido a Meloni desde el barco de rescate Humanity 1, calificando de “inhumana’' la nueva política de su gobierno.
Los pasajeros se han enfrentado a “traumas, se han enfrentado a todo lo que podemos definir como sufrimiento prolongado”, dijo Soumahoro, que pasó la noche en el barco.