La perturbadora trama del filósofo alemán que mantuvo a sus hijos encerrados durante cuatro años continúa sumando detalles escabrosos. Ahora, se conoció cuál fue el motivo por el que las autoridades comenzaron a sospechar del sujeto y que luego terminó en su posterior detención.
Si bien todo se inició gracias a la denuncia de una de sus vecinas en Oviedo, España, fue la compra “desaforada” de pañales lo que encendió las alarmas.
Christian Steffen (53), se presentaba como un “cazatalentos” y “gestor de recursos humanos independiente”. Aseguraba que vivía solo en el chalet 15B de la calle Toleo. Sin embargo, una vecina suya, Silvia, vio desde su ventana a una niña jugando en el jardín donde vivía el hombre.

Este, y otros detalles más que pudo observar con el correr de los meses, la hicieron sospechar cada vez más de su vecino. Todo terminó en una denuncia ante el servicio de Infancia y Familia del Ayuntamiento de Oviedo en abril de este año.
En la vivienda había una sola persona empadronada en febrero del 2022. Pasaba muchas horas dentro de su casa y solo salía para retirar compras, por esto decidieron indagar en su lista de compras.
El detalle que detonó todo
La lista de compras fue la pista que terminó por encaminar la causa. Las compras eran las de una familia completa, no las de una persona.
Había un consumo desaforado, o al menos llamativo, de pañales. No se solía escuchar ruido de bebés, es más se suponía que había al menos una niña de unos siete u ocho años.
Cuando llegaron la Policía y dos trabajadoras sociales encontraron el horror. Steffen estaba “descalzo y desaliñado”, y admitió que había nenes en la casa. También vieron a la esposa Melissa Ann Steffen, quien dijo que sus hijos estaban “muy enfermos”.
Los mellizos de 8 años y el nene de 10 tenían pañales y usaban barbijos en el momento en que los rescataron.
Quién es el filósofo alemán que mantenía encerrados a sus hijos
Christian Steffen, un alemán de 53 años con título de doctor en Filosofía y experiencia laboral como consultor en recursos humanos, fue detenido por encerrar a sus tres hijos durante cuatro años en una casa en las afueras de Oviedo, España. El caso, que estremece a aquel país, salió a la luz gracias a la denuncia de una vecina.
Los tres niños -dos gemelos de 8 años y su hermano de 10- vivían en un entorno controlado al extremo. Según la investigación judicial, no se les permitía salir de la casa ni usar el baño libremente: debían llevar pañales y seguir horarios estrictos. Dormían en cunas y pasaban sus días rodeados de basura y sin contacto con el mundo exterior.
Un informe médico confirmó que los chicos presentaban estreñimiento severo debido a estas restricciones. La casa, que alguna vez perteneció a un futbolista profesional, se había transformado en un lugar insalubre y peligroso para los menores.
Un entorno de control obsesivo impulsado por el miedo al Covid-19
Steffen y su esposa, Melissa Ann Steffen, alemana con raíces estadounidenses y mexicanas, se trasladaron a España en 2021 durante la pandemia. Desde entonces, impusieron un régimen de aislamiento basado en un temor extremo al contagio.
La vivienda estaba equipada con máquinas de ozono y los niños usaban mascarillas triples. La familia consumía únicamente agua embotellada y el gasto en agua corriente era anormalmente alto, presuntamente por duchas compulsivas.
Christian, quien también es licenciado en Pedagogía, convirtió una habitación en un aula improvisada. Los niños no asistían a la escuela ni tenían acceso a tecnología: todo el aprendizaje se realizaba de forma analógica, con libros, cómics y muñecos. El idioma principal en el hogar era el inglés.
Las autoridades creen que la negativa del colegio alemán a permitir que los niños continuaran la educación a distancia podría haber sido el detonante de la mudanza a España.
Monstruos dibujados y el aislamiento total
Durante el rescate, los agentes encontraron dibujos de monstruos en las cunas, un reflejo del miedo que vivían los menores. Según los informes policiales, los niños estaban visiblemente alterados, sucios, pero no desnutridos. “Cuando salieron al jardín y vieron un caracol, se sorprendieron como si descubrieran algo nuevo”, relató uno de los oficiales.
El baño de invitados era utilizado como depósito de pañales, y todas las persianas de la casa estaban cerradas, excepto las de las habitaciones de los niños, con una apertura regulada por el padre.
Detención, cargos y situación actual de los menores
El Juzgado de Instrucción N° 3 de Oviedo, junto al Ministerio Fiscal, ordenó la prisión preventiva sin fianza para ambos padres. Están acusados de maltrato continuado, abandono de menores y detención ilegal.
Se les retiró la patria potestad y los niños quedaron bajo custodia del Principado de Asturias. Serán sometidos a evaluaciones psicológicas para determinar el impacto del encierro en su salud mental y emocional.
Nadie en el barrio los había visto. “No sabíamos ni que la casa estaba habitada”, aseguró una vecina. El aislamiento era tan absoluto que ni los vecinos sospechaban la presencia de menores en el lugar.