Mientras miles de fieles lo despiden en la Basílica de San Pedro desde este miércoles, el mundo católico se prepara para despedir al Papa Francisco, quien falleció el 21 de abril de 2025 a los 88 años tras un ictus cerebral que derivó en un colapso cardiovascular.
Su funeral, programado para el sábado 26 de abril a las 10 de la mañana en la Plaza de San Pedro (5 de la mañana argentina), será un evento histórico que combinará tradiciones centenarias con las modificaciones que el propio Francisco implementó en 2024 para reflejar su visión de una Iglesia más sencilla y cercana a los fieles.
A continuación, te contamos cómo será la ceremonia y qué esperar en los próximos días:
La muerte del papa Francisco: un funeral marcado por la simplicidad
El papa Francisco, conocido por su humildad, dejó instrucciones claras para que su funeral se alejara del boato tradicional. Según el arzobispo Diego Ravelli, maestro de ceremonias apostólicas, el Pontífice pidió que las exequias fueran las de “un pastor y discípulo de Cristo, no las de un poderoso de este mundo”.
Por eso, su cuerpo fue colocado en un sencillo ataúd de madera forrado de zinc, rompiendo con la tradición de usar tres féretros (de ciprés, plomo y roble) como se hacía con sus predecesores.
El funeral, que será presidido por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio de Cardenales, se celebrará en la Plaza de San Pedro y contará con la participación de patriarcas, cardenales, arzobispos y sacerdotes de todo el mundo.
Se espera que asistan decenas de miles de fieles, junto con líderes mundiales como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el presidente argentino, Javier Milei, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, el primer ministro británico Keir Starmer, y el príncipe Guillermo de Gales, quien asistirá en representación del rey Carlos III, entre tantos.
La ceremonia concluirá con la Ultima Commendatio y la Valedictio, marcando el inicio de los nueve días de duelo oficiales, conocidos como Novemdiales.
El cuerpo en exposición y su traslado
Desde el miércoles 23 de abril, el cuerpo de Francisco yace en la Basílica de San Pedro para que los fieles puedan despedirse.
El traslado desde la capilla de la Casa Santa Marta, donde residía, se realizó esa mañana a las 9 en un solemne cortejo liderado por cardenales y escoltado por la Guardia Suiza. El Vaticano ha establecido horarios específicos para las visitas: el miércoles de 11 a 0, el jueves de 7 a 0 y el viernes de 7 a 19.
Más de 20 mil personas ya han pasado por la basílica para rendir homenaje al Pontífice, en las primeras horas.
A diferencia de funerales anteriores, el cuerpo de Francisco no está expuesto en una plataforma elevada, sino en un ataúd abierto a ras de suelo, vestido con vestimentas papales rojas, una mitra blanca y un rosario entre las manos. Esta decisión refuerza su deseo de simplicidad, un rasgo que marcó su papado de 12 años.
Un entierro fuera del Vaticano
Tras la misa, el cuerpo del Papa será llevado al interior de la Basílica de San Pedro y, posteriormente, a la Basílica de Santa María la Mayor para su entierro, cumpliendo con su deseo expreso.
Francisco será el primer Papa en más de un siglo en no ser sepultado en las grutas vaticanas, eligiendo en cambio un lugar que tenía un profundo significado personal: Santa María la Mayor, donde solía rezar ante la imagen de la Salus Populi Romani, un ícono mariano al que profesaba gran devoción.
Según sus instrucciones, será enterrado “en la tierra, sin adornos particulares”, con una simple inscripción en latín: Franciscus.
El proceso tras el funeral
La muerte de Francisco marca el inicio de un periodo de transición para la Iglesia Católica.
El lunes 21, el cardenal camarlengo Kevin Farrell certificó oficialmente su fallecimiento en un rito en la capilla de Santa Marta y selló los apartamentos papales.
El cónclave para elegir a su sucesor comenzará entre el 6 y el 11 de mayo, según la normativa eclesiástica, aunque podría adelantarse si todos los cardenales electores llegan a Roma antes.
Solo los cardenales menores de 80 años podrán votar, lo que excluye al propio Giovanni Battista Re, de 91 años, de participar en la elección.