La ingesta de bebidas alcohólicas adulteradas con metanol, un tóxico industrial, desató una grave emergencia nacional de salud en Brasil, con epicentro en San Pablo. Con dos fallecimientos confirmados, el pánico vació bares y llevó al Gobierno a solicitar a la población que evite el consumo de destilados.
Además, hay al menos siete fallecimientos sospechosos. Todas las víctimas ingirieron, sin saberlo, bebidas alcohólicas adulteradas, incluyendo caipirinha.
El metanol es una sustancia sumamente venenosa para los humanos, utilizada habitualmente en la producción de disolventes y pinturas. Al ser ingerido, el metanol se metaboliza en compuestos tóxicos como el ácido fórmico y el formaldehído, que pueden ser letales.
Los principales síntomas reportados por los afectados incluyen náuseas, vómitos, dolores abdominales y sudoración, además de visión borrosa o incluso ceguera total. En los casos más graves, se registraron daños irreversibles en el cerebro y los riñones, lo que puede desencadenar la muerte.
Bebidas alcohólicas adulteradas en Brasil
Aunque el epicentro de la crisis fue la ciudad de San Pablo, se registraron casos en al menos siete estados, abarcando desde el noreste (Pernambuco y Bahía), pasando por el Distrito Federal (Brasilia), hasta el sur (Paraná), además de Minas Gerais y Mato Grosso do Sul.
Este temor, incluso, provocó que los establecimientos de San Pablo se vaciaran durante el fin de semana, con una caída del 50% en el consumo en bares tras las intoxicaciones masivas.
Ante la gravedad de la situación, la Agencia Brasileña de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) reaccionó rápidamente. El organismo activó contactos de urgencia con agencias reguladoras de múltiples países, incluyendo la Unión Europea, Estados Unidos, el Reino Unido, Japón y Argentina.
El objetivo primordial es asegurar la disponibilidad de fomepizol, un antídoto contra la intoxicación por metanol. El fomepizol no se encuentra registrado en Brasil, ya que no se habían documentado casos destacados, salvo un incidente previo en Bahía en 1999, que resultó en 35 muertes.
Anvisa lanzó una convocatoria internacional para identificar distribuidores y fabricantes capaces de suministrar el medicamento inmediatamente al Ministerio de Salud. Como medida terapéutica de emergencia, la agencia está distribuyendo etanol farmacéutico manipulado, habiendo censado a más de 600 farmacias capaces de prepararlo.
El Ministro de Salud, Alexandre Padilha, emitió una recomendación explícita a la población: evitar el consumo de bebidas alcohólicas destiladas. Padilha sugirió evitar especialmente los productos incoloros cuyo origen no se conoce con certeza, enfatizando que no se trata de un producto esencial para la vida.
Sospechas de crimen organizado y operativos policiales
Las autoridades sanitarias en las ciudades afectadas están llevando a cabo controles a gran escala y cerrando numerosos comercios considerados sospechosos para localizar los lotes contaminados. En San Pablo, la asociación de consumidores Procon intensificó los controles en supermercados, restaurantes, bares y locales nocturnos, verificando facturas, envases y etiquetas.
La Policía Civil de San Pablo inició una carrera contra el tiempo con operaciones continuas en almacenes y fábricas en San Pablo, Minas Gerais y Santa Catarina. Una de las principales líneas de investigación de la Policía Civil de San Pablo apunta a la sospecha de que, en las fábricas clandestinas, las botellas de bebidas destiladas falsificadas eran limpiadas o desinfectadas con metanol antes de ser embotelladas.
Hasta el momento, se incautaron más de mil botellas, y el Instituto de Criminalística de San Pablo analizó 250 de ellas. En las últimas horas se registró la primera detención: Ilson de Sales do Amor Divino, de 50 años, fue arrestado en San Pablo bajo la acusación de ser uno de los principales proveedores de material para la falsificación de bebidas, presuntamente manejando más de 10 mil botellas adulteradas mensualmente.
Aunque el gobernador de San Pablo negó que el Primer Comando de la Capital (PCC) esté involucrado en la falsificación a gran escala, la Asociación Brasileña de Lucha contra la Falsificación (ABCF) planteó la hipótesis de que el metanol proviene de distribuidores de combustible ligados al PCC.
Según la ABCF, esta ola de intoxicaciones podría ser una reacción del grupo criminal al cierre de distribuidores de combustible vinculados a ellos tras la operación “Carbonio Occulto”. La ABCF sostiene que el PCC pudo haber revendido este metanol a destilerías y bandas de falsificadores clandestinos, obteniendo “beneficios millonarios a costa de la salud de los consumidores”.
El impacto en la cadena de bebidas y la venta de envases
Esta crisis sanitaria generó fuertes pérdidas en el sector legal de bebidas alcohólicas, especialmente el de destilados. El sector, que en 2024 movió alrededor de 36.300 millones de reales (U$S 6.800 millones), está viendo una caída de hasta el 50% en los pedidos por parte de algunos productores.
El problema de la adulteración se ve agravado por un mercado ilegal ya robusto. Según un estudio de Euromonitor International, una de cada cinco botellas de vodka o whisky vendidas en Brasil es falsificada. Más de un tercio de las ventas de destilados son falsificadas en el país.
Expertos señalan que la negligencia estatal en el sistema de eliminación de residuos es una vulnerabilidad clave. Faltan controles sobre el destino final de las botellas de bebidas alcohólicas, lo que facilita que los falsificadores obtengan envases originales a través de los catadores (personas que recogen residuos). Lucien Belmonte, presidente de Abividro, la Asociación Brasileña de la Industria del Vidrio, alertó: “Sin las botellas originales de las marcas, la falsificación no funciona”.
En respuesta a la crisis, el Congreso tiene planes de presentar un proyecto de ley que busca equiparar la adulteración de bebidas con delitos graves como el secuestro o el homicidio agravado, contemplando penas de hasta 30 años en caso de la muerte de la víctima.