La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28) que se desarrolla en Dubái arrancó el jueves con el pie derecho.
En el primer día del encuentro, crucial para tomar el rumbo correcto y acelerar la acción para afrontar la crisis climática global, los delegados reunidos en ese emirato árabe ultimaron la puesta en marcha de un fondo que ayudará a compensar a los países vulnerables que luchan por hacer frente a las pérdidas y los daños causados por el calentamiento global.
Este logro “da a la Conferencia un buen comienzo. Todos los gobiernos y delegados deben aprovechar este impulso para conseguir más resultados en Dubái”, valoró el responsable de la Secretaría de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Simon Stiell, durante la rueda de prensa en la que se hizo el anuncio.
Vieja reivindicación
El fondo es una vieja reivindicación de los países en desarrollo, que están en primera línea del impacto del cambio climático y afrontan el costo de la devastación causada por fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes, como sequías, inundaciones y la subida del nivel del mar, que tiene su origen en la concentración atmosférica de gases de efectos invernadero que generan el calentamiento global y que, en su inmensa mayoría, ha sido provocado por los países más desarrollados.
Tras varios años de intensas negociaciones en las reuniones anuales de la ONU sobre el clima, las naciones desarrolladas manifestaron su apoyo a la necesidad de crear el fondo, el año pasado, durante la COP27 en Sharm el-Sheikh (Egipto).
Al respecto, el sultán Al-Jaber, presidente de la COP28, declaró que su país, Emiratos Árabes Unidos, destinará U$S 100 millones al fondo. A esa promesa se unió Alemania, que también ofreció una contribución de igual monto a la cuenta de reparación. Asimismo, Gran Bretaña, Estados Unidos y Japón anunciaron su contribución al fondo, aunque sin precisar con claridad de cuánto será.
Cabe recordar que la COP28 se extenderá hasta el 12 de diciembre.
La acción tiene lugar en el extenso recinto de Expo City, que se ornamentó con árboles y follaje. Está situado a las afueras de Dubái y se acondicionó para acoger a más de 70 mil delegados, entre diplomáticos, expertos, sociedad civil y otros participantes que se reunirán para forjar un futuro mejor para el planeta.
Demasiado lento
Stiell advirtió en la inauguración de la Conferencia que el mundo camina con demasiada lentitud ante una crisis planetaria aterradora que exige una acción audaz de manera inmediata.
“Estamos dando pasos de bebé y demasiado lentos a la hora de encontrar las mejores respuestas a los complejos impactos climáticos a los que nos enfrentamos”, advirtió a los delegados reunidos.
Dio el aviso pocas horas después de que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicó un informe provisional en el que afirma que durante 2023 se batieron varios récords climáticos, acompañados de un tiempo extremo que ha dejado un rastro de devastación y desesperación.
Lo que está en juego
El funcionario explicó, además, lo que nos estamos jugando. “Este año es el más caluroso de la historia de la humanidad. Se han batido muchos récords aterradores: estamos pagando con la vida y el sustento de la gente”.
“La ciencia nos dice que tenemos unos seis años antes de agotar la capacidad del planeta para hacer frente a nuestras emisiones antes de sobrepasar el límite de 1,5 °C”, advirtió, en referencia a uno de los objetivos clave del histórico Acuerdo de París.
Informes publicados en vísperas de la COP28 pusieron de manifiesto que el mundo está muy lejos de alcanzar los objetivos climáticos de ese tratado y que, si no se toman medidas ambiciosas, nos dirigimos hacia un aumento de la temperatura de 3 °C para finales de este siglo, que tendría consecuencias catastróficas para la vida en el planeta.
En este contexto, Stiell instó a los países a que presenten nuevas y ambiciosas medidas, que se recogen en las llamadas “Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional” (NDC, por sus siglas en inglés) o planes nacionales de lucha contra el cambio climático, en los que todos y cada uno de los compromisos para 2025, en materia de financiación, adaptación y mitigación, deben estar en consonancia con un mundo de 1,5 °C.
