En un acontecimiento histórico, el parlamento de Corea del Sur votó este sábado para destituir al presidente Yoon Suk-yeol, tras una serie de controversias que culminaron con la imposición de una breve ley marcial a principios de diciembre.
La moción de destitución fue aprobada con 204 votos a favor y 85 en contra, suspendiendo los poderes de Yoon y transfiriéndolos al primer ministro Han Duck-soo. Esta es la segunda vez que la Asamblea Nacional aprueba un juicio político contra un presidente en funciones, un testimonio de la fuerza de la democracia surcoreana.
La controversia se desencadenó cuando Yoon decretó la ley marcial el 3 de diciembre, la primera en más de cuatro décadas. Aunque la medida duró solo seis horas, generó inestabilidad política, paralizó la diplomacia y sacudió los mercados financieros. La Asamblea Nacional anuló la ley marcial por unanimidad, obligando a Yoon a retirarla.
La oposición acusó a Yoon de “rebelión”, argumentando que la ley marcial solo se permite en tiempos de guerra o emergencias similares, y que el presidente no tiene la autoridad para suspender la actividad parlamentaria. Además, criticaron el despliegue de tropas y policías en el parlamento para impedir la votación sobre la ley marcial, considerándolo una amenaza a la democracia.
Yoon se defendió argumentando que su decreto fue un acto de gobierno necesario para advertir al Partido Democrático, el principal partido de oposición, al que acusó de obstruccionismo y de socavar su agenda legislativa. Sin embargo, su discurso fue ampliamente criticado, incluso por algunos comandantes militares que recibieron órdenes de reprimir la actividad parlamentaria.
Las encuestas de opinión mostraron un apoyo abrumador a la destitución de Yoon, con un índice de aprobación del 11%, el más bajo desde que asumió el cargo en 2022. La decisión del parlamento desencadenó celebraciones masivas en las calles de Seúl, mientras los partidarios de Yoon se mostraron decepcionados.
Ahora, la Corte Constitucional tiene 180 días para decidir si destituye definitivamente a Yoon o si restaura sus poderes. Si es destituido, se celebrarán elecciones presidenciales en 60 días. Mientras tanto, Yoon enfrenta investigaciones policiales por posibles cargos de rebelión, abuso de poder y otros delitos relacionados con el decreto de ley marcial.
Este juicio político marca un momento crucial en la historia de Corea del Sur, destacando la importancia de la rendición de cuentas y la fuerza de las instituciones democráticas. El futuro de Yoon y del país ahora está en manos de la Corte Constitucional.
Con información de Agencia AP