El gabinete que acompañará al presidente electo de Chile, Gabriel Boric, combina “simbolismo y pragmatismo” al apostar por una inclusión mayoritaria de mujeres, una transversalidad política para implementar las reformas prometidas y una continuidad macroeconómica para tranquilizar a los mercados, coinciden los analistas.
El equipo de ministros que secundará desde el 11 de marzo al exlíder estudiantil está marcado por una fuerte presencia de profesionales independientes y por la incorporación de miembros de partidos de izquierda tradicional, lo que le permitirá ampliar su base de apoyo en un Congreso fragmentado.
Guiños
“El simbolismo también se extiende a la inclusión de ministros que no provienen de Santiago, haciendo un guiño a la descentralización, uno de los ejes de su campaña”, advierte Rodolfo Disi, profesor de Ciencia Política de la Universidad Católica de Temuco.
“En los nombramientos de este primer gabinete de Boric hay una mezcla de simbolismo y pragmatismo. Simbólicamente, está por ejemplo el tema de la paridad: son 14 mujeres y 10 hombres. Es la primera vez que la cantidad de mujeres supera la de hombres”, destaca el analista.
“Por el lado del pragmatismo, vale la pena recalcar dos cosas. En primer lugar, el nombramiento de Mario Marcel, actual presidente del Banco Central, da una señal de tranquilidad a los mercados y de continuidad a la política macroeconómica”, valora.
Y agrega: “Por otro lado, la inclusión en el gabinete de los partidos políticos del llamado ‘Socialismo Democrático’ apunta a ampliar la base de apoyo del Gobierno más allá de la izquierda, y a encontrar soporte legislativo para el programa de gobierno”.
Ampliar la base política
Apruebo Dignidad, la coalición con la que Boric fue a las urnas, obtuvo 37 de las 155 bancas de la Cámara de Diputados y cinco de las 50 de la Cámara de Senadores, por lo que la incorporación del Partido Socialista y otros de la izquierda tradicional al Gabinete podrían asegurarle la mayoría que requiere para implementar sus reformas.
Pero además, estará rodeado de su círculo de confianza.
Izkia Siches, la médica independiente que le aseguró el triunfo en segunda vuelta cuando renunció a la presidencia del Colegio Médico y se cargó al hombro la campaña en todo el país, es la elegida para el Ministerio del Interior, una cartera que por primera vez en la historia de Chile será ocupada por una mujer.
“Es un hecho histórico, un Ministerio netamente político, que está a cargo de la seguridad pública, pero que además es quien lleva muchas de las relaciones políticas más complicadas”, destaca Juan Pablo Sanhueza, responsable de política internacional del partido Comunes del Frente Amplio chileno.
Los diputados Giorgio Jackson y Camila Vallejos, que lideraron las protestas estudiantiles de 2011 junto al presidente electo también formarán parte del Gobierno.
Jackson, como Secretario General de la Presidencia, será el nexo con el Parlamento, mientras que Vallejos oficiará de vocera desde la Secretaría General de Gobierno.
También hay por primera vez en la historia de Chile ministerios liderados por personas de la comunidad LGBTIQ+ de manera abierta y pública; es el caso de las carteras de Educación y la de Deporte, Mario Ávila y Alexandra Benado, respectivamente.
En la mira “progre”
Otros elementos, sin embargo, han encendido algunas alarmas, sobre todo en el mundo progresista y de izquierda.
El nombramiento de Marcel al frente del Ministerio de Hacienda es visto con recelo desde los sectores que se identifican con aquel lema del estallido social de 2019: “no son 30 pesos (por el precio del boleto del transporte público), son 30 años”.
Marcel, un economista moderado cercano al Partido Socialista es garantía de estabilidad para ciertos sectores del mercado y para los sectores hegemónicos de la economía chilena y mundial.
Sanhueza admite que hubo “un golpe de timón” respecto de lo que se esperó en un primer momento, pero la explicación es muy simple: “No tenemos una mayoría parlamentaria propia y para poder concitar apoyos y lograr las reformas que queremos sí o sí necesitamos tender puentes hacia ese mundo”.
Todo un símbolo
Otro elemento que encendió alarmas, pero en el arco político contrario, es el nombramiento de Maya Fernández Allende al frente del Ministerio de Defensa.
La nieta de Salvador Allende asumirá la jefatura de las Fuerzas Armadas en una decisión de fuerte contenido simbólico a 49 años de que los militares ocasionaran la muerte del entonces presidente para imponer un gobierno dictatorial al mando de Augusto Pinochet.
“Es muy importante y en Argentina lo van a entender mejor que nosotros acá”, presagia Sanhueza comparando ese nombramiento con el momento en que el expresidente Néstor Kirchner hizo descolgar los cuadros de la Junta Militar, lo que generó un “ánimo nacional de respeto por la democracia y promoción de los derechos humanos” que luego se transformó en políticas concretas.
“Hoy en día tenemos la posibilidad de esperanzarnos con algo similar en Chile con el nombramiento de Maya Fernández”, se entusiasma.
Para Disi, la presencia en el gabinete no solo de Fernández sino también la de Marcela Ríos como ministra de Justicia, puede incomodar a ciertos sectores.
Estos nombramientos “apuntan a una intención de Boric de promover la defensa de los Derechos Humanos, lo que incluye perseguir las violaciones (que hubo) durante el estallido social de 2019″, interpreta.
“Eso va a incomodar a sectores de la derecha, tanto a actores históricos como a personeros del Gobierno saliente”, concluye Disi.
