China respondió con firmeza a las medidas arancelarias impuestas por el gobierno de Donald Trump a las importaciones provenientes del gigante asiático. Interpreta la decisión como una clara manifestación de “unilateralismo” y “proteccionismo” por parte de Washington.
El Ministerio de Comercio chino, a través de su vocero He Yongqian, expresó que las políticas arancelarias, lejos de contribuir a la llamada “seguridad nacional” de Estados Unidos, en realidad reflejan prácticas intimidatorias y una aproximación agresiva en el comercio global, que carece de sustento en el marco de las reglas multilaterales.
Los aranceles en cuestión, que incluyen las medidas bajo la Sección 301 y la Sección 232, han sido catalogadas por el mecanismo de solución de diferencias de la Organización Mundial del Comercio (OMC) como violaciones directas de las normativas comerciales internacionales. Estos aranceles fueron implementados bajo el pretexto de proteger la industria estadounidense, en particular las de acero y aluminio, con un gravamen del 25% sobre las importaciones de estos productos. Sin embargo, la respuesta de China ha sido tajante: no sólo estos aranceles son injustificados, sino que también atentan contra el principio de comercio libre y justo que sostiene el sistema multilateral de la OMC.
Proteccionismo puro
En este contexto, China destaca que, más allá de cualquier intento de justificar estas políticas a través de la “seguridad nacional”, la realidad es que las medidas adoptadas por Trump buscan reforzar una visión proteccionista que, en lugar de beneficiar a la industria local estadounidense, genera un clima de confrontación y división en el terreno comercial global. De acuerdo con las declaraciones de He, tales prácticas no sólo perjudican las relaciones comerciales entre ambos países, sino que también debilitan la confianza en las instituciones multilaterales que, a lo largo de décadas, han sido la base de la cooperación internacional.
El gobierno chino no es el único en manifestar su oposición a las medidas de Trump. Otros países también han expresado su preocupación por las implicaciones que tales decisiones tienen sobre el equilibrio del comercio global, sugiriendo que Estados Unidos, al actuar de forma aislada, corre el riesgo de generar tensiones innecesarias en el sistema económico internacional.
La postura china es clara: los aranceles impuestos bajo la Sección 232, que se justifican como una medida para proteger la seguridad nacional, no son más que una cortina de humo para encubrir una estrategia económica agresiva que favorece a Estados Unidos a expensas de otros países. China, y muchos otros actores internacionales, siguen instando a Washington a dar marcha atrás con estas medidas y retornar a un enfoque basado en el diálogo y la cooperación multilateral. De lo contrario, se corre el peligro de que el proteccionismo y las tensiones comerciales escalen aún más, afectando a la estabilidad económica global.